La final única de la Copa Libertadores sigue en pie para jugarse en la capital de Chile, pese a las multitudinarias manifestaciones y violentas protestas que ya han dejado 19 muertos en el país.
El presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, ratificó la realización del partido entre Flamengo de Brasil y River Plate de Argentina el 23 de noviembre en el estadio Nacional de Santiago.
"Santiago es la sede. Este momento va a pasar. La normalidad se va a recuperar", dijo Domínguez en una entrevista el jueves con la radioemisora paraguaya Monumental 1080 desde Shangái, China, donde participó en una reunión del Consejo de la FIFA.
Se trata de la primera vez que el máximo torneo de clubes de Sudamérica se define a un solo partido en una sede prestablecida, archivando el tradicional formato de series a ida y vuelta. El objetivo de la CONMEBOL es seguir el ejemplo de la Liga de Campeones de Europa.
Pero la gravedad de la crisis en Chile despertó conjeturas sobre un posible cambio de sede.
Hace casi una semana, un violento estallido social que siguió a las protestas de estudiantes en rechazo al aumento en la tarifa del subterráneo irrumpió en la capital chilena y dejó a su paso la destrucción de la mayoría de las estaciones del metro, el saqueo e incendio de supermercados y farmacias y se extendió a casi todo el país.
El desorden fue seguido por manifestaciones que, desafiando el estado de emergencia y el toque de queda declarado por el gobierno, integran miles de personas que reclaman subas de sueldos, bajas en los servicios básicos y los medicamentos y mejores pensiones, entre otras exigencias.
Domínguez insistió que el partido tendrá un "tremendo éxito" en Chile.
River, campeón vigente, buscará su quinto título tras las consagraciones en 1986, 1996, 2015 y 2018. Le ganó a Boca Juniors en la final del año pasado, que debió trasladarse a Madrid luego que hinchas de River agredieron el autobús que trasladaba al plantel de su clásico rival.
Flamengo intentará obtener su segundo título luego de conquistar el primero en 1981.
Domínguez agregó que el campeón recibirá un premio de 12 millones de dólares y el subcampeón embolsará 6 millones.
La CONMEBOL informó el viernes que cada club dispondrá de 12.500 entradas para venderlas a sus fanáticos a partir del 30 de octubre.
Domínguez mencionó que antes de conocerse a los equipos finalistas "ya teníamos 200.000 entradas en lista de espera" y que ahora, al conocerse los finalistas, "seguro que se va a incrementar".