Newell's Old Boys y Rosario Central dibujaron en el Coloso Marcelo Bielsa un clásico discreto, sin emociones, con mucha pierna fuerte, que en definitiva defraudó todas las expectativas que se habían centrado, y terminó como debía terminar: 0 a 0.
El resultado final no le sirvió a ninguno de los dos. Quizá Newell's pueda aferrarse al hecho de que fue el que estuvo más cerca de llevarse la victoria porque creó las situaciones más claras, y a Central porque extendió a 10 la racha de partidos sin perder ante su clásico rival.
Newell's, con la imperiosa necesidad para cortar con la racha adversa en los clásicos, salió a llevarse por delante a Central, pero fue más actitud que juego, porque solamente tuvo arrestos individuales.
Central lo esperó para jugar de contraataque, aunque no generó peligro a través de esa vía, ya que sólo se acercó al arco defendido Luciano Pocrnjic con un remate a colocar de Giovani Lo Celso.
El primer tiempo no satisfizo las expectativas centradas sobre el partido porque resultó sumamente trabado, y en algún momento se abusó de la pierna fuerte.
El complemento fue mucho peor jugado que el primer tiempo. Demasiadas infracciones conspiraron para que aquellos que podían crear juego realizaran esa tarea.
Si Newell's fue el que tuvo la iniciativa en los primeros cuarenta y cinco, en la segunda parte Central logró dividir la tenencia de la pelota, algo que le permitió acercarse un poco más al arco local.
A los 23 minutos, Newell's tuvo su primera llegada de riesgo. Boyé se escapó por derecha, y sacó un remate que se fue cerca del primer palo.
Central recién respondió a los 32. Montoya envió un centro desde la derecha, y Mauro Cetto, ingresando por el segundo palo, remató alto.
Un minuto después, Newell's volvió a tener un clarísima en los pies de Maxi Rodríguez.
A partir de entonces el partido volvió a ingresar en un cono de sombras, del cual recién salió a los 41 minutos, cuando Newell's volvió a ponerse a tiro del gol con Ignacio Scocco.
Esta nueva edición del esperado clásico rosarino pasó sin pena ni gloria, defraudó, y el cero a cero fue lo que mejor lo reflejó.