Una chica denunció un grave acoso sexual en un recital

Tiene 20 años y fue sola a ver a Divididos. Contó cómo varios hombres la manosearon y se frotaron contra ella. Otras mujeres dicen que esto también ocurre en los boliches.

Una chica denunció un grave acoso sexual en un recital
Una chica denunció un grave acoso sexual en un recital

"Vivimos en una sociedad que enseña a las mujeres a cuidarse de no ser violadas en vez de enseñar a los hombres a no violar".

El mensaje, duro y contundente, hace tiempo circula por las redes sociales y rápidamente ha sido replicado. Pero esta vez lo hizo acompañado de una nota de Martina (20), una joven que asistió a un recital de la banda de rock Divididos el sábado.

En ella explica que fue a ver el concierto sola y que por ello sufrió el acoso de algunos de los varones que también habían asistido. "¿Qué tipos de abusos sufre una mujer en un recital? Puedo contarles los que yo he vivido: manos en el trasero, con toqueteo rápido o prolongado, así como en las tetas y en la entrepierna, apoyos innecesarios, franeleo, y hasta frote de penes erectos...", detalla el mensaje publicado en Facebook.

Consultadas al respecto por Los Andes, otras mujeres declararon que esas palabras pueden haberse escrito al calor de un momento desagradable, pero que sin embargo encierran muchas verdades.

"La verdad es que es un embole y es cierto lo que dice Martina. Mientras leía me acordaba que antes, hace muchísimo, cuando yo también iba a ese tipo de recitales masivos, más de una vez tuve que repartir piñas a los pel... que se hacían los vivos. Si pedís una opinión, coincido en todo lo que plantea la chica", contó Laura M. (28).

De todas formas, quienes opinaron prefirieron evitar las generalizaciones acotando que no es algo frecuente, pero que en general conviene ir con amigos a este tipo de eventos para evitar situaciones desagradables. "Esta flaca tiene muy mala suerte, porque a mí nunca me ha pasado, pero puede ser porque siempre voy con amigos", opinó Ayelén (26).

Mariana (23) explicó que sucede lo mismo en los boliches: "Es más, mientras hacés la cola para entrar siempre pasa, igual que en la barra. Te das vuelta, insultás y el flaco ya no está mas. Por ahí el ?patova' tal vez lo ve, pero jamás hace algo al respecto".

En tanto, Alex (27) contó: "No soy de ir a recitales pero porque no me gustan las masas de gente, si no me la pasaría insultando. Igual pasa en los boliches".

Con un ejemplo triste, Camila (22) coincidió con la denunciante Martina: "Yo lo he pasado y es bastante desagradable y humillante. Particularmente en recitales me ha pasado mucho eso de no poder estar sola porque están al acecho total. Te manosean, te dicen cosas asquerosas y te intimidan. Un día me canse y reaccioné violentamente y lo que recibí fue que me terminaran sacando a mí del recital, sólo por defenderme de que me tocaran y me bajaran la remera. Y el patovica me contestó: ?Y bueno, nena, ¿con esa remera que querés?'".

Qué dice la ley

Este tipo de situaciones está contemplada por la ley 26.485 que protege a las mujeres para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra ellas en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.

Así, cuando una mujer sufre estos abusos tiene un amparo legal que le permite hacer una denuncia en la Policía o en las fiscalías, basándose en el artículo 3 de la mencionada ley (que indica que debe respetarse su dignidad) y en el 5, que especifica que hay una violencia de tipo físico y otra psicológica: "La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación aislamiento".

Laura Chazarreta, miembro de la agrupación Mujeres Cotidianas, indicó que en el inconsciente de quien comete este tipo de actos hay un estereotipo que contempla a la mujer como objeto sexual. "Por eso es que no le tengo que pedir permiso, porque como tiene una buena cola, o lo que sea, debe ser tocada", analizó.

Chazarreta, quien hace más de diez años defiende los derechos de la mujer, explicó que tiene que ver con las relaciones de poder alentadas desde diversos ámbitos, tanto desde el Estado como los medios de comunicación: "Se establece una relación de poder sobre el cuerpo de la mujer. Es una posición cómoda porque se cree que hay impunidad. Afortunadamente, las mujeres en su rebeldía están denunciando esta situación y haciéndola visible".

Dejarlo en evidencia

En un momento como en el que da pie a esta nota, lo más importante -según Chazarreta- es dejar en evidencia el hecho y, si es posible, identificando a la persona que lo protagoniza. "Se debe hablarlo, evidenciarlo, gritarlo, denunciarlo, dentro de lo que la mujer se sienta en condiciones de hacer.

Porque en estos casos se juega con la culpabilidad o la vergüenza que una mujer puede llegar a sentir", indicó la especialista, agregando que es "una batalla cultural, porque en el fondo se trata de denigrar a la mujer, cuando ésta va teniendo una voz y va tomando posición".

Por su parte, Leandro Ferrón, representante de Varones Antipatriarcales, coincidió con la crítica a estas actitudes arraigadas en algunos hombres.

"Entender por qué las mujeres son víctimas de estas situaciones violatorias nos lleva a pensar qué hacemos como sociedad para evitarlas: nada. Desde la publicidad, las mujeres son consideradas objetos que se asocian al producto que nos quieren vender. Desde la enseñanza, se obstaculiza sistemáticamente la inclusión de la educación sexual integral en las escuelas. Desde la afirmación social de la masculinidad, cuantas más ?minitas' tenés (usás), más macho sos".

Para finalizar, Ferrón planteó un interrogante: "¿Cómo podemos esperar que se respete la integridad de las mujeres si todo lo que producimos va en sentido contrario?" Su respuesta es tan clara como simple: "Afortunadamente, mujeres como Martina sacuden las estructuras al denunciar que no es natural el abuso, que su cuerpo es suyo y que ellas no son objetos de uso para los hombres".

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