A pesar de las amenazas, los temores y el remanente de entradas hasta último momento, la misa que presidió el Papa Francisco en el parque O' Higgins estuvo colmada. Así más de 400.000 personas, en su mayoría chilenos pero también argentinos, vivieron la celebración religiosa a cargo del líder de la iglesia católica. Se trató del primer evento masivo de los tres que se realizarán durante la visita del Papa a ese país.
Pasadas las 9.30 el pontífice pisó el espacio verde especialmente preparado para él. En su característico papamóvil recorrió el predio hasta acercarse al escenario para presidir la celebración religiosa.
Luego de la lectura del evangelio comenzó su homilía que estuvo centrada en la paz. "Construir la paz es un proceso que nos convoca y estimula nuestra creatividad para ver en mi vecino no a un desconocido, sino a un hijo de Dios", dijo el Papa.
La comunión masiva de los fieles fue uno de los momentos más emotivos. Varias centenas de sacerdotes, diáconos y seminaristas identificados con cruces rojas sostenidas en los alto se distribuyeron por todo el predio para repartir las hostias entre todos los presentes.
La desconcentración se produjo en un clima de tranquilidad, mientras que desde el escenario rogaban mantener la calma para evitar accidentes.
Larga previa
Santiago de Chile amaneció temprano esta mañana e incluso muchos no durmieron. Es que a partir de las dos de la madrugada se abrieron las puertas del parque O' Higgins y los asistentes comenzaron a ubicarse en los distintos sectores del predio para esperar la primera misa masiva a del Papa Francisco durante su visita a Chile.
Frazadas, almohadones, sillas, heladeritas, cartas de póker y todo tipo de elementos fueron útiles para ayudar a amenizar las largas horas de espera. Desde el altar acompañaron con música, vídeos y rezos que fueron seguidos con entusiasmo.
La jornada se presentó fresca y recién comenzó a templarse luego de la salida del sol.
Perdón por los abusos
Cerca de las 8.30 las pantallas del parque sintonizaron el recorrido del Sumo Pontífice desde la Nunciatura, donde se aloja, hasta su primer destino de la visita: la Casa de la Moneda. Allí fue recibido por la presidenta Michelle Bachelet y pronunció su primer discurso en el que hizo referencia a los abusos sexuales perpetrados por miembros de la iglesia. Francisco aseguró sentir vergüenza por los aberrantes hechos y pidió perdón.