Último lugar que visitaste: Carolina del Norte, Estados Unidos. Un destino curioso al que llegué invitado por la empresa de tapones sintéticos, Nomacorc.El lugar se sale de la clásica postal turística estadounidense. Es Estados Unidos tal cual es y eso permite conocer la verdadera idiosincrasia del país. Fue muy interesante.
¿Qué no puede faltar en tu equipaje? Adaptador para los cargadores del celular, tableta, notebook, etc… sin ellos muero.
¿Matás o te matan las horas en los aeropuertos? Suelo matarlas gastando dinero, generalmente en botellas que traigo para descorchar con colegas.
¿Ventanilla o pasillo? Pasillo. Alguna vez fui rehén de un pasajero que se durmió ni bien despegó el avión y no la pase del todo cómodo en el vuelo.
¿Qué es lo primero que hacés cuando llegás a un nuevo lugar? Hoy, lamentablemente pregunto la clave del wi-fi.
Un sabor nuevo que hayas descubierto en un viaje: En Estados Unidos, el sabor del vodka ¡Tito´s!
¿Cuáles son los requisitos para tus vacaciones ideales? Que haya algún viñedo que no conozco cerca.
¿Cumplís con algún ritual personal cuando viajás? Olvidarme cosas vitales para el viaje que debo comprar ni bien bajo del avión.
¿Qué traés de tus viajes? Vinos, destilados y todo tipo de bebidas.
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de la vida de hotel? Cuando son buenos, amo los desayunos. ¡Que cobren el wi-fi es lo que más odio!
Una ciudad del mundo en la que vivirías: Sin dudas, París tiene todo lo que me gusta: buena gastronomía, buenas vinotecas, lugares soñados y una atmósfera única.
Una ciudad para compras: Panamá.
Un destino romántico: Saint Emilion en Burdeos.
Un sitio para visitar con amigos: Todos lo que tengan playa y si es spring break ¡mejor!
Un destino que te sorprendió: Burdeos, fue más increíble de lo que imaginaba.
Y uno que te decepcionó: Buzios en mi luna de miel.
Un recuerdo de vacaciones: Cada día que comparto en la playa con mi esposa y mi hija.
El lugar al que siempre podrías volver: Burdeos.
Un destino pendiente: Las regiones vitivinícolas alemanas.
Tu próximo viaje: Prefiero no contarlos… ¡es cábala!