El expediente que se tramita en Delitos Especiales por las presuntas amenazas de Jaquelina Vargas contra periodistas del periódico El Sol nada tienen que ver con la causa por la cual se detuvo a la mujer, ayer en San Luis.
Según explicó la fiscal especial Claudia Ríos, "no se ha podido acreditar el delito de amenazas y por lo tanto no hay imputaciones. Se sigue trabajando", explicó la funcionaria judicial.
Hace exactamente un mes, un informante del Ministerio de Seguridad lanzó la versión de que en San Luis, Vargas había amenazado de muerte a dos o tres periodistas, sin dar ningún nombre. La fiscal ordenó entonces una guardia policial para los cronistas. Esta denuncia resulta un poco extraña: no se conoce al denunciante ni tampoco a las presuntas víctimas, sólo a la denunciada.
Tras este incidente, "Yaqui" Vargas logró trepar a la portada de los medios nacionales, impulsada por un especial que le dedicó en la televisión, Chiche Gelblung, quien la definió como una "jefa narco" rodeada de una banda de jóvenes sicarios llamados, religiosamente por todos los medios, como "los angelitos".
En cambio, para algunos investigadores judiciales, se trata de una mujer que logró posicionarse como la administradora de varios "quioscos" de droga en barrios del oeste de Godoy Cruz, mientras su marido -preso y con salidas transitorias- manejaba el negocio desde un teléfono celular.
Las detenciones realizadas ayer, marcan que se trataría de una banda clásica del "narcomenudeo": un clan familiar que se dedicaría a la venta de droga pero que nunca fueron detenidos con ninguna sustancia ilícita.
Durante el reciente juicio contra Marcelo "Gato" Araya por el doble homicidio de El Carrizal, Ricardo Ferreyra Ervidia, otro de los condenados afirmó que Araya era el "proveedor" de "La Yaqui, la esposa de Gélvez".