Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
No venía del todo bien armado, pero existía algún tipo de acuerdo entre los dirigentes. La dirigencia local le solicitó a sus pares nacionales que el 14 del actual se realice el plenario general para la normalización de la central obrera regional y la respuesta no se hizo esperar: vendrían si hay acuerdo para evitar futuras divisiones. Pues bien, ese acuerdo no se alcanzó y existen amplias posibilidades de que la situación se mantenga tal cual está y la normalización quede para el año próximo.
Las reuniones “previas” se habían multiplicado en los últimos meses y el objetivo era uno solo: alcanzar la unidad para convertirse en la primera regional del interior del país que fuera “bendecida” o al menos contar con el aval de la central obrera nacional. Durante una reunión que se realizó en el gremio de Estaciones de Servicios, que contó con la participación de más de 30 dirigentes, se acordó que la fecha “ideal” para la realización del plenario normalizador fuera el 14 del actual. La comunicación -telefónica- se realizó inmediatamente a los pares nacionales, quienes pusieron como condición que exista un acuerdo previo. “Nuestra intención es alcanzar como objetivo que haya una sola CGT en el país y no queremos que en el interior exista algún tipo de división”, le dijeron al interlocutor local.
Sin embargo, pese a las gestiones de buena voluntad que iniciaron algunos dirigentes, el acuerdo definitivo está, por ahora, lejos de alcanzarse. Sucede que el “hombre de la unidad” y que no recibía cuestionamientos desde las partes, el colectivero Rodolfo Calcagni, adujo motivos personales y consideró que debía ser otro el dirigente que encabezara la central obrera regional. Y es aquí donde empezaron los problemas. El metalúrgico Luis Márquez tiene muy buena llegada a sus pares locales, pero “entregarle” la regional a la UOM podría generar inconvenientes en la CGT nacional, en razón de que el también metalúrgico Antonio Caló lidera uno de los sectores en la terna unificadora.
Había otros “anotados” para liderar la regional, pero no pudieron alcanzar su objetivo por ser discutidos por algunos de los sectores y hasta se da un caso especial. Sucede que un grupo de gremios está alineado con el kirchnerismo e impulsa a un dirigente de Sutiaga o de ferroviarios para la futura conducción. El enojo no se hizo esperar. “Durante ocho años, tanto (Celso) Jaque como (Paco) Pérez nos ningunearon absolutamente y resulta que ahora quieren conducir la CGT. Si eso llega a ocurrir, nosotros nos vamos a abrir”, dijo una de las fuentes consultadas. Hasta se supo que, desde el orden nacional, el camionero Pablo Moyano habría adelantado la intención de que un hombre de su gremio fuera el titular en Mendoza pero el planteo no logró los resultados que Moyano esperaba.
En los últimos días se han sucedido las reuniones. La última se realizó el viernes en Estaciones de Servicios en la búsqueda de un acuerdo, que pasaría esencialmente por solicitarle a Calcagni que revea su primaria posición de no ser candidato. Si ese acuerdo no se alcanza en las próximas horas, se caerá la posibilidad de que el 14 se realice el plenario y habrá que esperar hasta el año próximo para la normalización, porque los “tiempos” así lo determinan, ya que resulta muy difícil que haya movimientos en el último mes del año y en los dos primeros del 2017.
Donde también subsisten los problemas es en el plano político-gremial. Los sindicalistas locales están muy molestos porque ni siquiera fueron consultados por los políticos justicialistas en el acuerdo alcanzado por el sector azul y los sureños encabezados por los hermanos Félix. “No sabemos ni siquiera quién ocupa la secretaría gremial del partido”, dijo la fuente, la que recordó que esta situación no es nueva, ya que hubo una época en que esa secretaría “gremial” fue ocupada por el ex gobernador de la provincia Rodolfo Gabrielli.
En la Nación
En el orden nacional la situación se mantiene en un momento de transición. Ya nadie habla del paro general, no hay planteos -al menos desde la CGT- aunque sí a nivel individual sobre el impuesto a las ganancias y se está a la espera de lo que pueda suceder con las paritarias, porque parte de la discusión se divide entre el porcentaje de aumento y la necesidad de mantener las fuentes de trabajo.
Y en el plano político la situación es aún más complicada. Porque hay una verdadera ensalada de dirigentes que responden a distintas posiciones. En ese marco, puede señalarse que el actual titular de las 62 Organizaciones “Peronistas”, Gerónimo “Momo” Venegas está alineado con el PRO. Vale recordar que Venegas llegó a ese cargo por su amistad con Hugo Moyano y en ese momento el camionero, hombre fuerte del sector, quería asegurarse también la conducción de las 62. Sin embargo, durante el conflicto con el campo, Venegas se alejó del kirchnerismo y armó su propio partido (Fe), que terminó sumándose a la actual coalición gobernante.
Como contrapartida, tampoco se entiende mucho lo que sucede con el bancario Sergio Palazzo. El dirigente mendocino estuvo siempre alineado dentro del radicalismo, pero resulta que ahora, con el partido centenario sumado al PRO, Palazzo, junto a otro (ex?) radical, Leopoldo Moreau, organiza un acto en homenaje a Hipólito Yrigoyen y le cedieron el micrófono a Cristina Fernández.
En otro orden, hay dirigentes que se han alineado con Sergio Massa, mientras otros prefieren mantenerse equidistantes a la espera de novedades dentro del justicialismo. La realidad es que la carencia de un liderazgo contundente y la pérdida del poder de movilización le ha restado fuerza al movimiento obrero también en el plano de la política.