Aunque se había estimado que la cosecha de cerezas podía estar este año un poco por encima de las de 2018 y 2017, las heladas de principios de mes provocaron daños que reducirían entre un 35 y un 40% la cantidad de toneladas. Esto, precisamente, cuando se establecieron protocolos sanitarios que permiten ingresar de modo directo a los mercados de China y Tailandia. El desafío para el sector es incrementar la producción de modo sostenido, para lo que además es necesario protegerla de las contingencias climáticas.
Diego Aguilar, presidente de la Cámara de Cerezas de Mendoza, comentó que las temporadas 2017 y 2018 fueron muy buenas, y se estimaba que la de 2019 podía ser incluso un poco mejor. Sin embargo, las heladas generalizadas del 3 de setiembre encontraron a muchas plantas con la yema hinchada, es decir, a punto de florecer, por lo que habrá que esperar a ver qué ocurrió en zonas más frías, en las que la floración es más tardía.
Por otra parte, explicó que, al haber menos yemas -porque algunas se quemaron- podría haber un mejor cuaje, pero que de todos modos con esas condiciones la planta se estresa. De ahí que calcule que habrá una merma de entre 35 y 40% en la producción que se había anticipado.
Para recordar, en la madrugada del 3 de setiembre se produjeron heladas generalizadas en toda la provincia que, si bien se habían anticipado, fueron más intensas de lo esperado. Así, se llegó a -10°C en el oasis sur y -8°C en el Valle de Uco. Además, se extendieron por muchas horas, lo que afectó a diversos frutales.
Saro Fragapane, quien tiene una finca en el Valle de Uco comentó que en su propiedad no tuvo problemas y que en esa zona no ha habido tanto daño en la cereza como en las frutas de carozo (durazno, ciruela, damasco). Esto, porque la cereza no estaba todavía avanzada en la floración, por ser un lugar con temperaturas más bajas; pero aún así, en ciertos sectores, los -8° dañaron las yemas.
En cambio, en la zona Este, donde suele comprar cerezas a otros productores, sabe que hay cultivos muy dañados, al punto que cree que algunos no van a cosechar, mientras otras están en buenas condiciones; por lo que resaltó que hay diversidad de situaciones.
Fragapane manifestó que espera que no haya más contratiempos con esta fruta, pero reconoció que todavía no está tranquilo, ya que esta semana hubo días de 0°C a la mañana en su finca del Valle de Uco, pero en otras donde no tiene cerezas, se llegó a los -4°C y señaló que en 10 kilómetros las temperaturas pueden llegar a variar 5°C.
Al sudeste asiático
El año pasado, se firmó un protocolo fitosanitario que permite el ingreso directo de cerezas argentinas a China. Y hace unos días ocurrió lo mismo con Tailandia. Esto abre la posibilidad, planteó el director de ProMendoza, Mario Lazzaro, de entrar a mercados como el Asean (Asociación de Naciones del Sureste Asiático), que incluye a Malasia, Indonesia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Laos, Birmania, Singapur, Tailandia y Filipinas, y en conjunto suman unos 600 millones de habitantes.
La aprobación de estos protocolos, señaló, implica que se cae una de las principales barreras de acceso al mercado y resta competir con el precio, para lo que es necesario alcanzar una buena rentabilidad, y también sostener acciones de promoción para concretar negocios.
Sin embargo, la cuestión a resolver es el acotado volumen de producción. Aguilar señala que la cereza es un producto muy demandado y que entre el 50 y el 60% de lo que se produce se exporta. Además de la apertura de China y de Tailandia, se está trabajando desde la cámara para que también se abran Japón y Corea. "Se abren mercados pero no hay producción", lanzó.
De hecho, comentó que en su propia empresa recibe uno o dos correos electrónicos por día, de importadores chinos interesados en comprar la fruta, que preguntan precios y volumen. Pero las cantidades que piden son muy importantes y también buscan calidad, por lo que se debe contar con variedades resistentes a la post cosecha, ya que tienen que soportar en buenas condiciones los 35 días en barco.
Sobre esto, el Instituto de Desarrollo Rural, en su informe sobre la matriz productiva frutícola de la provincia, plantea que es necesario importar variedades de aptitud post cosecha para apuntar a estos mercados de ultramar. Como contraparte, destaca que Argentina cuenta con una ventaja comparativa con respecto a sus competidores, que es el período más prolongado de producción.
En cuanto a la producción, en Argentina se obtienen unas 6.500 toneladas de cerezas, provenientes sobre todo de Neuquén y Río Negro, aunque en Mendoza se produjeron en 2018 unas 2.300 toneladas. Fragapane, quien tiene clientes en China, coincidió en que es importante seguir creciendo, porque en esos países "no les interesan unas pocas cajas".
Aumentar la producción
El presidente de la Cámara de Cerezas de Mendoza explicó que un huerto con todo el paquete tecnológico cuesta entre 50 y 60 mil dólares la hectárea, y subrayó que hay que esperar unos 4 o 5 años para empezar a obtener las primeras frutas. El escenario económico actual, con la incertidumbre y las altas tasas, desalienta este tipo de inversión.
Pese a eso, indicó que ha empezado a notar el interés de algunas personas en invertir y han recibido consultas, por lo que estima que, cuando las reglas de juego sean más claras y se alcance una cierta estabilidad, podrían empezar a concretarse proyectos.
Pero Aguilar también planteó que es necesario implementar algunas mejoras en los cultivos existentes para asegurar una producción constante, que permita no sólo conseguir nuevos mercados, sino sostenerlos. Es que las cerezas se ven afectadas tanto por las heladas como por las lluvias.
Para las primeras, se debe instalar un sistema de riego por aspersión, que moja las plantas de modo constante cuando la temperatura ambiente cae por debajo de 0°C. Esto demanda una inversión de unos 15 mil dólares por hectárea.
Y para proteger la planta de la sobre hidratación -y el consecuente daño por rajaduras de la fruta- que pueden ocasionar las precipitaciones abundantes, se pueden colocar unas carpas similares a la malla antigranizo, que ya se utilizan en Chile y en Río Negro y cuestan unos 12 mil dólares por hectárea.
Apuntar a variedades primicia
El Instituto de Desarrollo Rural considera importante promover nuevas implantaciones de cereza, de las variedades Brooks, Lapins, Santina y Sweet Heart; particularmente en el Norte y Este de la provincia, para favorecer la producción de primicia, ya que la del Valle de Uco coincide con las de otras provincias.
La superficie cultivada en Mendoza se estima en 661 hectáreas y Tupungato es el departamento de mayor importancia en cuanto al volumen producido. Sin embargo, el oasis Norte ofrece la cereza más temprana del país, ya que presenta las condiciones climáticas que permiten cumplir con sus requerimientos de frío invernal y ofrece el suficiente calor primaveral, necesario para una maduración temprana. En tanto en el Este, otra zona de primicias que se está desarrollando, se deben implantar variedades de bajos requerimientos de horas de frío.
La nueva clase media china
China ha incrementado su consumo de cereza 3 mil veces entre 2013 y 2018. Esto, de la mano de la nueva clase media, con 440 millones de personas que tienen un ingreso similar a los estadounidenses; es decir, unos 35 mil a 45 mil dólares anuales.
Sin embargo, más del 90% de las cerezas que importan son chilenas. Y esto se debe a que la cosecha en Chile se realiza entre noviembre y enero, que es cuando se celebra el Festival de la Primavera, un encuentro tradicional de la cultura china. Así, las exportaciones del vecino país a la República Popular superaron los 1.200 millones de dólares el año pasado y esperan que se dupliquen en los próximos cinco años. (Fuente: Clarín Rural).