Más de 300 familias se evacuaron durante los últimos días en Chaco debido a la creciente de los ríos Paraná y Paraguay, por lo cual desde el Gobierno provincial se desplegó un operativo de emergencia para contener a las personas afectadas.
El río Paraná evidenció una importante creciente sobre la costa chaqueña y ayer a la mañana se ubicó en una altura de 7,23 metros en el puerto de Barranqueras, casi un metro por encima del nivel de evacuación.
“Son poco más de 300 las familias evacuadas y autoevacuadas en la zona costera”, aseveró el presidente de la Administración del Agua (APA), Francisco Zisuela. El funcionario precisó que la mayoría de estas personas “se trasladan a viviendas de sus familiares y algunas pocas quedaron en las zonas más altas próximas a la costa”.
El gobernador Domingo Peppo recorrió las principales zonas afectadas por la creciente, a fin de tomar contacto con los damnificados y constatar el funcionamiento del operativo de contingencia coordinado por los ministerios de Desarrollo Social, Producción, Infraestructura y Salud Pública.
“La situación está controlada", dijo Peppo y aseveró que los equipos gubernamentales se mantendrán en “alerta constante y haciendo el seguimiento continuo” de la situación, en coordinación con las intendencias de la zonas afectadas por la crisis hídrica.
El mandatario remarcó que “la población está en buena situación de salud y de alimentación”. Además, especificó que el panorama más complicado se registra actualmente en el municipio costero de Isla del Cerrito, zona de confluencia de los ríos Paraná y Paraguay.
El jefe del APA, por su parte, especificó que “son más de 2.500 los ciudadanos que permanecen aislados en la parte más alta de la Isla del Cerrito, cuya superficie de 11.604 hectáreas está cubierta en más del 99% por las aguas”.
El cuadro de situación también es cada vez más preocupante en las zonas ribereñas de Antequeras, Isla Santa Rosa, Puerto Vilelas, Tacuarí, Isla Soto y Barranqueras, donde según estimaciones del Instituto Nacional del Agua el río Paraná podría trepar hasta los 7,42 metros durante los próximos días.
“Esperemos que el río se pueda estabilizar, comience el descenso y todas las personas puedan regresar a sus domicilios”, dijo el gobernador y lamentó las pérdidas registradas en la producción agrícola como consecuencia de la creciente.
Peppo sostuvo que habían visto “lugares donde los establecimientos están prácticamente tapados por el agua, muchas familias perdieron su producción de maíz, mandioca o huerta y están cuidando sus animales”.
El mandatario realizó un reconocimiento al esfuerzo que el sector productivo realiza para soportar y aminorar las consecuencias de la inundación.