Los bonos de la deuda subsoberana de la provincia de Buenos Aires se desplomaron ayer hasta un 6,8% debido a la confirmación de que no habrá, al menos por ahora, un rescate de la Nación para el pago de 571 millones de dólares antes de que finalice enero.
La situación generó mal humor en los inversores y aversión contra los títulos de la deuda del Estado nacional, con papeles en dólares que cayeron hasta 4,5% y otros en pesos que descendieron hasta 7,9%, sin que se vieron afectados por ahora sobremanera las cotizaciones de compromisos de otras provincias.
En un mercado de extrema incertidumbre, el efecto cascada llegó al indicador riesgo país de la Argentina, que subió 2,4% y tocó los 1.863 puntos básicos. Al ascender la sobretasa del país, también sube la exigencia por si una provincia quiere colocar deuda o hacer un roll over (patear pagos), aunque ahora el mercado externo está prácticamente cerrado.
La provincia de Córdoba se había anticipado a este fenómeno. El 10 de enero envió una carta a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que fue recepcionada ayer, en la que confirmó el pago de unos 16.031.250 dólares en concepto de intereses de su bono CO27, previsto para el 3 de febrero próximo.
El texto firmado por la secretaria de Administración Financiera, Mónica Zornberg, asegura que el gobierno de Juan Schiaretti hará “efectivo el pago” en tiempo y forma, de acuerdo al cronograma previsto.
Ayer, el Bono Córdoba 2026 D Ley Argentina (CO26D) cayó ayer 2,35% a 58 dólares (con un movimiento de apenas 61.000 dólares), arrastrado por lo que pasó con los papeles en moneda extranjera del país.
Y el Bono Córdoba 2026 (CO26) en pesos subió 1,08%, hasta los 4.650 pesos por unidad, luego de haber tocado un máximo de 4.780 pesos y después de que en septiembre llegara a un piso de 2.689 pesos.
El derrumbe bonaerense
El bono bonaerense con vencimiento en 2035 (BPLDD), emitido en dólares bajo legislación local, se derrumbó 6,8%, a 41 dólares.
Ese mismo papel pero en pesos cayó 1,5%, como consecuencia de la suba del dólar implícito en esta operatoria, el “contado con liquidación”, utilizado por los inversores para hacerse de billetes estadounidenses vía la compra y venta de títulos públicos.
El bono PBY22, en pesos y vencimiento 2022, perdió 3,3%, a 73 pesos, después de haber marcado una baja del 8% al promediar la jornada. En tanto, el bono en dólares PBA25, que llegó a caer 9% en las primeras horas del lunes, a $58, restó al cierre un 2% a 62 pesos.
Crisis
La crisis de la deuda bonaerense estalló ayer después de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, aclarara que no tiene previsto avanzar con un auxilio para la administración del gobernador bonaerense Axel Kicillof.
El frente externo que debe afrontar Kicillof antes de finalizar enero es por demás complejo: entre el 19 y el 26 de enero hay vencimientos por 571 millones de dólares y en la plaza financiera hay dudas sobre el cumplimiento.
El compromiso más comprometedor es un vencimiento de 275 millones de dólares que debe ser pagado el 26 de enero. Pero Kicillof tiene el objetivo de postergar el pago de los 248 millones de capital y 28 millones de intereses, y ya cursó una propuesta a los acreedores.
El comité de acreedores bonaerenses, agrupados bajo el asesoramiento financiero de Mens Sana Asesores y BroadSpan Capital, contrató a dos estudios de abogados “para facilitar su diálogo con las autoridades provinciales antes de posibles desafíos de liquidez que la provincia puede enfrentar”.
Según fuentes de la administración bonaerense consultadas por Los Andes, Kicillof conserva esperanzas de llegar a un acuerdo antes de la fecha de pago que permita a la provincia evitar un default vía un reperfilamiento. De lo contrario, admiten, se generaría un shock negativo en el mercado que podría arrastrar los papeles del país y de otros estados subsoberanos.
En el Gobierno nacional también prevén que habrá un acuerdo antes de los vencimientos, por lo que desdramatizaron la situación. Y le explicaron a este diario que la Rosada no está en condiciones de ningún salvataje en dólares.
El impedimento es doble: por un lado, si salvan a Kicillof, dicen, tendrán una acción en cadena de los gobernadores que tienen vencimientos en los próximos meses; por otro lado, pagarle los compromisos a Buenos Aires sería un mensaje confuso para los acreedores privados de la Nación y para el FMI, a los que se les pide estirar los plazos por escasez de divisas. No obstante, aclararon en la Casa Rosada, tampoco el presidente Alberto Fernández dejará a una provincia caer en cesación en el arranque de su gobierno.
Justamente, entre miércoles y jueves comenzarán en Washington las negociaciones formales entre la Argentina y el organismo multilateral,
Opinión de expertos
Ezequiel Zambagione, economista jefe de Balanz Capital, analizó que un eventual default bonaerense llevaría a dificultar las negociaciones de Nación con sus acreedores, "por lo cual es poco probable que el soberano no considere asistir a la provincia en caso de ser necesario".
Research for Traders, la consultora financiera que conducen los economistas Darío Epstein y Gustavo Neffa, analizó en un reporte que el principal determinante para el futuro de la economía del país sigue siendo la renegociación de la deuda.
“Pero aún el mercado aguarda más detalles de cómo se iniciará el proceso de reestructuración”, indicaron los expertos.