El metro de Santiago abrió parcialmente una de sus líneas este lunes luego de estar totalmente cerrado desde el viernes por los incendios y destrozos provocados por manifestantes que protestaban por el alza del pasaje, demanda que generó un estallido social en Chile.
La estación La Moneda, a pocos metros de la casa de gobierno -en pleno centro de Santiago- abrió sus puertas pasadas las 7.00 locales, permitiendo el ingreso de decenas de personas que esperaban impacientes poder tomar un tren. Varios soldados resguardaban los ingresos, según constató un periodista de la AFP.
La Moneda es una de las 27 estaciones de la Línea 1, que recorre de este a oeste la capital chilena, de siete millones de habitantes. Es la única línea que la empresa estatal Metro de Santiago abrió para descomprimir el transporte público, que durante toda esta jornada operará con su capacidad reducida luego de los violentos enfrentamientos producidos en Santiago, que sigue bajo estado de emergencia y resguardo militar.
El gobierno chileno anunció que, además del metro, se dispondrá de más de medio millar de autobuses públicos, municipales e interurbanos, que se complementarán con taxis privados para copar la demanda de transporte de los habitantes de la capital chilena.
Aún así, las personas se aglomeraban en las paradas de bus -en medio de retrasos y algo de confusión- para intentar llegar a sus puestos de trabajo.
Los disturbios en Santiago comenzaron el viernes cuando iracundos manifestantes, la mayoría de ellos estudiantes, protestaron al interior de las estaciones en contra del alza de la tarifa del metro de 800 a 830 pesos (1,7 dólares) medida que el presidente chileno, Sebastián Piñera, canceló ante el recrudecimiento de las protestas que han dejado siete muertos y unos 1.500 detenidos.
El presidente de Metro, Louis de Grange, estimó que el daño económico por los incendios y destrozos en 78 estaciones ascendería a 300 millones de dólares.