De una y mil formas, la barba está volviendo a los rostros masculinos. O, mejor dicho, está perdurando en las mejillas y mentones -puesto que nunca dejó de crecer-, al tiempo que las afeitadoras van quedando cada vez más archivadas en los cajones del baño.
En todo el mundo -y también en Mendoza- son cada vez más los hombres que basan su look en el vello facial, dedicándole especial cuidado. Incluso hay quienes le dan mayor atención a la barba que a la cabellera.
“Las barbas son tan importantes como el pelo desde el punto de vista de la higiene y del cuidado. Por ejemplo, hay que mantenerla para que no se desprolije. A la hora de limpiarla se precisa del mismo cuidado que se tiene con el pelo del cráneo: usar shampú o jabón neutro”, indica Marcos, de la “lookería” mendocina Ovni, especializada en estilismo de barbas.
Ferchu Hilton, de Jesús López Estilistas, consideró incluso que se debe cuidar aún más que el “pelo común”. “La barba es más dura, por lo que hay que saber recortarla y peinarla. Hay que tener en cuenta que, cuando comés, todos los restos y las migas caen ahí y pueden acumular mucha suciedad. Yo recomiendo usar shampú anticaspa”, indica la joven, que también atiende “una vez al mes” a una clientela fija de barbudos.
No obstante, saliendo de tanta coquetería, también están aquellos que la atienden lo justo y necesario. “No tengo más cuidados que lavarme con shampú y enjuague. El mismo cuidado que le doy al pelo. Tengo que tener precaución de secarme con secador, ya que es mucho el pelo. Si no me seco bien puede que se me hagan hongos en la piel”, cuenta Andrés Martín Morandini, un mendocino que disfruta de su tupida barba.
“Me dejo la barba unos meses, pero me la recorto cada 15 días. Me crece con mucha rapidez. No me la dejo por nada en particular, sino porque me gusta ver cómo cambia la fisonomía de la cara y me es más cómodo estar con barba que tener que afeitarme, cosa que no me gusta en lo más mínimo”, dice con franqueza.
Barbas en remojo
Dejarse la barba no tiene nada de novedoso en los hombres, puesto que es tan antigua como la humanidad misma. Pero siempre ha habido barbudos que la han convertido en ícono más que otros. En el fútbol, Ricardo Julio Villa y Sergio Batista -campeones del mundo con Argentina en 1978 y 1986, respectivamente- o en Hollywood el interminable Chuck Norris, son apenas algunos ejemplos. No se trata justamente de barbas “de tres pelos” como la canción popularizada por el trío circense español Gabi, Fofó y Miliki sino todo lo contrario.
El tema es que las barbas han vuelto a tomar protagonismo durante los últimos meses. “Antes que nada es una cuestión de gusto personal. Sí es evidente, a full, que ha crecido en todo el mundo la tendencia. Los denominados hipsters tienen mucho que ver en esto. Pero la barba es algo viejo a lo que se está retornando ahora, después de un tiempo en el que había dejado de usarse”, opina el especialista Marcos, de Ovni.
Precisamente en ese local, este estilista da rienda suelta a su creatividad para lucirse con cortes vanguardistas y, entre ellos, se destaca el mantenimiento de las barbas. “Muchas barbas van más a lo vintage. Como muchas cosas ya están y fueron hechas en algún momento, tiene que ver con una moda muy común de retomar tendencias de distintas épocas y, entre ellas, están las barbas. Es justamente el resurgir de lo vintage”, explica.
En cuanto a los estilos, indica que las que están más “en boga” son las más tupidas, que cubren mejillas y barbilla. “Los candados prácticamente no se están usando. Ahora se usa más la de cara completa. Igual eso depende de cada persona; uno va jugando con ello según el tipo de barba. También hay que tener presente que no a cualquier hombre le queda bien la barba. Depende mucho de cómo le crezca y de las facciones”, grafica Marcos, que en el facebook de su local exhibe varias fotos de clientes con barbas tupidas y muy “trabajadas”.
Ferchu Hilton, de Jesús López Estilistas, también lo atribuye en cierta forma a una moda. “No ocurre con todas las personas que tienen barba, pero el hecho de que haya subido tan de golpe tiene que ver con la moda y tendencia de los hipsters, por ejemplo, que usan barba larga y camisas de leñador. ¡Imaginate que están empezando a fumar en pipa también!”, aclara.
Al salón en el que trabaja ella llegan prácticamente a diario hombres con barba abundante y, una vez al mes, van para el mantenimiento.
"Cuando empezó el frío se vio a más hombres dejarse la barba y muchos más vinieron buscando asesoramiento. Yo creo que va a durar la moda lo que dure el frío, porque con el verano se hace más incómodo. Ocurre lo mismo con el flequillo en las mujeres", compara Ferchu.
Asimismo, también destaca que hay rostros y rostros para dejarse la barba: "Es muy importante cómo complementan las cejas. Siempre sirve asesorarse si queda bien o no, porque no significa que por estar de moda a cualquiera le va a quedar bien".
Hablemos de mi barba
“He notado que hay como una tendencia en el mundo a dejarse la barba y cuidarla de muchas formas; supongo que será por moda. En Europa se usa bastante y aquí veo cada vez más personas con barbas largas. Quizás sea yo el que presta más atención ahora que antes”, reconoce Martín, un “barbudo” mendocino.
Lejos de las tendencias o los asuntos de la moda (“no tengo idea de qué son los lumbersexuales”, dice al ser consultado por esta denominación que se les ha dado a quienes hacen un culto de la barba), prefiere hablar del placer que le provoca dar libertad a su bello facial.
“Sé que ahora hay muchos productos para las barbas y demás cuidados, pero supongo que será parte del marketing para poder vender algún producto. Cuando algo surge, nunca está solo. Viene acompañado de algunas cosas para consumir. Yo no ocupo nada de eso.
Tampoco me hago formas ni nada por el estilo; sólo la dejo crecer y la seco", cuenta con la simpleza de quien luce una barba "casual".
"Se me complica para comer un poco. Para tomar helado no tengo ni la más mínima posibilidad si no es con cucharita. Y para dar besos es como un poco complicado. El resto es con normalidad", enumera con sabiduría de barbudo.
Esteban Agnello es actor y director teatral y -como suele ocurrir con aquellos que dejan su barba indómita-, el bello facial es uno de sus dos rasgos distintivos. El segundo es su calvicie.
“Al principio, me empecé a dejar la barba larga para poder tener al fin pelo en un lugar visible, un poco por la frustración de ser pelado. De hecho, siempre me imagino que tengo un programa de computadora en la vida real para sacarme el pelo de la barba y ponerlo arriba”, cuenta con humor, aunque aclara que ése fue el motivo real que lo llevó a no afeitarse.
“Hace ocho años que me dejo la barba y me la voy recortando, aunque muy chastrín y desprolijo. La verdad es que le doy cero cuidado, me lavo con jabón cuando me baño, pero con lo que va cayendo de agua”, se sincera.
Para Agnello, la barba “siempre ha estado de moda, de alguna forma. En los ‘90 pasó con el candado, por ejemplo. Después hubo un bache de algunos años pero siempre ha estado”, cierra como para descartar que el revival actual sea algo pasajero.
¿Tan sucias como un inodoro?
En plena moda hipster, un estudio realizado por un laboratorio de Nuevo México (EEUU) reveló que algunos vellos faciales tienen tantos gérmenes y bacterias como un inodoro. Según los microbiólogos de Quest Diagnostics, algunas de esas caras peludas incluyen incluso partículas fecales.
John Golobic, responsable del laboratorio, analizó una serie de barbas en busca de bacterias y determinó que, si bien varias de ellas contenían bacterias normales, algunas presentaban tantas bacterias que eran comparables a un baño. “Si hubiera muestras similares en el sistema de agua, tendría que cerrarse para su desinfección", explicó el científico. "Habría un grado de suciedad un tanto inquietante”, apuntó Golobic.
Según el estudio, la clave para tener una barba limpia es lavarse las manos y utilizar un buen exfoliante. “Trate de mantener las manos lejos de su cara tanto como sea posible”, afirma John Golobic. Es que las personas con barba suelen estar constantemente tocándola.
Las partículas fecales también aparecen en smartphones, cepillos de dientes o en el agua bendita. En el caso de las barbas, sin embargo, es ligeramente peor. Estudios anteriores ya revelaron que los hombres con vello facial son más propensos a las enfermedades de la piel y las transmiten con más facilidad.
El microbiólogo y profesor en la Universidad de Aston, Anthony Hilton, aseguró hace unas semanas que unas 20.000 bacterias viven entre el vello facial.