Luego de vivir la segunda repetición de “
Teatro mágico de piedra y vino
”, el teatro griego Frank Romero Day recibió en su escenario al genial
Charly García
.
A pesar del cambio de horarios programado por el Gobierno, para evitar la trasnochada que debieron sufrir quienes se quedaron a esperar a Los Nocheros la jornada del domingo, el astro del rock nacional pisó el escenario
a las 2 de la madrugada
. "Señoras y señores en segundos nomás empieza el show", dijo Charly en off antes de pisar el escenario.
Antes, los fuegos artificiales y la llegada de un grupo de inmigrantes habían dado comienzo a la segunda repetición del Acto Central, con guión de Arístides Vargas y dirección de Vilma Rúpolo.
De esos viajeros, surgió el protagonista (Guillermo Troncoso) quien vuelve en el transcurso de toda la fiesta, a sus recuerdos de infancia, etapa que es personificada por el pequeño Gaspar Vargas. Así, el espectáculo fue trazando un paralelismo permanentemente con su niñez, todo lo que vivió en las viñas mendocinas y la Vendimia.
Tras el espectacular cierre con fuegos artificiales que cubrieron el cielo mendocino, los cerca de 30.000 espectadores tuvieron que esperar más de una hora para comenzar a vivir el show de Charly, que arrancó con un video proyectado en pantalla gigante sobre el fondo del escenario.
De traje negro, corbata roja con vivos blancos y sombrero, el ex Sui Generis ganó su mítico teclado y comenzó a ponerle rock a la noche con “Rock and roll yo” y “Demoliendo hoteles”.
La música que marcó a varias generaciones siguió sonando y aparecieron “Influencia” y “Rezo por vos”, mientras Charly golpeaba las teclas con guantes recortados y las redes sociales estallaban, replicando el toque del ídolo en Mendoza.
“Los dinosaurios”, con un increíble solo de violín, emocionó a más de uno, mientras el escenario se cubría de tenues luces azules y la corista Rosario Ortega deleitaba con los dulces tonos de su voz.
Mientras realizaba un intervalo, García le pidió al iluminador que orientara los reflectores al público, lo que generó eufóricos alaridos.
Cuando apenas habían transcurrido 30 minutos del show finalizó la transmisión en vivo del canal Acequia TV que seguía las instancias en el teatro. Esto generó molestias, sobre todo en los usuarios de la web, que comenzaron a protestar en las redes sociales.
"Sólo teníamos autorizado transmitir 7 temas. Mil disculpas a todos los que se quedaron espernando más Charly", fue el mensaje publicado el Twitter por la emisora estatal mendocina que está en fase de pruebas.
"Quiero dedicarle esta canción a nuestra querida Cristina" soltó, por su parte, el músico y comenzaron a sonar los acordes de “Eiti Leda”. A este le siguieron otros éxitos con los que Charly supo ganarse cómodamente al público del Frank Romero Day.
Fito Páez y el rock mendocino calentaron la previa
En el arranque de la
segunda repetición de Vendimia
el rock mendocino se instaló fuerte. Es que minutos después de las 19, los
Bela Lugosi
le dieron los primeros acordes a la “noche del rock” mientras la gente comenzaba a poblar el Frank Romero Day.
Ya cerca de las 21,
los Enanitos Verdes
coparon el escenario ante un entusiasmado público que coreó sus éxitos más populares. Entre ellos, Muralla Verde y Lamento boliviano hicieron delirar a los miles de espectadores.
La formación liderada por Marciano Cantero cerró con "El extraño de pelo largo" y le dio lugar al rosarino
Fito Páez
, uno de los platos fuertes de la noche, quien a su vez dejó espacio para la repetición de la fiesta, propiamente dicha.
A las 22 puntual el rosarino subió al escenario y eligió “El amor después del amor” para abrir su show.
“Mendoza cómo te quiero”, gritó mientras interpretaba su indiscutible clásico. La afirmación de uno de los monstruos del rock argento generó un grito ensordecedor en las gradas del teatro.
“Dos días en la vida” y “11 y 6” fueron los siguientes de una larga lista de clásicos (en total, 14) que Fito cantó antes de la segunda repetición de la fiesta máxima.
Luego interpretó “Pétalo de sal”, “La rueda mágica”, “Un vestido y un amor” y “Al lado del camino” de impecable traje blanco, camisa negra y algunos problemas con su voz que, de a ratos, lo traicionó con algunas notas.
Mientras, los infaltables mates con sandwichs y hasta algún menú más elaborado acompañaron a los mendocinos y visitantes en el teatro griego.
“A rodar mi vida”, con un enérgico Fito en el piano y la potente voz de su corista, fue la canción con la que amagó a dejar el escenario.
“Vamos calentando motores que en un ratito se viene el genio máximo de la música argentina”, dijo Páez en referencia a Charly García. Mientras terminaban los sonidos de otro clásico, se despidió: “Feliz Vendimia, Mendoza. Hasta la próxima”.
Pero un minuto después interpretaba uno de sus imbatibles: “Mariposa tecnicolor” y poco después de las 23 dejó el escenario agitando sus manos, saludando a los mendocinos y turistas que lo acompañaron en un show inolvidable.