Un centenar de telegramas en curso y otro tanto en espera de ser enviados confirman que los despidos de trabajadores de Potasio Río Colorado comenzaron, pero desde comienzos de febrero, más de un mes antes de que Vale anunciara la suspensión del proyecto. Incluso los jornales ya habían dejado de pagarse un par de semanas antes, según los trabajadores cesanteados que por ahora dependen del fondo de desempleo. Así, la incertidumbre por el futuro de casi 4 mil empleos en Malargüe disparó una marcha de Uocra a Casa de Gobierno y una manifestación en San Rafael, poco antes de que el Ministerio de Trabajo de la Nación dictara conciliación obligatoria por 15 días hábiles.
Al término del acto, Gabriel Díaz, contratado por Odebrecht, fue el primero en encarar al ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso, en la escalinata de Casa de Gobierno. Con telegrama en la mano fechado el 4 de febrero, lo interpeló: “Echaron a 100 compañeros y no cobramos enero. Queremos saber qué pasará”.
A él le siguieron varios con planteos similares. “Hemos pedido el listado de personal a la compañía”, fue la respuesta de Baldasso quien, acompañado por el secretario de Ambiente, Marcos Zandomeni, habló a los manifestantes para calmar los ánimos.
Esto fue luego de que los dirigentes de Uocra, Fernando Anaya y Miguel Guerrero, redondearan un mensaje a los casi 300 participantes de la marcha. “Vale nos engañó. Le tomamos la palabra al gobernador de que esto va a seguir, con o sin Vale”, arengaron a viva voz antes de presentar un petitorio. Sin embargo, a esa hora aún no sabían que la minera brasileña dejaría plantado a Pérez en el Ministerio de Trabajo en Buenos Aires, quien los intimara a poner plazos y hacerse cargo por un año de los sueldos.
Esa “toma de palabra” fue la que se volcó en el pedido por escrito, a fin de que el gobernador Pérez “agote todas las instancias para volver a trabajar”. Por lo pronto, la Uocra da por hecho que unos 50 desempleados esta semana deberán ser reincorporados, pero al menos un centenar que ya habían sido echados desde febrero no tendrán esa suerte.
Con el hecho consumado de que la conciliación da a las partes un plazo hasta pasada Semana Santa para negociar una salida, se sabe que el lunes será un día clave para que la Legislatura defina la modificación del objeto social de la Empresa Provincial de Energía (Emesa) que le permita intervenir en el proyecto minero. “Estamos esperanzados en una salida. Para el Gobierno es prioridad 1. No hay nada más importante que la empresa siga trabajando permanentemente. Por eso el gobernador no descansa para buscar una solución, porque el futuro de Mendoza está en juego”, dijo el ministro de Infraestructura.
Si bien la explanada de Casa de Gobierno fue el epicentro, también hubo réplicas en el Sur. Concretamente, en el Kilómetro Cero de San Rafael se manifestaron empleados de Vale, que una buena parte son sanrafaelinos, casi en simultáneo con manifestaciones en Malargüe de contratados por la UTE Cartellone- Distrocuyo.
Niegan despidos
Ayer, la cartera laboral de la Nación empezó a notificar a 27 razones sociales, entre empresas y UTE, de la conciliación que las obliga a no proseguir con los despidos.
Mientras CRC (Consorcio Río Colorado) deslindaba responsabilidades en una orden de Vale, desde la UTE Cartellone-Distrocuyo admitieron preocupación por el parate. “Hay mucho dinero en juego”, señaló una fuente.
Sin embargo, a través de un comunicado se negaron las cesantías. “La UTE Cartellone - Distrocuyo no redujo personal durante la suspensión del contrato comunicada por Vale desde el 22 de diciembre de 2012, aun cuando Vale no pagó ningún costo asociado al receso a pesar de los múltiples reclamos presentados”.
Mientras, en la calle seguían los reclamos. Armando Farruggia, supervisor de montaje de tanques en la planta, despedido después de dos años, decía con enojo y preocupación: “Fuimos 86 personas despedidas, de 144 en total que estábamos de licencia desde el 12 de diciembre. Cobramos vacaciones pero dejaron de pagarnos la quincena y a partir del 25 de enero nos quedamos afuera. Está todo tan difícil y complicado que algunos ya se fueron a buscar trabajo fuera de la provincia”.
Cerca de él, Diego Mercado, otro de los afectados, contaba: “Nosotros le creímos a la empresa cuando dijo que no tenían plata. Aguantamos, pero después nos enteramos que la plata de los sueldos estaba desde diciembre. Cuando vamos nos atiende sólo personal de seguridad”, relató Diego Mercado, otro trabajador despedido.