Una retrospectiva puede mostrar los intereses y las tensiones de una vida. Una retrospectiva es, en buena parte, una biografía. Y dos juntas, vinculadas por un lazo familiar, pueden mostrar el tiempo y a la vez transparentar guiños, influencias, lazos, simetrías. En la de Cayetano y Federico Arcidiácono, montada en el Museo Carlos Alonso-Mansión Stoppel hasta el 10 de noviembre, se descubren estas cosas y otras más.
Se llama "De la mano" y, desde el propio título, deja entrever algo fraternal: "Tiene que ver con esta transferencia de oficio de mi abuelo a mi padre y de mi padre a nosotros a través de, entre otras cosas, las manos como la herramienta más importante", nos dice Federico sobre el oficio de ebanista.
Ir de la mano "es una unión como padre e hijo, como maestro y alumno y como colegas también", remata Federico, quien hoy es uno de los escultores en madera más reconocidos de la provincia y a la vez más visibles, pues muchas de sus obras se emplazan en lugares públicos. A Cayetano, su papá, no haría falta presentarlo: es uno de los fotógrafos más grandes de Mendoza.
-Y si habláramos de cruces, ¿qué tiene de fotográfico tu escultura?
-En el caso de las figurativas, que tienen un contenido entendible para todos, digamos, tienen un contenido que hace a la fotografía del “Tano”, que le suma más poesía. En el caso de las abstractas, lo fotográfico es la cantidad de ángulos que se conjugan en la totalidad de la obra, las curvas, las perspectivas, los puntos de fuga. Eso le da una situación fotográfica a mis esculturas.
- Hijo y nieto de carpinteros, ¿tomás tu oficio como un legado?
- Sí, tomo como legado la suma de la experiencia de mi abuelo con la madera. Y él, sin tener estudios, era un gran dibujante y pintaba realismo con mucha facilidad, sin haber ido a aprender a ninguna parte. Pintaba por lo general retratos de mi abuela. Después, eso se transfirió al oficio de ebanista a mi viejo, pero también a otro lenguaje: la pintura pasó a la fotografía. Y yo genero una situación en la que no hay muebles pero hay otro lenguaje más, porque se me unieron dos lenguajes.
-La materia y la figuración.
- Al mismo tiempo, he tenido que aprender a dibujar. Y la fotografía siempre la tuve presente, porque mi viejo pasó cámaras a cada uno de sus hijos y después eso siguió hasta digitalizarnos todos con el celular, que es como hoy mi viejo hace sus fotos.
Lo expuesto
En las fotografías de Cayetano se distinguen distintas etapas. Hugo Sánchez Bouzón, curador, reseñó: "En esta cuidada selección de fotografías, muestra la magia y profundidad de su mirada, tanto en blanco y negro, como en color. Lo que se expone aquí es una forma de mirar el mundo..., de encuadrarlo, de organizarlo...".
Por otra parte, Federico propone en sus piezas "pequeñas historias del realismo mágico y la madera abstracta del imaginario andino", según el curador Oscar Zalazar. En su caso, la visita arranca con una obra de 1998, de una serie llamada "Sueños" (con la que ganó el Vendimia en 2001), para finalizar en piezas más abstractas, talladas en pinotea recuperada del incendio de la cúpula del ECA, en enero de 2017.
-¿Cómo es tu forma de trabajar?
- En general tengo ciclos de series. Desde que tengo uso de razón con mis prácticas y mis ensayos, ha habido series que comienzan y se agotan, como un libro de poemas, digamos. Son grupos que dicen algo en su totalidad como grupo.
- ¿Cada madera tiene una personalidad?
- Todas las maderas del mundo sirven, y todas tienen alguna particularidad. Pero lo percibís como artesano después de muchos años. Hay maderas, como las de la última serie de abstractos de la retrospectiva, que tienen tanta veta que las he usado como una potenciación entre la forma y la veta de la pinotea.
“Siempre estoy experimentando y ensayando, y en esos ensayos y prácticas se cristalizan puntos de partida que luego son las series”, resume.
Lo vivido
Cayetano Arcidiácono nace en Italia en 1942 y reside en Mendoza desde 1950. Estudió ingeniería y artes. De profesión ebanista, trabajó desde chico en el taller de su papá. Comenzó a incursionar en la fotografía en 1970. Al poco tiempo, ingresó al Fotoclub Mendoza.
Expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes y la Galería Colbert", París. En 2012, recibió el Primer Premio del Salón Latinoamericano Petrobras Buenos Aires. Sus obras se pueden apreciar en Mendoza en la colección del Hyatt, en el Museo Fader (que abrirá el 29 de este mes). En el exterior, en la Biblioteca Nacional de París y en colecciones privadas de Estados Unidos y Europa. "Nunca preparo una foto. Es la imagen la que me encuentra. No al revés", confesó a este diario en 2016.
Federico nació en Mendoza en 1980. En el taller de su papá descubrió las virtudes de la madera para expresar cosas. En el Bellas Artes aprendió los insumos técnicos, como el dibujo.
Sus obras están en colecciones privadas y espacios públicos, como "El Jardinero" en la plaza Independencia.