El rescate de personas varadas por el frente de aludes de la ruta 7 continuó y anoche quedaban poco más de 100 personas en esa condición en Puente del Inca, aunque en buen estado y sin pasar mayores contratiempos.
Esa fue una de las novedades importantes de la víspera, 72 horas después que una sucesión de deslizamientos de agua, tierra y piedras cortará el camino a Chile en por lo menos 20 tramos.
El restante buen dato que arrojó la jornada del domingo fue que el despeje del camino avanzó 11 kilómetros, desde el primer gran corte, registrado en la Quebrada Seca, a la altura del kilómetro 1165 del Corredor Internacional.
Como contrapartida, algunos camioneros se quejaron de no haber sido asistidos, aunque todos admitieron que la magnitud de la catástrofe superaba todas las previsiones (ver aparte).
Ayer, ocho grandes máquinas viales y un puñado de maquinistas estaban abriendo una brecha en el corrimiento de tierra o deslave (así se llama este tipo de fenómenos causados por las lluvias), en el kilómetro 1176, en un sector próximo al Río Blanco. Lo que tenían frente a si era prácticamente un "cerro" de derrumbes.
La altura del embancamiento impresionaba a simple vista. La extensión del bloqueo era de aproximadamente 400 metros, con una acumulación de material de 3 a 4 metros.
Parado sobre elevaciones del material de arrastre, donde la vertical se complicaba por la fragilidad del piso y la intensidad del viento, en el mediodía de ayer el gobernador Francisco Pérez, y varios de sus ministros, fueron informados sobre las tareas de despeje por el ingeniero Miguel Manuel Rivas, jefe del IV Distrito de Vialidad Nacional, a cargo de los trabajos de limpieza.
"Es una catástrofe, un tsunami de barro y piedra", volvió a decir el mandatario provincial. Rivas, de barba y con evidente signos de cansancio, lleva tres días con casi nulo descanso, pero dijo que los verdaderos "héroes" de estas horas son los maquinistas y operarios viales que pasan muchas horas en el camino.
No suman más de 20 ó 25 que no alcanzan a descansar y tienen que estar otra vez en el terreno. Los Andes llegó a ese punto del avance de los equipos a bordo de un arenero UTV Polaris del diputado Fabián Miranda, quien, como muchos otros mendocinos, se puso al servicio de la emergencia.
Antes de retirarse de la zona, el Gobernador anunció que "sigue incierta" la fecha de apertura definitiva de la ruta; que hoy se abrirá el camino para la evacuación de personas únicamente, y que posteriormente tendrá que transcurrir un período en que el personal vial deberá terminar de limpiar la calzada y devolverle las mínimas condiciones de seguridad.
Arduo desbloqueo
Las máquinas de Vialidad son nuevas y conforman una adecuada dotación, pero no hubieran alcanzado por la enorme amplitud del frente de ataque. Por eso, se sumaron equipos de Vialidad provincial, y de las firmas Green y Ceosa, que trabajan en la ruta. Las operaciones de limpieza se suspendieron a la tarde cuando un frente de tormenta volvió a caer sobre la zona.
Los próximos kilómetros serán arduos, porque hay derrumbes de distinta envergadura, especialmente uno situado sobre el kilómetro 1183, a 2 kilómetros del puente de Cortaderas. El ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso, dijo que este bloqueo "es también muy voluminoso".
Puente aéreo
Si meritorio resultó que se llegara con rápido auxilio a los damnificados, también es de resaltar el puente aéreo que se llevó a cabo para evacuar a decenas de atrapados por los aludes.
Seis helicópteros (de Policía de Mendoza, Ejército, Fuerza Aérea y uno afectado al Parque Aconcagua) han realizado entre 30 y 40 vuelos para sacar a turistas, pobladores y camioneros de su incómoda posición.
Los evacuados son llevados desde Puente del Inca hasta un punto del camino, en Polvaredas, y allí son embarcados en las máquinas y tras un corto recorrido, dejados en el asfalto nuevamente, siendo llevados por tierra a Uspallata. Alrededor de las 14 se abandonó esta operación porque el viento hacía inseguro el desplazamiento aéreo.
En tanto, en la Compañía de Cazadores de Montaña 8 permanecían poco más de un centenar de refugiados, que probablemente sean retirados hoy si las condiciones del tiempo lo permiten. Ayer las 19, llovía con intermitencia y soplaba un viento moderado.
Además, hubo otra modalidad para auxiliar a evacuados: unos 135 viajeros fueron llevados por tierra a Santiago de Chile, y desde la capital trasandina viajaron a Mendoza en un avión de Aerolíneas Argentinas. Esta fue una gestión del gobernador Pérez.
En horas de la madrugada de hoy, otro contingente iba a ser conducido a nuestra provincia de la misma forma.
Cabe destacar que todos los rescatados pasaron por una revisación médica, inclusive algunos contra su voluntad, porque tenían premura por retornar a la ciudad.
Médicos y enfermeros del hospital de Uspallata los controlaron en las instalaciones del Grupo de Artillería de Montaña 8, y luego, tras comprobar su estado, fueron llevados a la Aduana para realizar los trámites migratorios, que se imponen en el retorno al país.
Problemas con andinistas
Muchos andinistas están retornando a la capital mendocina, junto con turistas, residentes de alta montaña y conductores de camiones. Dos de los escaladores, los rusos Mikhail Mamuta (38) e Igor Belskih (48), hicieron cumbre el miércoles pasado.
Ponderaron las acciones de los rescatistas, pero agregaron: "Son cosas que pueden pasar en zonas de montaña, aunque nos parece que faltan protecciones contra los aludes", manifestó el segundo a través de una traductora.
Los que dieron un dolor de cabeza al operativo de evacuación -cuyo jefe es el comisario Juan Carlos Morales, a cargo de Defensa Civil- fueron ocho escaladores australianos.
Estos intentaron superar los controles de la ruta y cruzaron por la amplia meseta por donde están las vías del ex tren Trasandino, con el propósito de llegar a la base del Aconcagua. Guardaparques los detectaron y les impidieron continuar. La actividad deportiva en el coloso está suspendida, como también los deportes en el río Mendoza.