Después de casi dos décadas de reclamos cierra hoy sus puertas la alcaidía de Junín, un edificio que desde los años ‘90 y de manera ilegal alojó decenas de presos en un espacio compartido con la comisaría del Menor y ubicado a solo una cuadra de la Municipalidad, de un banco y una escuela.
Durante años, ese edificio a espaldas de la comisaría 19, funcionó como herramienta de la Justicia para alojar temporalmente a los presos llevados a juicio en los tribunales de San Martín y además, para tener a mano y cerca de las fiscalías, a las personas imputadas por un delito que no podían ser alojadas en el penal.
“La alcaidía se cierra a partir del 1° de abril y así se resuelve una situación anormal y un viejo reclamo de vecinos y también de la comuna, que pedían trasladar a los presos a un lugar más seguro”, explicó el comisario distrital Eduardo Impellizzieri: “Los presos están siendo llevados al penal, que es donde deben estar y desde abril acá va a funcionar solamente la Comisaría del Menor, que es lo que debió ser desde un principio. El personal a cargo seguirá estando pero solo para atender a los menores detenidos”.
En los ‘90, el ex intendente Dante Pellegrini acordó con el gobierno de turno que en ese edificio ubicado detrás de la comisaría 19 y al que se accede por un portón, funcionaría una comisaría del Menor y así ocurrió durante un tiempo, hasta que después se sumó en el mismo espacio una alcaidía para mayores, en la que han llegado a estar hasta 30 personas detenidas en plena ciudad de Junín y custodiadas con poco personal.
Pero lo cierto es que el edificio nunca estuvo habilitado para funcionar como alcaidía y el intendente Mario Abed podría haber clausurado el lugar hace tiempo, ya que incluso una ordenanza municipal le daba la autorización.
“Aunque hayan estado en celdas separadas no es legal tener en el mismo edificio a mayores y menores detenidos, pero es lo que lamentablemente ha ocurrido en Junín durante estos años. Además, estaba el problema de la inseguridad ya que hubo algunas fugas y también discusión permanente con los familiares de los presos que acampaban en la vereda a la espera del horario de visitas”, agregó Impellizzieri.
Históricamente, el lugar no ha contado con personal suficiente, ya que por lo general solo han habido tres policías por guardia, de los cuales dos eran destinados a los traslados, por lo que en realidad en muchas ocasiones solo quedaba uno y, como ha ocurrido más de una vez, con 20 internos a su cargo.
A fines de 2014, el Concejo Deliberante votó que se normalizara la situación y para ello, pidió que se erradique la alcaidía, un trámite que fue acompañado con la firma de centenares de vecinos de Junín, pero que tampoco en ese momento dio resultados. Incluso en 2015 se hicieron obras en el lugar, con la idea de mejorar las condiciones y separar aún más los espacios destinados a mayores de menores, por lo que la idea de erradicar la alcaidía parecía alejarse más todavía.
Para colmo, trasladarla a los tribunales de San Martín, un anuncio que realizó el gobierno provincial mientras construía el edificio judicial, en realidad nunca fue posible porque las celdas que allí funcionan están pensadas para alojar momentáneamente a los presos que van a juicio, tres pisos más arriba. “Son celdas seguras pero sin camastro ni sanitarios como para mantener a un recluso demasiado tiempo”, confirmaron desde Tribunales.
“Este año nos pusimos de acuerdo, hubo reuniones entre el Poder Judicial y la Distrital de Policía. Así se acordó el cierre de la alcaidía”, comentó Impellizzieri y agregó: “Los presos van a la penitenciaría y serán trasladados si es que son requeridos en la región, incluso aquellos que estén en juicio a lo largo de varias jornadas”.
El año pasado se había anunciado la construcción de una nueva alcaidía para la región, un proyecto que por ahora no pasó de promesa, aunque de llegar a realizarse todo indica que sería en un terreno en zona rural.
