Chile frente a los terremotos

El reciente terremoto producido en Chile dejó muchas enseñanzas que los argentinos, y muy especialmente los mendocinos, debemos tener en cuenta para actuar ante fenómenos similares.

Chile frente a los terremotos

En los últimos años, Chile ha sido castigado por una serie impresionante de fenómenos naturales que han provocado numerosas víctimas fatales y miles de heridos, pero que también han dejado enseñanzas que los mendocinos, especialmente, debemos tomar en consideración.

Tenemos mucho que aprender, no sólo por parte de las autoridades sino también de la población en general, especialmente en la manera de reaccionar ante la magnitud del fenómeno, como la necesidad de estar preparados para las horas posteriores y también en el respeto con que la gente responde ante los consejos de los organismos especializados.

Enumerar cada uno de los fenómenos podría resultar demasiado extenso. Sólo cabe recordar que Chile ha sufrido en los últimos años erupciones volcánicas en el sur, terremotos en el sur, en el norte y en el centro (el último en la zona de Coquimbo), dos de ellos con fuertes tsunamis posteriores y hasta un aluvión en el desierto de Atacama, un lugar donde no llueve nunca.

Por encontrarse en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico y por ser uno de los países, junto con Perú, que "soporta" el ingreso de la placa de Nazca sobre el continente, Chile está preparado para hacer frente a ese tipo de fenómenos naturales. Sin embargo, de cada uno de ellos saca sus conclusiones, lo que lleva a generar que los errores no se repitan en el próximo acontecimiento.

Quedó evidenciado luego de que un tsunami que le siguió a un terremoto en el sur del país había provocado 44 muertos. En aquella oportunidad se atribuyó el hecho a errores humanos, como por ejemplo no haber advertido con la suficiente celeridad y seriedad la posibilidad de la llegada de grandes olas desde el mar. Días pasados, la situación fue distinta.

Las autoridades señalaron inmediatamente después del sismo que el mar -el cual había retrocedido anticipando un fuerte retorno- podía avanzar sobre las viviendas. La gente de inmediato abandonó los lugares costeros y se dirigió hacia los cerros. El número de muertos, por el tsunami, fue prácticamente nulo, ya que las víctimas fatales se produjeron por el sismo.

También estuvo aceitado el mecanismo de los servicios públicos afectados al terremoto. Los organismos encargados de informar actuaron en forma permanente, advirtiendo sobre la seriedad del tema pero sin causar pánico en la población. Carabineros no sólo tuvo a su cargo el control de las salidas de emergencia, sino que realizó rondas permanentes para evitar saqueos y el sistema de salud estuvo acorde a la emergencia.

Es aquí donde cabe la pregunta. En Mendoza se realizan en forma permanente simulacros de emergencia tanto en edificios públicos como en los colegios advirtiendo sobre cómo actuar.

Pero cabría preguntarse si el resto de los servicios, especialmente los de salud, podrían hacer frente a acontecimientos de ese nivel. Creemos que sí y es de esperar que así sea, en razón de que la provincia cuenta con una cantidad importante de hospitales y centros de salud los que, estimamos, también están advertidos para casos como el chileno.

Un párrafo aparte merece la actitud de las autoridades porque en Chile, inmediatamente después del sismo, se conformó un comité de emergencia, integrado por la Presidenta y todo su gabinete.

La jefa de Estado habló poco tiempo después, desde el Palacio de la Moneda, sede del Gobierno, informando objetivamente sobre lo que estaba ocurriendo y sobre las medidas que se estaban llevando a cabo, intentando también generar tranquilidad en la población. Como el sismo se produjo

en las primeras horas de la noche, postergó hasta las primeras horas del día posterior su viaje hacia los lugares afectados. En la Argentina, cuando se produjeron las inundaciones en Buenos Aires, la Presidenta de la Nación se mantuvo en su lugar de descanso de El Calafate sin emitir opinión ni declaración alguna sobre el desastre, mientras el gobernador de la provincia afectada viajó a Roma, desde donde tuvo que retornar 24 horas después ante las críticas recibidas.

En Chile se reconocen los errores, lo que les permite mejorar y no repetirlos en casos similares, mientras en la Argentina lo que se busca es justificar las equivocaciones, mostrando obras que se hicieron pero que evidentemente no dieron resultados y culpando a la naturaleza, y no a errores humanos, por las pérdidas sufridas. También en esto, los argentinos debemos aprender de los chilenos.

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