Crocantes, sabrosas, calentitas, deliciosas... La lista de adjetivos podría continuar: es que no resulta fácil describir a las mejores empanadas del país, que se hacen nada menos que en nuestra provincia. Las manos detrás de ellas son las de la maipucina María del Carmen Chacha Vicario (59), quien trabaja desde hace 15 años en el restaurante Casa del Visitante de la Bodega Santa Julia (Familia Zuccardi).
Sus empanadas fueron reconocidas esta semana en el Campeonato Federal de la Empanada que se realizó el 9 de julio en Buenos Aires. Allí compitió con 14 representantes de otras provincias y logró el primer lugar. El segundo puesto fue para Tucumán y el tercero para Buenos Aires.
La alegría de María del Carmen no le cabe en el cuerpo, ya que nunca pensó que tras participar en el concurso pasaría a convertirse en una personalidad buscada por los medios de todo el país. A pesar de todo, de regreso a sus pagos y a la cocina que la recibe todos los días, ha vuelto a ser la misma de siempre, esa mujer querida por sus compañeros y merecedora del mote "La Mamá de Todos". "Ella es la que nos cura el empacho, la ojeadura a los niños y siempre está atenta a los que nos pasa", aseguró una de sus colegas.
Es que aunque hoy esté tranquila y viviendo uno de los mejores momentos de su vida, ella sí que sabe de esfuerzo, trabajo y compañerismo. De hecho recuerda haber comenzado su vida “laboral” a los cinco años, en la finca donde su papá era contratista.
Desde entonces ha abierto zurcos, desbrotado la viña, cosechado uvas y elaborado vino patero, entre otras muchas actividades relacionadas con la vitivinicultura, la olivicultura o la fruticultura. Además es mamá por tres, tiene cinco nietos y, cuando era jovencita, sufrió la pérdida de su primer hijo.
Fue recién en 2004 cuando la Chacha ingresó al restaurante que maneja la familia Zuccardi. Su puesto era el de bachera, por lo que tenía a su cargo el lavado de platos, copas y otros utensilios. Pero cada ratito libre que tenía se lo pasaba en la cocina preguntando si alguien necesitaba ayuda para picar, cortar o pelar. "Al mes me preguntaron si quería trabajar en la cocina y allí empecé", recordó. Si bien la mujer no había estudiado nada relacionado con la gastronomía, tenía muchas nociones que aprendió en su casa y con el tiempo se convirtió en una experta. "Acá dicen que soy multifacética, porque estoy con las empanadas, pero también con el pan, en el menú o en pastelería. Además sé prender los hornos y también puedo hacer asados", enumeró.
Ella asegura que verdaderamente disfruta de su trabajo, y allí le pusieron su sobrenombre, en referencia al personaje de Patoruzú que siempre horneaba empanadas.
Experiencia nacional
La posibilidad de participar en el concurso nacional le llegó a María del Carmen hace un par de semanas, gracias a los dueños del restaurante en el que trabaja. Ellos a su vez fueron invitados por un comensal de Buenos Aires que estuvo en Mendoza y ya había probado las delicias de la mujer.
"Yo dije que sí, pero nunca imaginé lo que se iba a venir", reconoció la Chacha, quien remarcó que gracias al certamen tuvo la posibilidad de subirse a un avión por primera vez. Una vez en Buenos Aires conoció a los representantes de las otras 14 provincias y entabló una gran amistad con una mujer de Jujuy. "Pensé que no tenía chanches porque todos hacían ricas empanadas y varios habían participado años anteriores", confesó.
El certamen tuvo dos jornadas. Durante la primera los cocineros hicieron la mise en place (preparar los ingredientes), que tal como explicó María del Carmen consistió en preparar la masa, el picadillo y dejar todo listo. Al día siguiente tuvieron que hacer el repulgue y cocinarlas para que el jurado las probara. "Yo las hice en horno de barro, pero muchos prefirieron hacerlas fritas", contó. Una vez terminadas, las sirvió con una salsa criolla opcional. "Al rato se las llevaron para probarlas sin decir nada. Aunque un señor del jurado se dio vuelta y me hizo una seña con el pulgar para arriba", recalcó.
Pasado un tiempo la nombraron a ella y a las representantes de Tucumán y Buenos Aires como finalistas.
Una alegría “de sopetón”
"Después dieron la noticia de sopetón, exclamaron: 'Mendoza: María del Carmen Vicario, la ganadora'", dijo usando las palabras exactas del locutor del evento. Enseguida la embargó la emoción y recibió el abrazo de sus competidoras, quienes se encariñaron con su bondad y simpleza.
"Me dieron un trofeo y una medalla, pero lo más lindo fue el reconocimiento", manifestó.
Es que casi de un minuto para el otro pasó a ser famosa en todo el país. "Me llamaron de muchos medios y hasta salí en vivo en la tele. Además recibí millones de mensajes de familiares y amigos. Recién en el avión tuve tiempo de verlos todos y 'caer' un poco en lo que me había pasado", relató.
Para la Chacha el secreto de su empanada estuvo en el hojaldre de la masa. "También un poquito en el picadillo, ya que le puse cebollita de verdeo, como en el restaurante", confió. Otro "truquito" que le dio ventajas fue cocinarlas en el horno de barro, como se estila en la provincia. Detalló que su cocción no fue la tradicional sino que fue tipo "al espiedo". "Las fui dando vueltas en el horno así quedaban parejitas", aseguró.
El jurado
Según comentó María del Carmen "Chacha" Vicario, los jurados del ganadora del Campeonato Federal de la Empanada evaluaron el repulgue, el picadillo, la cocción y la masa. Este jurado estuvo integrado por Dolli Irigoyen, Juan Braceli (del programa "Cocineros Argentinos"), Martín Molteni (chef de Puratierra), Pietro Sorba (crítico gastronómico), Juan Alberto Saint Esteban (Campeón Argentino de la Empanada 2019 por APPYCE) y María Cuello (campeona del Festival Nacional de la Empanada en Famaillá, Tucumán), entre otros.