Último lugar que visitaste: San Pablo y Porto Alegre, Brasil.
¿Qué no puede faltar en tu equipaje? Ropa cómoda, mi iPad con buena música y algún libro nuevo.
¿Matás o te matan las horas en los aeropuertos? Me matan; las minimizó con un rico café y Free Shop.
¿Ventanilla o pasillo? Pasillo, siempre.
¿Qué es lo primero que hacés cuando llegás a un nuevo lugar? Ducharme, comer algo rápido y salir a descubrir el destino.
Un sabor nuevo que hayas descubierto en un viaje: siempre hay algo original, combinaciones, picores, mezclas y rarezas únicas... Los cocineros somos alquimistas y ¡cada lugar tiene su propia magia!
¿Cuáles son los requisitos para tus vacaciones ideales? Observar detenidamente -con ojos de niño- amplificando todos mis sentidos. Viajar es soñar despierto.
¿Cumplís con algún ritual personal cuando viajás? Sí, media hora antes tomo un pequeño tranquilizante (para la ansiedad).
¿Qué traés de tus viajes? Objetos usados, algo súper novedoso y artesanías hechas por las manos del lugar, obvio.
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de la vida de hotel? Adoro descansar cómodamente, tomar una buena ducha caliente y desayunar rico. Es lo único que necesito, el resto de mi día es incierto...
Una ciudad del mundo en la que vivirías: Nueva York.
Una ciudad para compras: París, Francia.
Un destino romántico: Mykonos, Grecia.
Un sitio para visitar con amigos: Punta del Este.
Un destino que te sorprendió: Puebla, México.
Y uno que te decepcionó: todavía ninguno.
Un recuerdo de vacaciones: aquellos días de playa en la costa, con mis padres, hermano, familia y amigos. Aromas, sabores y la inmensidad del mar...
El lugar al que siempre podrías volver: Villa La Angostura.
Un destino pendiente: Tokio, Japón.
Tu próximo viaje: Miami/Orlando.