Censo agropecuario de General Alvear

Diversas reflexiones surgen del Censagro. Una evidente es que el modelo de pequeños propietarios ya no es viable.

Censo agropecuario de General Alvear
Censo agropecuario de General Alvear

El municipio de General Alvear ha tenido la ponderable iniciativa de realizar un censo agropecuario del departamento, iniciativa que se concretó entre fines de 2016 y comienzos de 2017 y fue comentado en el Suplemento Fincas del 9-12-2017. Sus resultados, que se encuentran disponibles en la página Web del municipio, aportan una valiosa información y conclusiones para conocer la realidad agropecuaria de la jurisdicción sureña, y seguramente extrapolable a buena parte del agro provincial.

Conviene recordar la diferencia técnica entre una muestra y un censo. Mientras la primera es una selección que se estima representativa de un universo mayor (ejemplo Encuesta Permanente de Hogares), un censo releva la totalidad del universo, como ocurre con los censos nacionales de población. De ahí la extraordinaria importancia del trabajo técnico realizado por el municipio, con la colaboración de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la Provincia.

Vale tener en cuenta algunas precisiones técnicas importantes, incorporadas al trabajo que ayudan a entender los datos. El Censo consistió en relevar todas las explotaciones agropecuarias (EAP) que se encuentran bajo riego, con el propósito de obtener información sobre las características básicas de la actividad agrícola y pecuaria. Se entiende por EAP la unidad de organización de la producción, con una superficie no menor a 500 m2, dentro de los límites del mismo departamento, independiente del número de parcelas (terrenos no contiguos) que la integran. Este criterio de considerar la EAP es muy importante porque tiene en cuenta la propiedad no el número de registro catastral o de inscripción de viñedos, por caso.

Además se considera que la EAP produzca bienes agrícolas, pecuarios o forestales. Se incluye establecimientos que trabajan la tierra para el autoconsumo pero que producen también algún excedente para ser vendido o intercambiado en el mercado.

Otro aspecto importante es que se entrevistó directamente al productor, entendiendo por tal a la persona física o jurídica que en calidad de propietario, arrendatario, u otra forma ejerce el control técnico de la EAP. Se priorizó la información que permita inferir qué perfil técnico y humano tiene el productor. Las tendencias obtenidas son precisas y preocupantes, aunque intuidas. El informe las sintetiza en cuatro: fuerte retracción de la cantidad de productores; fuerte deterioro de las aptitudes como productor; fuerte retracción de la superficie cultivada; fuerte deterioro de las explotaciones existentes. En números gruesos: de las 1.700 explotaciones censadas, 340 se encuentran abandonadas y de los 3.000 registrados dos décadas atrás, más del 30% ya no están.

Por cierto los datos avalan plenamente las conclusiones. En cuanto a la edad de los productores, 54% supera los 60 años y 25% está entre 45 y 60.

Para menos de la mitad la actividad rural es la principal; el resto combina con otra actividad. El 86% de las EAP están gestionadas directamente por el productor, más de la mitad no tiene ningún tipo asociación; los que lo tienen se trata de consorcios de riego. Aparece el grave problema del minifundio. Por superficie cultivada, 52% es de hasta 5 ha; 28% de 5 a 10 y 19% más de 10 ha. Hay notoria ventaja de la propiedad unipersonal. Los cultivos son antiguos y predomina la fruticultura. La falta de agua es señalada por la gran mayoría como el limitante productivo.

Diversas reflexiones surgen de Censagro. Una evidente es que el modelo de pequeños propietarios que prosperó hacia mediados del siglo pasado ya no es viable, más aún porque el régimen jurídico derivó en minifundio. Hoy, sin escala de producción adecuada no puede haber producción eficiente. ¿Qué hacer? Por el camino que va, y mirando la trayectoria de los últimos 15 años, el final no está muy lejos. Es un problema complejo, humano, jurídico y económico que requiere estudios profundos para encontrar alguna solución. Hay que partir de que la tierra con riego es el recurso económico a preservar. Hay que pensar nuevas relaciones jurídicas que posibiliten una nueva organización económica. Se trata de un enorme desafío para General Alvear y para toda la provincia. Este departamento ha hecho un gran aporte con el Censo.

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