El impuesto para mochileros que planea introducir el Gobierno australiano podría reducir en un 60 por ciento las "working holidays", los programas de trabajo en vacaciones.
Así lo afirma un estudio publicado hoy por la Universidad Monash de Melbourne y la Youth Hostels Association. Según la investigación, el 57 por ciento de los turistas que trabajan durante sus vacaciones en Australia afirma que de introducirse el impuesto conocido como "backpacker tax", pasarían menos tiempo en el país, mientras que un 69 por ciento sostiene que gastaría menos en viajes.
El Gobierno australiano está actualmente revisando una propuesta para gravar con un 32,5 por ciento los ingresos de los viajeros con visado de trabajo en vacaciones. Actualmente, estos no pagan impuestos sobre los ingresos que perciben hasta un máximo de 18.000 dólares australianos (13.750 dólares estadounidenses), lo mismo que los locales.
"Los turistas que trabajan han enviado un claro mensaje al Gobierno: 'Si nos tratan como moneda de cambio, nos vamos'", afirmó hoy Margy Osmond, del Foro Australiano de Turismo y Transporte. Según añadió, muchas regiones rurales dependen del gasto de estos viajeros.
De acuerdo con el Departamento de Inmigración, Australia expendió en 2014-15 un total de 226.812 visados de trabajo en vacaciones.