Bravío, la marca de la línea 4 Continentes que ya comercializa en el mercado argentino la bodega Uxmal, del grupo Catena, promete hacer ruido.
No sólo por su nombre ni por su precio, que en algunas cadenas de supermercados y según la región supera los $ 120 la botella al público, sino por el origen de su materia prima: se trata de vinos elaborados con uvas de Sudáfrica, Australia, Italia y España.
La experiencia iniciática, con lanzamiento a mediados de 2017 -que también incluyó una versión argentina para la línea-, parece querer afianzar su apuesta comercial. En todos los casos, los exponentes de 4 Continentes tienen blends de distintas variedades locales.
"El enólogo de Uxmal viajó a Australia para supervisar los componentes del blend y lograr un vino que refleje en su estilo el terroir y la identidad de origen. Se utilizaron variedades autóctonas de Australia", detalla la contraetiqueta de las botellas fraccionadas por Esmeralda en Rivadavia, sin discriminar sus componentes.
Desde el área comercial del grupo explican que la novedad nació en la época en que el diferencial de precios internos y externos de la materia prima apalancó el fenómeno de la importación.
Actualmente la supervisión enológica de la línea corre por cuenta de Leopoldo Kuschnaroff, gerente y responsable de los vinos de Esmeralda.
“Todos los vinos de menos de $ 200 cayeron 20% a 25% en el último año. En nuestro caso, compensamos con el aumento de Bravío en el segmento intermedio dentro de las líneas de Esmeralda. Realmente el resultado comercial fue muy bueno”, señala un referente que sigue la evolución de la reciente apuesta de Catena, una firma reconocida por ser una de las mayores propietarias de viñedos.
Pero más allá del nivel de ventas, la demanda también empujó el precio del Bravío alrededor de un 16% en los últimos cuatro meses. En noviembre había trepado a $ 129, y marzo arranca con otro ajuste que lo deja en $ 139 al público.
La línea 4 Continentes se completa con el Bravío Malbec ($ 129), y apuntala a Uxmal ($ 157), la gama medio alta de la bodega del grupo Esmeralda.
Pero las decisiones de venta lógicamente están atadas al segmento del mercado, y por tanto no todos adhieren a la novedad.
Es el caso de Sol y Vino, una reconocida vinería de la Ciudad que hace foco en los turistas.
"Si bien me la ofrecieron y me parece muy innovadora la línea, nunca la incorporamos porque priorizamos ayudar al productor mendocino. Además, es un vino que se vende en supermercados y nuestro nicho es otro", consignó Ezequiel Araya, su propietario.
