Se despiertan temprano, se aburren más rápido que la velocidad de la luz, piden a los padres todo aquello que desde los medios se muestra como seductor a sus ojos infantiles, y lo mejor de todo es que sus energías no parecen mermar nunca. Los chicos “son chicos”, y aunque la aseveración sea una obviedad, en realidad lo que se intenta con ella es comprender que el panorama de receso invernal incluye todo un frenesí infantil. Y ese combo sumará también la famosa frase “má, estoy aburrido”, un clásico muy normal entre los pequeños, que no deberá amedrentar a los padres.
Por otro lado, muchos papás no sólo continúan trabajando durante las vacaciones, sino que además no cuentan con la posibilidad económica (que quizá otros tienen) de poder costear entradas de cine, o espectáculos infantiles por uno, dos, tres, o más chicos de la familia. Una realidad generaliza.
Pero lejos de ser un obstáculo, la creatividad y el entender ese tiempo con los hijos como una hermosa oportunidad de compartir y divertirse, puede resultar tan positivo para los chicos, como para los adultos.
En esta nota, la psicopedagoga Mónica Coronado acerca consejos y responde preguntas, que a modo de guía pueden llegar a convertir las vacaciones infantiles, en un tiempo compartido inmejorable y enriquecedor.
"¡Má, estoy aburrido!"
Frase matadora si las hay, el “estoy aburrido” genera y dispara en los pobres padres una verdadera carrera mental a ver de qué manera lidiar con ese estado tan temido. Sin embargo, lo importante es poder bajar ansiedades y comprender que todos los chicos terminan parafraseando esta oración, ya que es normal que suceda. De todas maneras, cada año surgen diferentes opciones ideadas desde los padres, para generar actividades lúdicas interesantes, ingeniosas y sobre todo divertidas, que no implican grandes gastos para el bolsillo.
Según contó la psicopedagoga Mónica Coronado: “Por más que el tema de ‘los chicos en vacaciones’ surja cada año, cuando el receso llega, siempre hay algo nuevo que aportar y por comprender de los hijos, ya que van cambiando sus necesidades según su edad, y tampoco los padres son los mismos. Este año es sorprendente la cantidad de ofertas y actividades diversas, que desde los municipios o diferentes sitios de la cultura promueven actividades gratuitas, o con valores razonables. Pero lo mejor de todo es ver cómo los padres se han asociado entre ellos, para desde el hogar, y sin gastar casi nada, lograr que los chicos la pasen genial.
- ¿Qué actividades hogareñas recomendás en este sentido para que los chicos se diviertan?
- Tengo un ejemplo claro al respecto: un grupo de mamás armó para chicos un circuito de juegos por cada casa. Entonces en una montaron una rayuela, en otra juegos de obstáculos, en otra casa el armado de una casita de cartón, un elemento que se puede pedir en súper totalmente gratuito. Así, al distribuirse las tareas y armar un mapa de actividades en cada casa por día, resulta más sencillo para todos, e incrementa la actividad en los pequeños. El adulto es el encargado de la organización de esto y la merienda, turnándose los padres en cada casa. Sin dudas, este año la asociación para armar estos circuitos de juegos es un gran logro de los padres que suma adeptos.
- Los juegos más "retros", o de otras épocas atrás también les agradan a los más chicos?
- Absolutamente. Es algo nuevo para ellos. Podemos hacerles armar castillos con naipes, enseñarles a jugar al elástico, y hasta armar trajes y objetos con papel de diario y una abrochadora. Otra opción es comprarles tizas de colores, y en un lugar que se pueda de la casa, hacerles realizar dibujos en el cemento, o graffitis, una actividad que tanto a niñas como a niños les encanta. Eso sí, hay que entender que si bien se los puede llevar a pasear al parque y ser un facilitador de la organización de los juegos, hay momentos en que también es positivo que el niño juegue solo. Son muchos los padres que siguen trabajando en vacaciones. Entonces llegan a casa y aunque le brinde alternativas al chico, éste se muestra poco receptivo a las mismas. Ante este panorama no está mal dejarlos por un ratito que encuentren su camino hacia lo lúdico.
- Es decir cuando aparece la famosa frase de "mamá, papá estoy aburrido..."
- Hay que saber que es la frase típica del niño en la infancia y que el “estoy aburrido” es lo normal que se dice a esa edad. Entonces el adulto le brinda alternativas, que muchas veces no lo convencen. En ese momento no pasa nada si se deja al pequeño solo un rato, aunque se quede con cara de fastidio, no está mal que sepa esperar. Luego solito irá a buscar su propia alternativa. Si los padres que están en alguna actividad de ocio o limpieza en el hogar terminan accediendo al instante, ante el berrinche del aburrimiento, no le suman al niño. El chico debe entender que hay momentos en que el adulto puede ser un compañero de juego, y otros en que no puede ponerse a la par inmediatamente con él.
- ¿Qué hacer con la computadora y la televisión?
- Hay que tratar de evitar una exposición intensa en ambos casos por parte de los chicos, ya que si no se los incentiva al movimiento, sacarlos del sedentarismo para ir a una plaza o a pasear, se torna complicado. Si hace mucho frío o llueve, recrear en la casa una función de cine con amigos o la familia, haciendo juntos el pochoclo genera una mística de juego por ejemplo. Los videojuegos de la computadora obviamente entretienen, pero incluyen elementos adictivos, que luego trabajarán como obstáculos cuando se incentive a los pequeños salir a pasear, juntar hojas, hacer recorridos exploratorios, entre otras actividades.
- Es decir que el secreto pasaría por gastar menos, e idear más...
- Las palabras claves en época de crisis son creatividad y cooperación con el otro, con opciones que impliquen moverse. A las niñas por ejemplo les encanta armar coreografías de sus ídolas, e incluso hay juegos geniales en Internet para varones, como el jenga con esponjas viejas que solemos usar en la cocina. El adulto opera como indicador del juego, pero luego se corre de ese rol y deja a los chicos manejarse en lo lúdico e interactuar.
- ¿Cómo se le dice "no" a un niño cuando pide asistir a un show o espectáculo al que no se puede acceder económicamente?
- Siempre hay que darle un abanico de posibilidades y decirle lo que se puede y lo que no llegar a hacer. Incluso muchas veces hay alternativas que les encanta como las del cine Universidad en donde el valor de la entrada es accesible, o actividades gratuitas que salen publicadas en los medios y de excelente nivel, sumado a las opciones hogareñas mencionadas. No hay necesidad de gastar para que estén entretenidos y la pasen bien. Todo implica un desafío, pero si se vive desde el “compartir” y disfrutar cada momento con ellos, también se disfruta a pleno.