Chile vive una convulsión social desde el 18 de octubre, cuando las manifestaciones contra un alza en el precio del transporte derivaron en un movimiento más amplio contra el gobierno de Sebastián Piñera, en reclamo de reformas sociales profundas.
Las protestas, que se saldan por ahora con una veintena de muertos y miles de heridos, siguen pese a que Piñera anunció medidas de carácter social y el inicio de un proceso para cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La jefa de la diplomacia europea que destacó esos anuncios estimó que Chile vive "un momento importante" décadas después de la dictadura y que su democracia "necesita un nuevo contrato social con un enfoque más fuerte en la lucha contra la desigualdad y en la inclusión social".
Mogherini llamó así a los actores económicos y al sector privado "a estar dispuestos a cumplir con su parte" y estimó que "los actos de violencia cometidos por una minoría (...) no pueden eclipsar los reclamos de justicia e igualdad".
Además, reiteró el llamado de la UE a una "investigación rápida de todos los crímenes y violaciones de los derechos humanos por todas las partes".
La crisis en Chile, donde se registraron saqueos, incendios y enfrentamientos, obligó al gobierno a renunciar a celebrar en su país las cumbres del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC) y del clima de la ONU (COP25), así como la final de la Copa Libertadores-2019.
Triste balance
La jornada de ayer en Chile dejó un balance de 46 civiles heridos, 849 detenidos y 19 comisarías atacadas, según informó hoy el cuerpo de Carabineros.
Uno de los blancos de las manifestaciones del martes fue la embajada de Argentina, ubicada a pocos metros de la céntrica Plaza Italia, de Santiago, adonde un grupo intentó derribar el portón de hierro de acceso, mientras el jefe diplomático José Octavio Bordón se encontraba en su interior.
El general Enrique Monrás, jefe de la zona Metropolitana Oeste de Carabineros, indicó que ayer fue "uno de los días más violentos" en Santiago desde el inicio del estallido social, el 18 de octubre pasado.
"A nivel país, ayer fue uno de los días más violentos que hemos tenido, especialmente en lo que tiene relación con los ataques a cuarteles, saqueos, la cantidad de funcionarios lesionados durante toda la jornada", dijo Monrás a los periodistas.
Chile vivió ayer una agitada jornada de movilizaciones, incluida una huelga general, que sacó a miles de personas a las calles en todo el país y registró numerosos saqueos, incendios, enfrentamientos con la Policía y otros hechos violentos.
Monrás cifró en 248 mil las personas movilizadas en todo el país, 80.000 de ellas en Santiago, e hizo una distinción entre la mayoría que se manifiesta pacíficamente y la minoría violenta.
"Alrededor de 1.000, 1.500, 2.000 personas solamente se dedicaron al desorden, a agredir a personal de Carabineros, a dañar la propiedad pública y privada", indicó.
Agregó que unos 340 carabineros resultaron heridos y fueron atacadas 19 comisarías policiales entre ayer y esta madrugada.
En cuanto a los detenidos, 209 personas fueron arrestadas en Santiago y 640 en otras regiones del país. Además, 325 fueron detenidas por participar en saqueos de locales y comercios, reportaron medios locales y la agencia de noticias EFE.
La cifra de civiles heridos ascendió a 46, de ellas 10 en la capital y 36 en otras zonas, mientras que una persona murió atropellada en el contexto de una manifestación.
El presidente Sebastián Piñera compareció anoche ante los medios de comunicación para lamentar la "violencia y destrucción" y anunció que agentes de Policía que se hayan retirado de manera reciente se reintegrarán al servicio para fortalecer las fuerzas de seguridad.
Además, hizo un llamado a todas las fuerzas políticas, organizaciones sociales y ciudadanos a unirse en tres acuerdos: por la paz, por la justicia y por una nueva Constitución.