Siempre le suceden distintas e interesantes cosas en las ferias infantiles. Es que cuando está frente a los niños, así sean legión, se siente cómodo y a salvo. Por eso confiesa: “si tuviera que hacer lo mismo en un salón lleno de adultos te aseguro que me inhibiría”. Claro, Chanti no sólo habla con los chicos de igual a igual sino que en cada presentación hace una suerte de stand-up infantil: le pone voz a sus personajes (como a Nacho y Toby, los protagonistas de su tira “Mayor y Menor”) y pide que las preguntas se las dirijan a ellos.
- ¿Y qué cosas quieren saber?
- Por ejemplo, le preguntan a Nacho si está enamorado de Paloma. O quieren saber por qué no está casada la maestra de “Clases delirantes”. También le hacen preguntas al perrito.
- ¿Y esas cómo las contestás?
- Ladrando. Pero es un ladrido que ellos entienden.
Luego, Chanti le propone al auditorio crear un monstruo colectivamente. Así, surge una criatura a la que esos locos bajitos le ponen “orejas de chancho”, “alas de murciélago”, “cola de mono”. Y así, en la complicidad del juego, pasan al escenario los que leen, interpretan viñetas, muestran sus dibujos o hacen la fila para que el dibujante les firme un ejemplar. No sólo por costumbre de los fans, sino porque “así como ellos quieren conocer al autor, yo quiero conocer personalmente a cada lector”.
Y estaba en eso de las firmas en la Nave Universitaria (luego de su presentación en la reciente Feria del Libro Infantil de Mendoza) cuando se le acercó un chico con síndrome de Asperger. “La familia había viajado desde Cutral-Co especialmente para la presentación”. Los padres, pues, querían agradecerle por todo lo que la historieta había ayudado a su hijo.
- ¿De qué modo?
- Eso mismo les pregunté. El Aspeger es una clase de autismo. Son chicos que pueden saber muchas cosas. Que se embarcan en el estudio o conocimiento de algo y no paran. Su mente es una esponja. Muchos son verdaderos genios en alguna disciplina. Pero tienen problemas para socializar. Les cuesta relacionarse con chicos de su edad.
A su fan neuquino, la lectura de “Mayor y menor” lo ayudaba a comprender las formas de conducta y, sobre todo, el tipo de humor que manejan sus compañeros adolescentes. “Entendió que copiando los modos y las bromas de Toby y Nacho los otros chicos se reían y lo incluían. Al leerla, también leía cómo comportarse frente a los demás”.
No es casual, pues, que la tira que Chanti empezó a dibujar en 2003 inspirada en sus sobrinos siga teniendo tanto éxito y lecturas en niños de aquí o de allá. En medio de las seis obras que el mendocino editó este año, aparecieron dos ediciones españolas de la historieta (una en castellano y otra en catalán) que lo llevaron a conectarse con pequeños del Viejo Mundo.
“Estuve en colegios de clase alta, de clase media y marginales. A uno de estos últimos iban niños inmigrantes: africanos y gitanos. Y comprobé que todos se reían en las mismas partes. Que los niños, antes de que la educación formal y cultural termine de formatearlos, vibran en una misma sintonía”.
Monstruos & niños
En las horas muertas de los aeropuertos (Chanti viaja mucho), comenzó a pensar en dibujar para sí. No ya bajo la presión de la entrega por encargo o del trabajo gráfico cotidiano, sino con la intención de recuperar ese placer íntimo de autosorprenderse en la página. Así garabateó su cuaderno de viajes y vio nacer el primer monstruo. Y otro. Y otro más. Los dibujos se convirtieron en una especie de álbum donde seres supuestamente terroríficos se cruzan con otros supuestamente inocentes.
“En realidad, tanto los monstruos como los niños están en una situación de desconcierto. Ambos se encuentran en un momento raro”, aclara. Y así surgió “Criaturas”, un libro-álbum que publicó Caleidoscopio.
Luego de terminar los dibujos, mirando el Facebook, Chanti descubrió las esculturas de Guillermo Rigattieri. “¡Era el mismo concepto!”, descubrió. Y ahí nomás lo llamó para compartir ideas y una propuesta que desembocó en una muestra conjunta. “El 19 de octubre inauguramos una muestra con Rigattieri en la Nave Cultural”, adelanta.
Pero antes, en septiembre, será lanzado el libro número 12 de “Mayor y menor”. Esa edición se suma a “Las Aventuras de Facu y Café con Leche 6” (Sudamericana), “Historias de Lirantes y otros locos personajes 2” (Comiks Debris), “Lo que ves no es” (Bambalí). Sobre este último, cuenta: “No es de historietas, sino de ilustraciones que se completan al verlo al trasluz. Son juegos gráficos que parten de una adivinanza”. Y faltaría mencionar “Mi perro Trueno. Cómo cuidar a tu cachorro” (Pequeño Editor), un libro para niños sobre el cuidado de las mascotas.
En España, están circulando “Mayor y menor” y “Gran i Petit”, tomos que comprenden los primeros cuatro libros que salieron publicados en Argentina. Estuvo en varias ciudades de Catalunya, en el Salón del cómic de Barcelona, y en el día de Sant Jordi (día del santo patrono donde tradicionalmente la gente regala libros y las librerías salen a la calle). “Fue hermoso ver a tanta gente hojeando, comprando y leyendo”. Aquí, en el país, también tiene postales bonitas. La de su muestra en Córdoba, con sus personajes pintados a mano. Y aquí, tanto en la feria como en la biblioteca Alberdi de Luján, las muchas cabecitas que a diario le expresan su admiración y cariño.