Mi cava privada
Las cavas antiguamente en las casas eran identificadas como el sótano oscuro donde quedaban depositados los vinos para preservarlos del calor y la luz. Eran lugares con poca gracia y quedaban escondidos para las visitas. Hoy ese concepto cambió, convirtiéndose en espacios destacados, destinados a recibir amigos y poder catar buenos vinos. Actualmente cumplen una doble función: tanto conservar la bebida como ser el lugar de degustación.
La paleta de colores está unificada entre los tonos negros y grises. Una gran estructura en madera enchapada en negro se desarrolla a lo largo de todo el espacio como soporte o como vitrina abierta para exhibir los diversos varietales de vinos.
Uno de los atractivos es el pupitre donde se estiban los espumantes. Se ubicó en uno de los extremos de la circulación, coincidiendo con la pasarela en chapa, generando una sensación de continuidad hacia arriba del espacio.
Por el diseño del mueble, se puede jugar colocando en distintas posiciones las botellas, en forma vertical u horizontal.
Los materiales que se encuentran en la cava giran en torno a la correcta conservación de la bebidas: muros de hormigón (que continúan con el estilo de la vivienda), iluminación con lámparas led para que no levanten la temperatura del espacio y pisos de granza con una pasarela de chapa antideslizante. Sobre el muro, una pieza de arte decora el espacio.
Cava de restaurante
Una cava en un restaurante cumple funciones más comerciales comparadas con las de una bodega o la de una casa. En el caso de esta cava, en Restaurante Azafrán, la ubicación y diagramación estuvo muy bien pensada para ese fin. Se presenta como un espacio que se
encuentra al mismo nivel que el resto del salón. Y a diferencia de la tradicional oscuridad y resguardo inherentes, este templo del vino es un lugar abierto, que comparte el espacio con el resto del restaurante y se puede ver desde todos los ángulos, incluso desde la vereda. Se ubicaron grandes estanterías con botellas entorno a una mesa, que puede alojar a comensales que prefieren comer mientras disfrutan de la compañía de los distintos vinos.
El espacio está compuesto por un piso de madera de pinotea y muros de ladrillo trabajados con terminaciones rústicas. Una gran mesa armada a partir de una prensa con una tapa de vidrio en el centro.
Detalle de la prensa convertida en mesa. Una generosa tapa de vidrio que sirve de apoyo. Un divertido detalle fue llenar el centro con corchos usados.
Las barandas del entrepiso se compusieron mediante el reciclado de respaldos de camas antiguas. Se fusionan con el resto de la estructura mediante el tono en las terminaciones elegidas.
Cava de bodega
Es fácil hablar de la cava en una bodega, en este caso la Cava de la Casa del Visitante de Familia Zuccardi, lo que no es fácil es definir la sensación que puede generar. El lugar de guarda de sus tesoros más preciados tiene un aire diferente, soberbio si se quisiera. El espacio de culto al vino, donde cada estante, rincón y aroma destila el espíritu del vino. Elegante y robusto, el lugar está pensado tanto
para guardar vinos como también para poder disfrutarlo allí mismo.
Detalle del techo, el cual se compuso a partir de duelas de barricas usadas, donde todavía se ven los tonos de los varietales a los cuales pertenecían y los cristales incrustados en la madera.
El vino siempre se ha vinculado con el arte. En este espacio encontramos una colección que le da vida a los muros y le aporta color al espacio.
Un espacio destinado a poder disfrutar de la magia de la cava. Una gran mesa de madera maciza es el centro de reunión de la cava donde se desarrollan eventos en torno al vino, con la presencia de él en cada rincón.