Los chicos controlados se divierten mejor

Los alumnos de los colegios secundarios de nuestra Capital han cambiado su lugar de reunión de los viernes, trasladándose desde la Peatonal a la plaza San Martín. En su gran mayoría lo hacen para ganar amigos, pero hay algunos -los menos- que priorizan la

Los chicos controlados se divierten mejor

No se trata de una decisión acordada, sino que surgió espontáneamente a través de las redes sociales. Los chicos de colegios secundarios ubicados en el radio céntrico han decido cambiar el lugar de reunión y trasladarse desde la Peatonal a la que concurrían el último día de clases de la semana hasta la plaza San Martín, donde el espacio es más grande, donde pueden actuar con mayor tranquilidad y donde se evita la posibilidad de molestia al resto de la gente, como sucedía anteriormente.
 
Pero el problema es que, si bien la gran mayoría lo hace para ampliar la posibilidad de ganar amigos o de acordar para la diversión del fin de semana, grupos minúsculos concurren para iniciar peleas o riñas.

Es muy factible que ello suceda porque antes los adolescentes solían ser advertidos por las autoridades escolares a los efectos de evitar la repetición de hechos lamentables, mientras ahora se sostiene el criterio de que las situaciones que se plantean desde el colegio hacia afuera no le competen al establecimiento educacional. Y es aquí donde es necesario trasladar esa responsabilidad a los padres, que son los que deben advertir a sus hijos sobre las normas de conducta.

Son más de 700 los chicos que se reúnen los viernes, entre las 18 y las 21 horas, en la plaza San Martín, ocupando prácticamente la totalidad del predio. La gran mayoría lo hace "para conversar, para armar salidas en el fin de semana y para conocer chicas", como señaló uno de ellos.
 
Pero unos grupos minúsculos aprovechan para ejercer liderazgos en las denominadas "tribus urbanas" y se pelean con alumnos de otros colegios. Incluso en varios casos los participantes de esas riñas, que incluyen la utilización de elementos cortantes, son chicas que se han autocalificado de "lindas" contra "feas". Son peleas que se organizan vía Facebook y todo termina con corridas por la ciudad cuando interviene la policía.

Con un acertado criterio, los efectivos policiales intentan priorizar una tarea de control, evitar la posibilidad de circulación de drogas o vigilar de cerca a los grupos violentos, que ya están identificados, según se informó. De todas maneras, no resultaría ilógico ampliar la cantidad de policías en el lugar -15 ó 20 son muy pocos para controlar a 700 chicos- y actuar como corresponde sobre esos grupos identificados.

Si ya se sabe quiénes son los jóvenes más violentos, será cuestión de imponer a los padres las sanciones necesarias, que podrían variar entre el cumplimiento de tareas comunitarias o multas en efectivo, si éstas correspondiesen. Será la manera en que los progenitores asuman la responsabilidad que les cabe por el comportamiento de sus hijos y generará también que expliquen a sus hijos los problemas que provoca su actitud.

Bienvenida sea, entonces, la actitud espontánea de los chicos de reunirse para fortalecer vínculos de amistad. Pero deben evitarse situaciones conflictivas que enturbian esas buenas intenciones. Profundizar las tareas de control y establecer la verdadera responsabilidad de los padres, contribuirá para que terminen imponiéndose aquellos que sólo concurren para ganar amigos.

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