"Nadie nace sabiendo, y mucho menos, siendo padre". Eso es seguro. Pero tampoco "hijo". Y en ese mar de pruebas y errores, de tires y aflojes, de permisos y límites (mientras se aprende a ser madre, padre e hijos) se libra la batalla desafiante de una saga de relación que dura para toda la vida.
En ese devenir serán los valores aprehendidos los que determinarán al sujeto "hijo" en muchas de sus acciones, motivaciones y maneras de relacionarse a futuro. De allí la importancia de lograr vislumbrar desde un principio pautas que a modo de guías puedan brindarles a los padres, las claves para criar a sus hijos de manera responsable, con autonomía y la capacidad autoabastecimiento.
Un verdadero desafío que requiere "calentar los motores" desde que el niño es pequeño.
El valor de los "valores"
Un juego de palabras, un título que antecede el tema a desarrollar, y el pellizco inicial para que los padres no pierdan de vista que son los valores aprehendidos por sus hijos, y brindados por ellos, los que a modo de compendio internalizado resultarán como la mejor herencia presente y futura.
¿Pero de qué manera desmadejar tamaño embrollo, entre lo que implica el libre albedrío responsable, la responsabilidad equilibrada y el valor del dinero en los hijos?
La psicóloga vincular y especialista en pareja y familia, Paula Corso explicó: "Las obligaciones y responsabilidades en los hijos, no implican que los padres les estén encima de manera desenfrenada. La idea es que logren con ellos, desde muy chiquitos, espacios de estructuración y realización de tareas, con un seguimiento de sus responsabilidades desde las mismas tareas escolares"
- ¿Y cómo se logra esa internalización en el chico?
- Entendiendo que los padres tienen que ir acompañando a los hijos en sus deberes, mirándoles las tareas escolares, y entendiendo a las mismas como los primeros pasos del chico vinculados a la obligación y responsabilidad. Los papás tienen que lograr estar atentos a las tareas de los chicos, preguntarles acerca de sus dificultades y obligaciones. No se trata de hacerles la tarea encomendada, pero tampoco desentenderse.
- ¿Qué sucede con los olvidos de estas responsabilidades hasta que logran internalizar el hábito?
- En este sentido es importante que los papás dialoguen con ellos para ver a qué responde ese olvido frecuente frente a la responsabilidad de llevar a cabo la tarea escolar. De ahí ver si este problema responde a que no le gusta la materia, o si quizá le resulta compleja, o incluso si no la entiende. Pero hablar con los hijos, conocer el origen del desgano u olvido, y ayudarlos frente a esta actitud es vital para comprender el por qué del problema. De esta manera el niño aprehenderá que así no se resuelven las dificultades.
- ¿Cómo incentivar a los hijos adolescentes a la colaboración en el hogar?
- Antes que nada entendiendo que en la familia hay espacios que son propios, como es el caso de la habitación de los adolescentes. La manera que la quieran decorar, o tener es un tema de ellos. Por otro lado, es positivo hacerles ver que los espacios comunes y compartidos necesitan la colaboración de todos los integrantes de la familia, tomando conciencia que en esos sitios afines a todos, las reglas y responsabilidades para su mantenimiento se llevan a cabo de manera compartida. Deben existir acuerdos familiares en los que los espacios comunes se
cuiden de forma equilibrada. Esto tiene que ser dialogado y organizado por toda la familia.
- ¿Cómo se logra que el espacio propio como es la habitación adolescente, no se transforme en un lugar olvidado, por no invadirlo?
- En la medida en que la familia crea hábitos de cuidado en los espacios compartidos, ese mismo hábito se incorpora por el chico en el cuidado del espacio propio. El problema es que a veces no se logra debido a conflictos que no se han podido superar a nivel familiar. Si el adolescente internaliza que no va a haber una persona que cuide por él espacios que son comunes, y que el valor del cuidado de ese sitio por parte de todos, es vital, le generará un motor propio que encauce sus acciones de manera natural. Aún en un espacio privado, como es su habitación. Otra clave, para que los padres sepan en qué están sus hijos es que la computadora esté en los espacios comunes, no en su dormitorio.
- El manejo del dinero en el caso de aquellas familias que pueden darle a sus hijos, un estímulo económico o mensualidad, ¿cómo debe manejarse para que el chico entienda el valor del mismo?
- Si al hijo se le generan responsabilidades desde pequeño, y él logra desarrollar una actitud en este sentido desde sus primeras tareas (como los deberes escolares) y si además los padres ven que el chico está en condiciones de organizar su economía, no hay obstáculos para (si se puede) brindarle esta mensualidad. Esto se da en relación a los gastos que el adolescente tenga, registrando un buen uso de ese dinero recibido, ya sea en responsabilidades para la escuela, o para salidas, o gustos.
- ¿El buen uso de ese dinero cómo se mide?
- Si el chico decide comprarse el último "chiche tecnológico, y para que le alcance y cumplir con sus tareas ahorra en fotocopias tratando de ingeniárselas con sus necesidades de otra manera (por ejemplo pidiendo prestadas las fotocopias a sus compañeros, o copiando lo que se pueda por él mismo) denota a un adolescente que le busca la vuelta al manejo de su economía. Se da los gustos por un lado, pero no descuida su responsabilidad con el colegio. Eso implica que entiende el valor del dinero.
- ¿Qué pasa con aquellos niños o adolescentes que le piden a sus padres lo que desearían tener?
- Los padres tienen que ser sinceros con ellos, respecto de aquello que se puede comprar, de lo que no. Es bueno charlarlo y ver con los hijos si se trata de algo que realmente necesitan, o si pueden suplirlo por algo más. El diálogo ante demandas imposibles es muy importante. Hay padres que sienten que tienen que darles a los chicos todo lo que no tuvieron ellos, y es un gran error.
- Hay hijos que "cobran" a sus padres, para llegar a hacer alguna tarea doméstica ¿Qué lectura te merece esto?
- Si un adolescente lava el auto familiar todos los fines de semana, y los padres le hacen sentir y ver que si él contribuye en eso, ayuda a la economía familiar, y por ende seguramente podrán comprarle algo que deseaba, es positivo. Esté bueno que entienda que el sostenimiento de la vida cotidiana es algo en común. Ahora, si el papá o mamá, se ponen en explotadores, y le dicen al hijo que le van a dar algo, a cambio de las tareas que determinen, no sirve. Si en la familia se organizan para que determinadas cosas a las que el chico pueda acceder, se logren por medio del ahorro, colaborando resulta más que positivo. Hay que hacer partícipe al adolescente de cómo es la economía familiar, porque en el futuro deberá manejarse por sí mismo.
El error más grave en el que pueden caer los padres es perder la noción de que el dinero es un medio "para", transformándolo en un "fin".
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Autonomía y responsabilidad para criar a los hijos resulta una dupla genial pero compleja para los padres. En esta nota pautas-guía para no perder la cabeza.
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