Las festividades del mes de diciembre y los brindis van de la mano. Llega el momento tan esperado de festejar en familia y con amigos.
Sin embargo, abrir una botella de champagne, sidra u otro espumante oculta algunos riesgos fáciles de evitar a la hora de celebrar. Este tipo de bebidas tienen en su interior gas a presión lo que puede transformar al corcho en un potencial proyectil.
Si la botella estuvo sometida a movimientos excesivos, al destaparla, el corcho puede alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora.
Esta velocidad sumada al peso y volumen del corcho generan una energía que se transmite al lugar del impacto. Si éste es el ojo, estamos ante la presencia de lo que en oftalmología se denomina trauma ocular contuso.
Este tipo de patología puede no ocasionar ningún daño o puede ser tan devastador como para terminar en la pérdida permanente de la visión con la consecuente necesidad de extracción del ojo lastimado.
Hasta el 25% de este tipo de accidentes pueden llegar a la pérdida visual permanente con consecuencias incluso estéticas. El servicio de oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires cuenta con atención de urgencias las 24 horas del día, los 365 días del año con especialistas en diferentes áreas, entre ellos, trauma ocular.
Por este motivo, dicho hospital se ha convertido en un centro de derivación de todo el país, atendiendo y tratando gran cantidad y diversidad de patologías.
Algunas de las recomendaciones de la Academia Norteamericana de Oftalmología para prevenir el trauma ocular a la hora de destapar una botella son:
- Evitar que el contenido líquido se congele.
- Evitar agitar y apuntar.
- Controlar el corcho.
- Tapar e inclinar.
- Salud.
Finalmente, en caso de sufrir algún traumatismo debido al impacto del corcho en el ojo, se debe concurrir inmediatamente a la guardia del hospital más cercano.
*Dr. Juan Martín Giambruni (M.N.120.169)- Especialista en retina y vítreo. Jefe de sección retina y Oftalmólogo de planta del Hospital Italiano de Bs. As.