Oficiados los funerales en Newtown, comienza en Estados Unidos la sistemática caza de brujas que sigue a este tipo de tragedias: en la hoguera ya queman los videojuegos violentos, acusados por un reciente estudio de promover comportamientos agresivos.
Se espera que la brutalidad de la masacre del viernes pasado en un tiroteo en una escuela primaria, en la que murieron 27 personas -la gran mayoría niños-, marque un antes y un después en la política estadounidense contra las armas, pero algunos políticos ya responsabilizan de la tragedia a la violencia en la televisión, el cine y los videojuegos.
"Debe haber alguna conexión directa entre las personas inestables y el momento en que llegan al extremo. Se transportan, se convierten en parte de uno de esos videojuegos", dijo John Hickenlooper, gobernador de Colorado, donde murieron en julio 12 personas en un tiroteo en un cine durante el estreno de Batman. "Esas imágenes violentas tienen un impacto negativo en el bienestar de nuestros niños", se sumó el lunes el senador demócrata Jay Rockefeller.
En términos más generales, el gobernador Dan Malloy de Connecticut, donde ocurrió la masacre escolar, dijo a la CNN que Estados Unidos es "una sociedad particularmente violenta".
"Esto se dice cada vez que ocurre una tragedia y, en la mayoría de los casos, se descubre que el asesino jugaba videojuegos, como virtualmente lo hacen todos los jóvenes de nuestra sociedad.