Tuvieron que esperar 40 años para ganarle por primera vez a Brasil en su historia, luego del primer encuentro entre ellos, en 1916, y la primera alegría de Chile, en 1956, por la Copa América, en Montevideo. Fueron 17 partidos para vencer a los de amarillo.
También tuvieron que esperar muchísimo tiempo para lograr el primer título con la Mayor, ganando la Copa que organizaron en este 2015 y superando en la final nada menos que a Argentina.
La Roja está furiosa. No para. Y sigue demostrando por qué es el dueño del continente: ahora superó por 2-0 a los brasileños por la fecha inicial de la Eliminatorias rumbo a Rusia 2018, como para dejar en claro que la corona no la sueltan.
Los dirigidos por Sampaoli no se achicaron ante un comienzo que podía hacerlos tambalear: Brasil nunca había perdido en un debut de Eliminatorias.
Pero este Brasil no es el de antes; se parece más al que se comió siete contra Alemania en el Mundial 2014 que al que logró cinco títulos del mundo.
Por eso, en Santiago, mismo escenario donde dieron la vuelta hace unos meses, Chile se plantó y logró un triunfazo, histórico, el octavo en 73 enfrentamientos ante este rival.
Ojo, le costó. Si bien los dueños de casa apostaron a tener la pelota, moverla y abrir la cancha, las jugadas claras no llegaron. Brasil se paró de contra con salidas rápidas que comandaron Williams, Oscar y Hulk (Neymar está suspendido).
Igual, la primera clara estuvo en los pies de Alexis Sánchez, que rechazó el palo derecho de Jefferson. Justamente, el poste pero del otro arco, en el ST, volvió a salvar a los de Dunga, luego de que probara Isla. Avisos. Porque luego de que Mark González se lo pierda solito, Matías Fernández metió un centro que concretó Vargas. Y al rato, con Brasil jugado, Alexis Sánchez y Vidal armaron una linda pared que mandó a guardar el ex River.
En el 2000, por las Eliminatorias y también de local, fue la última victoria de Chile ante Brasil. Las otras alegrías fueron en 1993, 1987 y 1956 por Copa América, y 1985, 1966 y 1957 en amistosos. Anoten uno más para O Rey de América, que quiere uno de los cuatro boletos directos a Rusia.
