Dos jóvenes mendocinos fueron detenidos en Chile cuando intentaban pasar un cargamento de marihuana escondido en los asientos del colectivo en el que viajaban. En total, la policía chilena decomisó un kilo y medio de la sustancia ilegal. Presumen que habían realizado varios viajes utilizando la misma modalidad y tendrían un contacto en el país trasandino.
Según publicó el diario chileno Andes On line, el hallazgo de la droga ocurrió durante la tarde del lunes cuando una pasajera de un micro de la empresa Tur Bus que había partido desde la terminal de ómnibus mendocina llegó al complejo fronterizo Los Libertadores. La mujer le pidió a uno de los choferes de la unidad que la ayudara a buscar algo que se le había caído debajo del asiento 15.
Cuando el conductor del micro -que tenía como destino la ciudad de Santiago de Chile- se agachó, notó un extraño bulto en el respaldo de una de las butacas y, de inmediato, avisó a los funcionarios de la aduana, apostados en el lugar.
Efectivos de la Brigada Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones chilena escoltaron a uno de los aduaneros y hallaron otros 13 paquetes recubiertos por una lámina de aluminio en distintos asientos del piso superior del colectivo.
Tras los análisis de rigor, los sabuesos constataron que se trataba de 1 kilo y 494 gramos de canabbis sativa seca y prensada.
Tras el secuestro de la droga, los amigos oriundos de Guaymallén, identificados como "Nicolás F." de 18 años y "Danilo S.", de 26, quedaron detenidos.
Frente al Tribunal de Garantía, la fiscal Gabriela Fuenzalida los imputó por tráfico de estupefacientes y solicitó la prisión preventiva. Luego de conocer los antecedentes penales de los imputados, la jueza Carolina Encalada dio lugar a la cautelar al considerar que las “mulas” (tal su denominación en la jerga) mendocinas constituían un “peligro para la seguridad de la sociedad” y existía “peligro de fuga”.
No era el primer viaje
De acuerdo a la publicación de la prensa chilena, la fiscalía del especialista en delitos de droga, Ricardo Reinoso, tiene probado que los estudiantes mendocinos cambiaron, al menos, cuatro veces de asientos durante el viaje. Se presume que con esos movimientos fueron ocultando los paquetes en distintos asientos para que, en caso de ser descubierto alguno, no fueran sindicados como los responsables al no encontrarse en sus butacas.
Los investigadores del vecino país determinaron que los dos mendocinos habían viajado durante cinco meses a la capital chilena, donde se contactaron con una persona con quién habrían cerrado "varios negocios". En esos viajes los jóvenes también habrían comprado artículos tecnológicos.
Siempre según la investigación a la que accedió la prensa chilena, los pesquisas de ese país determinaron que hace un mes este sujeto en Santiago les pidió a los mendocinos que intentaran cruzar un cargamento de marihuana por el que les pagaría 800.000 pesos chilenos a cada uno (unos 14.800 pesos argentinos).
Además, el supuesto líder narco les habría entregado un celular para establecer contacto con un proveedor en Mendoza y con el destinatario, por lo que habrían intercambiado incluso mensajes por Whatsapp.
Al parecer, los jóvenes recibieron por esa vía las instrucciones para ingresar la marihuana a Chile sin ser detectada, pero su impericia les impidió lograr su cometido.