Chicos con discapacidades donaron computadoras a una escuela rural

Son de la asociación Cadim, que recicló tres máquinas con componentes y programas nuevos. Las entregaron a la humilde escuelita Hualpa, de El Espino, y así se armó una sala de informática.

Chicos con discapacidades donaron computadoras a una escuela rural
Chicos con discapacidades donaron computadoras a una escuela rural

La escuela Juan Antonio Hualpa está en El Espino, una zona rural poblada por un puñado de casas humildes y a poco más de 10 km al noreste de la ciudad de San Martín.

Entre otras carencias, la escuelita perdió hace tiempo su sala de informática, luego de que las pocas máquinas que habían allí quedaran obsoletas y rotas, sin que nadie las reparara. "Cerramos la sala porque era una frustración para nuestros niños ir a prenderlas y que ni siquiera el mouse se moviera", dice María del Carmen Ojeda, su directora.

Ayer y en un lindo gesto de integración y solidaridad, la gente del Centro Amigo del Discapacitado Motor (Cadim), que en su sede de San Martín atiende a decenas de chicos con problemas motrices y mentales, se arrimó por la escuela Hualpa y entregó tres computadoras, que fueron recicladas a nuevas por un técnico que habitualmente colabora con la institución.

"Estamos muy agradecidos con los chicos de Cadim. Hay gente que es muy solidaria y a veces se consiguen más cosas de esa manera, que gestionándolas en el Estado", dice la directora, rodeada por algunos de sus alumnos que se han arrimado a conocer las máquinas que acaban de regalarles A la Antonio Hualpa concurren unos 120 niños y aunque muchos de ellos viven en la misma calle de El Espino, donde está la escuela, otros lo hacen luego de caminar hasta 7 km. Los chicos desayunan y almuerzan en la escuela, pero en el último año las raciones se han vuelto más flacas y menos nutritivas, lo que despierta preocupación entre los docentes.

"Acá vienen chicos humildes y muchos de ellos comen en la escuela lo que no van a encontrar en su casa. El problema es que hace tiempo dejaron de enviarnos la panificación del desayuno y hoy los alumnos comen tutucas, una tortita o tres galletitas de miel, eso depende del día y tutuca con leche no me parece algo muy nutritivo", dice una maestra.

Tampoco la escuela tiene internet, salvo por una sola computadora, la de la directora, que está conectada a una antena de la Cooperativa Eléctrica Algarrobo Grande. "Pagamos por ese servicio pero es una pena que en la escuela esté la antena de la DGE y que no tengamos internet; dicen que falta un cable, pero nadie lo conecta", cuenta Ojeda.

Alejandro Carrión es el técnico que colabora con Cadim y que armó las compus de la Hualpa: "Fui juntando partes en buen estado de máquinas que no servían y así logramos armar tres. No son nuevas pero funcionan muy bien, tienen los programas más utilizados y también sus monitores".

Sobre el final del encuentro, Fernando Alin, miembro de Cadim redondea una idea: "Con nuestros niños tenemos un taller de comunicación en el que tratamos de enseñarles que está bueno recibir amor y cariño, pero que también es muy lindo darlo y con esa filosofía es que vinimos a la Hualpa".

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