¿El gobierno de Mauricio Macri tendrá a fines de marzo el primer paro nacional en su contra impulsado por la Confederación General del Trabajo? Al menos esa fue la decisión que anunció ayer el Consejo Directivo de la CGT, tras la reunión celebrada en la sede de la Federación Marítima, en el macrocentro porteño.
“Hoy resolvimos no participar más de las mesas del diálogo para la producción y el trabajo mientras siga esta situación crítica con los empresarios”, afirmó Héctor Daer, uno de los triunviros cegetista.
Después de cuatro horas de reunión, los principales referentes sindicales comunicaron la decisión de ir “a un cese de actividades por doce horas” para la segunda quincena del próximo mes.
No hubo más precisión al respecto. Todo indica que, al menos por ahora, la cúpula de la CGT dejó abierta una puerta para próximas negociaciones con el Gobierno nacional. Más allá de frases altisonantes y de ocasión, hasta ahora la dirección de la CGT siempre se manifestó dialoguista con el gobierno de Cambiemos.
Más enfático fue el anuncio sobre la movilización que el martes 7 de marzo realizarán los gremios industriales, con el respaldo de la CGT, al Ministerio de la Producción. Al respecto, el referente de la Unión Obrera Metalúrgica, Francisco “Barba” Gutiérrez, fue quien la fogoneó.
Los metalúrgicos, así como los textiles o el gremio de la construcción, se inscriben entre las ramas más afectadas por el bajón productivo de la economía nacional que ya arrojó, según cifras oficiales, más de 150 mil despidos.
“Esto es el inicio de un plan de lucha para que cumplan sus compromisos”, resumió Juan Carlos Acuña, quien junto a Daer y Juan Carlos Schmid, integra el triunvirato de la CGT unificada a mediados del año pasado.
En octubre, el Gobierno nacional logró desactivar otro anuncio de paro de la CGT, que como el de ayer tampoco contaba con una fecha precisa de concreción.
Aquella vez, la convocatoria a la Mesa del Diálogo por la Producción y el Trabajo, la luz verde para negociar un bono de fin de año y el compromiso firmado por sectores empresariales para que no habría despidos en los próximos meses, aplacaron los ánimos de la dirigencia sindical. La continuidad de los despidos y las suspensiones pese al compromiso asumido, descolocó a la CGT.
Además del triunvirato director, también participaron de la reunión Pablo Moyano (Camioneros), Andrés Rodríguez (UPCN), Gutiérrez (UOM), Armando Cavallieri (Comercio), Roberto Fernández (UTA), Gerardo Martínez (Uocra) y Omar Maturano (La Fraternidad).
“Nos movilizamos en defensa del trabajo y la producción nacional, paritarias libres, convenios colectivos de trabajo, del sistema previsional y de salud de seguridad social, de la educación, en contra de la flexibilización y del aumento indiscriminado de tarifas”, enumeró Héctor Daer.
"En el movimiento obrero existe mucho malestar y enojo con las medidas tomadas por el Gobierno; se quebró la confianza”, agregó Schmid.
Desde el Gobierno, el ministro de Trabajo Jorge Triaca, de muy buen diálogo con los referentes sindicales, en la últimas horas sintonizó con las quejas de la CGT: “Se ha perdido la confianza con algunos sectores empresarios que no dejan de hacerse los vivos”, criticó.
“Había un acuerdo político de cuidar el empleo”, dijo. Despidos y la persistencia en los aumentos de precios, sobre todo en los alimentos, dispararon las declaraciones de Triaca.
La CGT dijo que se retira de la Mesa de Diálogo y el ministro Triaca deberá ofrecer un menú para evitarlo. Tiene casi dos meses para esa tarea.
El Gobierno apuesta a evitar el paro general
En el Ministerio de Trabajo no tienen dudas. Consideran que la renuncia de la CGT al Diálogo por la Producción y el Trabajo obedece a cuestiones políticas. Sólo hay algunas discrepancias en torno a la posibilidad de evitar el paro general que anunció la central obrera.
Cerca del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, consideran muy difícil evitar la huelga anunciada.
“Este es un paro político. El reclamo es muy diverso. Hay intencionalidad política. Tenemos una diferencia de diagnóstico muy clara”, sentenciaron.
En Trabajo, al igual que en la Casa Rosada, ven con optimismo algunos índices de la economía. “Creemos que vamos en un sendero de recuperación, aunque hay sectores que tienen problemas. Hay crecimiento de empleo y se está recuperando el sector automotriz y la construcción. Para nosotros no se justifica un paro. Creemos en el diálogo y vamos a seguir apostando a eso”, señalaron.
Creen que las razones de la protesta obedecen más a la política partidaria que a la gremial. Señalan al peronismo y evitan responsabilizar al kirchnerismo y al Frente Renovador que, con distintos dirigentes, tienen ascendencia en la central obrera.
Por otro lado, otros funcionarios de la cartera de Trabajo que mantienen diálogo permanente con los sindicalistas consideran que por ahora sólo se confirmó una movilización y confían en que existe un margen para evitar el paro general.
Si se confirma la medida de fuerza de la CGT, el Gobierno ya no podrá seguir señalando como una de sus fortalezas la ausencias de un paro de la central de trabajadores. "Lo importante era que no ocurriera el año pasado", piensan algunos funcionarios con despacho en la Casa Rosada. Clarín