El balance para la cereza local muestra en materia productiva luces y sombras. El precio, en tanto, también presenta contrastes con una dispersión evidente.
Por una parte los valores mayoristas están deprimidos debido a la sobreoferta y sin embargo en los canales minoristas dominan los precios altos, lo que está ocasionando el desplome de su consumo.
Entonces, el cierre del año en materia productiva, esto es de rindes por hectárea, se ubicaron entre los 10 a 15 mil kilos por hectárea, una producción generosa si se considera que en promedio una hectárea de cereza puede tener en un rinde normal entre los 7 y 8 mil kilos.
“Estamos hablando que hemos casi duplicado nuestra producción”, señaló la productora Estela Zaina, quien posee 10 hectáreas de cereza en Tunuyán.
En total sintonía, otro productor referente del sector como Alberto Carleti también calificó la actual producción como muy buena. “Hemos tenido un rendimiento superior a lo normal en nuestro caso hemos tenido más de 10 mil kilos por hectárea”, apuntó Carleti.
La cosecha de cereza fue buena más allá de los embates de las heladas, que si bien fueron intensas durante el año no afectaron a este fruto en particular.
“Excepto la zona alta de Tupungato donde las bajas temperaturas y la nieve cubrió una parte de los cultivos, el resto de la cereza logró salir indemne”, agregó Héctor Carleti.
En la visión de Carleti, divide el año comercial en dos etapas, la primer con la variedad de cerezas Primicias que al llegar antes al mercado de Buenos Aires que la producción del sur del país como Río Negro y Chubut logró precios más altos.
“En el mercado de Buenos Aires la primicia se llegó a vender la caja de 5 kilos por $ 300”, detalló Carleti.
Pero todo ese idilio comercial terminó cuando ingresaron al mercado la cereza más austral del país, su producción plena hizo que los precios se deprimieran y han llegado a recibir como pago los productores locales la caja de 5 kilos a sólo $ 150.
Para la productora Zaina, el comportamiento comercial del fruto ha sido y sigue siendo complicado. “No hay un precio base, además tiene una fluctuación que es compleja en la venta minorista”, apunta Zaina.
Y a modo de ejemplo citó el comportamiento actual del precio de la fruta.
“En venta en calles los productores venden la cereza a $ 100 los tres kilos, en cambio fraccionada en supermercados la pueden ofrecer a $ 43 los 250 gramos, pero también hay verdulerías que venden el kilo a $ 80. Con esos valores tan altos el consumo decae y si la venta sigue así es preocupante. Las cajas que pensaban vender en diciembre no han sido aún comercializadas”, explicó la productora.
El factor climático
En materia de venta, también hizo lo suyo las últimas lluvias de noviembre.
“Tuvimos dos días seguidos de mucha agua que ocasionó que se rajara la pulpa con facilidad lo que afectó la calidad por lo tanto se vio reflejado en el precio”, detalló Carleti.
En resumen para el productor hubo una sumatoria de eventos climáticos, primero fue la helada, luego el viento zona, y para finalizar la lluvia con el granizo.
El factor climático también fue punteado por Zaina, en su caso fueron los golpes de calor los que trajeron a mal traer a su producción.
“Las altas temperaturas han hecho que se produjera un ablandamiento de la fruta, a su vez alguna cerezas han perdido sus palos con facilidad y esto también deteriora la calidad y baja los precios”.
La otra cara de las altas temperaturas con sus olas de calor hizo que el fruto tuviera su pico de madurez al mismo tiempo en los diferentes paños de tierra de los departamentos.
Así logró igual maduración en el Valle de Uco, Las Heras, Maipú, Tupungato, Tunuyán, y San Carlos lo que hizo que los galpones estuvieran colapsados y complicara la logística de entrega de la fruta.
“No había cajones para llevar la cereza luego de tantos años es la primera vez que nos enfrentábamos con ésta situación que dificultó el proceso comercial para algunos productores”, señaló Zaina.
En el caso de Carleti, el 90% de su producción de cerezas fue al mercado interno y el restante a la exportación.
“Este año ha sido poca la venta afuera pero logramos colocar nuestra cereza en Brasil, países árabes, China, países asiáticos y Shangai. Aún estamos lejos cuando lográbamos exportar hasta el 50% de nuestra producción”, señaló Carleti.