Patricia Mabel López (48) era hasta este miércoles la mujer más buscada del país. Prófuga desde mayo de 2012 por un brutal asesinato, finalmente fue detenida en las últimas horas por Prefectura Naval en la localidad bonaerense de González Catán, en el partido de La Matanza.
Sobre ella pesa una condena a prisión perpetua por el crimen satánico de Juan Ignacio "Ramoncito" González (12), un chico al que violaron, degollaron y descuartizaron en un ritual kimbanda (un rito afrobrasileño), ocurrido en octubre de 2006 en Mercedes, 230 kilómetros al sur de Corrientes capital.
Los agentes de la Prefectura investigaban el caso desde 2017, siguiendo el rastro de la acusada, que durante ese lapso cambió de domicilio en dos oportunidades. Este año se incorporaron escuchas telefónicas a la investigación, lo que facilitó dar con su paradero y permitió su detención en las calles Lavallejas y Ramos.
López, de profesión enfermera, era la única mujer que integraba la lista de los diez prófugos más buscados de la Argentina.
Junto a otras nueve personas, fue encontrada culpable por "homicidio triplemente calificado por haberse cometido con ensañamiento, alevosía y con el concurso de dos o más personas en concurso real con el delito de abuso sexual con acceso carnal y con el delito de privación ilegítima de la libertad".
Los otros condenados fueron Yolanda Martina Ventura (49), Esteban Iván Escalante (29), Jorge Carlos Alegre (40), César Carlos Alberto Beguiristain (28) -alias “Carlitos”-, Claudio Nicolás González (26) -alias “El Porteño” o “El Brujo”-, Osmar Aranda (60), Ana María Sánchez (56) y Daniel Alegre (31), que había estado prófugo desde marzo de 2007 hasta mayo de 2011.
Más allá de haber sido absuelta en el primer juicio oral, la sentencia de López fue revertida por Casación y le dieron perpetua el 23 de septiembre de 2011. En ese punto se abrió un espacio de tiempo hasta el pedido de captura, emitido el 14 de mayo de 2012 por el Tribunal Oral Penal de la Tercera Circunscripción Judicial de Mercedes.
Durante ese lapso, la sospechosa dejó de frecuentar los lugares en los que era habitué y de repente desapareció.
Un asesinato espeluznante
Una de las testigos dio detalles estremecedores del crimen de "Ramoncito". Aseguró que después de horas de torturas que incluyeron oraciones "oscuras", quemaduras con cigarrillos y cortes, los que participaban de la ceremonia comenzaron a tomar vino en copas a las que "les agregaban un líquido rojizo con una jeringa", y mientras bebían uno comenzó a aullar y los demás lo siguieron, bailando alrededor del nene, del que abusaron varias veces para después golpearlo.
"La víctima primero estaba sentado en un sillón marrón. Después lo acostaron sobre una alfombra gruesa y ahí lo mataron. Dany (Alegre) le dio un golpe fuerte con un cuchillo, pero no se desprendió del todo la cabeza. No sé si ya estaba muerto pero ya no hablaba", contó la chica, ante el asombro de los investigadores. Después de matarlo "lo pusieron arriba de una hostia negra. Y juntaron sangre del cuerpo", relató.
La "ceremonia" fue fotografiada y hecha en penumbras, ya que solo alumbraban con velas rojas y negras que prendieron alrededor del cuerpo. Los participantes del rito "se tomaron de las manos con la sangre de "Ramoncito" y anunciaban las próximas víctimas. Estaban seguros de que las almas de varios desaparecidos estaban allí presentes y brindaban con ellos", dijo la testigo.
El crimen habría sido un ritual de la secta "para obtener la purificación, ofrendando un cuerpo joven a sus dioses".
“Ramoncito” desapareció el viernes 5 de octubre de 2006. Su cuerpo fue hallado el domingo 7 a la mañana a menos de cien metros de la terminal de ómnibus. Allí el chico solía vender estampitas y dormir sobre cartones.