El presidente cubano, Raúl Castro, celebró ayer 86 años, su último cumpleaños al frente de la isla dado que está previsto que deje el poder en febrero próximo tras una década de mandato, con Cuba inmersa en una preocupante situación económica y sin que se sepa a ciencia cierta quién será su sucesor.
Como es habitual en Cuba en todo lo que tenga que ver con la vida privada de sus dirigentes, ayer imperó la discreción y los medios estatales no hicieron mención al cumpleaños del presidente, aunque en redes sociales como Twitter y Facebook sí hubo instituciones y personas que felicitaron al general Castro.
Sucesión con incógnita
Nacido el 3 de junio de 1931 en Birán (Holguín, oriente de Cuba), el gobernante afirma que cederá el mando el 24 de febrero de 2018, y aunque el nombre de su sucesor es oficialmente una incógnita, todas las miradas están sobre su número dos en el Ejecutivo, el vicepresidente Miguel Díaz-Canel, un ingeniero electrónico de 56 años.
Díaz-Canel, que acaba de concluir una visita oficial a Bolivia, es un dirigente forjado en las juventudes comunistas de la isla. Su ascenso a la esfera nacional tuvo lugar de la mano de Raúl Castro y aunque ha mantenido un perfil bajo, sus apariciones en la prensa estatal, termómetro oficioso del pulso político cubano, se han incrementado en los últimos meses.
Pero mientras, al octogenario presidente y general de Ejército -que según se prevé permanecerá hasta 2021 al frente del Partido Comunista de Cuba, único legal en la isla- aún le quedan por delante nueve meses de gobierno con serios retos económicos y algún dolor de cabeza en materia de relaciones exteriores.
La economía cubana, que ya de por sí adolece de precariedad crónica, atraviesa momentos delicados a pesar de los esfuerzos del menor de los Castro por impulsar reformas y una controlada apertura a la propiedad privada, el trabajo autónomo y la inversión extranjera.
En 2016, Cuba entró en déficit por primera vez en dos décadas al decrecer un 0,9%. A la vez, la convulsa situación de Venezuela, principal aliado económico y político de la isla, ha tenido un impacto directo en las arcas cubanas.
La isla, que produce sólo la mitad del combustible que necesita, recibe de Venezuela petróleo subsidiado a cambio del envío de profesionales -básicamente médicos y maestros- pero ese suministro de crudo cayó más de un 40% el año pasado y la situación no tiene visos de mejorar.
El pragmático Castro se acercó en los últimos meses a varios países potenciales suministradores de petróleo, un movimiento que dio frutos con el reciente anuncio del envío de 250.000 toneladas de petróleo ruso, aunque no está claro que el otrora gran aliado de la isla comunista vaya a mantener ese “grifo” abierto, ni que Cuba pueda pagarlo.
En el poder desde 2006, cuando su hermano cayó gravemente enfermo, Raúl Castro ha liderado una significativa pero cauta apertura al trabajo por cuenta propia y la inversión extranjera.
Asimismo, en 2015 restableció relaciones diplomáticas con Estados Unidos -el enconado enemigo de la Guerra Fría-, levantó prohibiciones para los viajes de los cubanos, y autorizó un lento y restringido acceso a internet.
Pese a que hoy más de medio millón de cubanos trabajan por su cuenta, principalmente en la industria turística, todavía existe un marcado recelo en los comunistas más ortodoxos frente a la propiedad privada y la concentración de la riqueza.
Aun así, se espera que las nuevas políticas reconozcan legalmente a la pequeña y mediana empresa privada, aunque sin permitir la concentración de la riqueza, como quedó consignado el año pasado.
En un discurso reciente, en el Congreso del Partido Comunista Cubano, el jueves, Castro volvió a defender a Maduro frente a las violentas protestas que desde hace dos meses exigen su salida del poder.
Del otro lado, el presidente Donald Trump ha dado señales de que podría endurecer el trato con Cuba tras el acercamiento propiciado por Barack Obama, quien flexibilizó los viajes de los estadounidenses y el regreso de los cruceros y vuelos comerciales a la isla, aunque sigue vigente el embargo impuesto en 1962.
Evo lo felicitó por Twitter y destacó el legado de Fidel
El presidente de Bolivia, Evo Morales, felicitó ayer a su colega cubano, Raúl Castro, por su cumpleaños 86 en un mensaje desde su cuenta en Twitter.
“Hermano Raúl: ¡Felicidades por su cumpleaños! Seguimos luchando y trabajando por el legado de Fidel (Castro)”, escribió el boliviano sobre el octogenario gobernante cubano que lleva en el poder desde 2008, aunque de forma interina desde 2006.
El presidente boliviano, muy cercano al gobierno de Cuba, siempre se ha declarado abiertamente seguidor de Fidel Castro, incluso antes de convertirse en presidente del país del Altiplano.
Castro murió el 25 de noviembre de 2016 luego de cumplir 90 años. Estuvo 49 años en el poder, tiempo en el que también fue dirigente del Partido Comunista de Cuba (PPC), el único de ese país.
DPA