No es la esquiadora Lindsey Vonn ni el patinador Adam Rippon. Las triunfadoras del concurso de popularidad en los Juegos Olímpicos de Invierno son las ideales para los curiosos, que no tienen idea de que son una sensación local y global.
Se les conoce como las "Chicas del Ajo", por ser el producto principal de la zona de donde provienen, el condado de Guiseong. Y protagonizan un cuento de Cenicienta. Jamás se han buscado aspiraciones serias a las medallas antes de los Juegos, pero han llegado a la condición de las favoritas y el viernes se clasificaron a la final venciendo por 8-7 nada menos que a Japón, el rival rival de deporte del sur de Corea.
Además, han cautivado por su talento y por sus personalidades tan atractivas como distintas.
Lo más curioso es que las "Chicas del Ajo" están totalmente al margen del revuelo que han causado. Ellas mismas decidieron desactivar sus teléfonos celulares para aislar de cualquier distracción externa. Asimismo, su equipo prefiere que no se puede hacer mucho con extraños, consciente de que se encrespa, el aspecto físico es tan importante como el psicológico.
Tras un partido reciente, las integrantes del equipo pasaron rápido frente a un grupo de periodistas que las esperaba. Con sonrisas, se disculparon y simplemente solo "añongjaseyó", u hola en coreano, antes de desaparecer.
Según el entrenador Kim Min-jung, ninguna sabe que se ha convertido en estrella.
"Lamento que no puede traerlas hoy, porque estoy preocupado de que haya demasiada presión sobre ellas", indicó Kim. "Incluso el público está interesado en ellas".
Dos jugadoras son hermanas. Todas tienen una vieja amistad y una química evidente entre ellas. La capitana muestra autoridad, con aire de profesora, varios elementos que le gustan, motivo de todo tipo de caricaturas en internet.
Muchos surcoreanos que nunca habían visto un partido de curling han viajado hasta la remota ciudad de Gangneung para conocer sus nuevas consentidas.
Y buscarán el oro ante Suecia.