Cataluña vivió ayer una jornada de reflexión antes de las elecciones regionales de hoy, tras una campaña en la que los independentistas parecieron ganar terreno para iniciar su divorcio de España.
“Las elecciones más importantes de la democracia”, lanzaba el periódico conservador El Mundo en la portada de este sábado.
“Un voto ineludible”, aseguraba el periódico moderado catalán La Vanguardia en un editorial.
Un total de 5,5 millones de catalanes tienen cita con las urnas para decidir quién conformará el nuevo parlamento regional, hasta ahora dirigido por la formación nacionalista conservadora CDC del presidente regional independentista Artur Mas.
Pero desde hace semanas, los comicios trascendieron su objetivo habitual. Para los partidos independentistas será el referéndum oficial que reclaman sin éxito desde 2012 y servirá, en caso de victoria, para emprender un proceso de secesión para constituir una república independiente en 2017.
Bastará, dicen, con una mayoría de escaños en el parlamento regional (68 sobre 135), incluso si no se corresponde con una mayoría de los sufragios debido al sistema electoral catalán que favorece el voto rural respecto al urbano.
“Son unas elecciones que han despertado interés y expectativas muy altas, como nunca”, decía Meritxell Borras, encargada del dispositivo electoral por parte del ejecutivo regional. Los catalanes parecen haber asumido también la importancia: aumentaron un 70% las solicitudes de voto por correo respecto a 2012, explicó.
Bajo un cielo entre soleado y nublado, los barceloneses todavía fijaban posiciones. “Voy a votar a los independentistas, son los que van a mirar con más cariño a Cataluña”, decía Vanesa Asensio, vendedora de zapatos de 34 años, aunque confesaba tener alguna duda tras dos semanas de frenética campaña con todos los líderes nacionales en la región.
“Los partidos catalanes dicen que todo irá mejor y los españoles que todo va a ir a peor” con la independencia, dice, mientras su compañera, Susana Cid, de 37 años, asegura que no votará.
Las encuestas previas apuntan a una clara victoria de la coalición Junts pel Sí (Juntos por el Sí), formada por el partido de Mas, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC, independentista de izquierdas) y personalidades independentistas de la región como el técnico de fútbol Pep Guardiola.
Alcanzarían la mayoría absoluta con el apoyo de la izquierda radical independentista CUP, que rechazó unirse a la coalición.
“Las cosas están en un momento muy prometedor”, reconocía el edil en Barcelona de ERC, Alfred Bosch. “Hemos hecho una campaña muy en positivo, muy ilusionada”, añadió.
Los sondeos circulando los últimos días entre las direcciones de la campaña confirman esta victoria, según fuentes de dos institutos demoscópicos.
La participación será clave
En cambio, el voto del “no” quedaría muy disgregado entre Ciudadanos, un partido antinacionalista catalán que quedaría en segunda plaza, la coalición de izquierda liberal con Podemos, los socialistas y el Partido Popular del jefe de gobierno conservador Mariano Rajoy.
En juego está la región más rica de España -un 19% de su PBI, un 16% de su población y un 25% de sus exportaciones- justo cuando el país empieza a dejar la crisis y a solo tres meses de unas elecciones legislativas que podrían remodelar por completo el mapa político español.
Muy presente durante la campaña, Rajoy centró su discurso en advertir de las “terribles” consecuencias de la independencia para Cataluña al mismo tiempo que repetía la imposibilidad de dicha separación. “Que no decidan por ti , repitió Rajoy durante la campaña.
Denuncian obstáculos para el voto extranjero
El gobierno regional de Cataluña denunció que la junta electoral nacional no facilitó el voto por correo desde el extranjero para las elecciones de hoy, que podrían desencadenar un proceso de secesión en esta región española.
“Hago un lamento porque hay catalanes residentes en el extranjero que pese a querer votar, no pudieron hacerlo”, aseguró la encargada del dispositivo electoral del gobierno regional, Meritxell Borras, en una rueda de prensa en Barcelona.
La dirigente explicó en la vigilia electoral que, debido a la impugnación de algunas candidaturas, su departamento no pudo enviar las papeletas al extranjero hasta nueve días después de que empezara el plazo legal, por lo que “muchas papeletas no llegaron a sus países de destino a tiempo”.
Por ello, su departamento pidió en dos ocasiones alargar el plazo para votar desde el extranjero pero la junta electoral lo denegó.
"Lamentamos esa insensibilidad a las demandas de los ciudadanos porque al fin y al cabo es impedir que los ciudadanos en el extranjero hayan podido emitir su voto con normalidad", dijo.
Aun así, 21.771 catalanes (un 11% de los residentes en el extranjero) votaron por correo en estas elecciones.