Luego de más de 12 horas de audiencia, los 12 miembros del jurado continuaban debatiendo la sentencia que podría hacer cumplir prisión perpetua a Sebastián Tizza (24) y Celeste González (23) por el homicidio de su hijo Valentín, el pequeño de un año y 10 meses que murió por un golpe que le destrozó el hígado en abril de 2018 en Tupungato.
El juicio presidio por un tribunal popular había comenzado el lunes, cuando ambos fueron acusados por el delito de homicidio agravado por el vínculo. Los jurados se retiraron a deliberar pasadas las 19 de ayer y, al cierre de esta edición, continuaban tratando de llegar a un veredicto unánime para que el juez Horacio Cadile dictara o no condena, dependiendo de si hallaban culpables o inocentes a uno de los imputados o a ambos.
Ayer por la mañana, durante los alegatos, el jefe de los fiscales de Valle de Uco Javier Pascua solicitó al jurado que "declararan la culpabilidad" de la pareja porque "son asesinos".
El abogado Maximiliano Legrand, defensor de Celeste, afirmó que su clienta es inocente, víctima de violencia de género y que Tizza fue el autor de crimen.
Por su parte, Nadia Moreno y Marcos Alicciardi, defensores de Tizza, señalaron como autores de los golpes a la madre del niño y aseguraron que el golpe fatal fue anterior al día en que murió Valentín y, por lo tanto, no estaba con Tizza.
Para el fiscal, un león
Al alegar, el fiscal Pascua hizo un repaso de la vida del pequeño, diciendo que Celeste quedó embarazada, se separó y cursó su embarazo sola. A los 8 meses de vida del bebé, la mujer volvió a relacionarse con Tizza y justamente allí los médicos determinaron que Valentín había sido golpeado y que no se trataba de una caída accidental. Ambos fueron imputados por lesiones y se dictó una prohibición de acercamiento para Tizza, que no fue respetada.
"Si Celeste no hubiera llevado al niño a la casa del padre esto no pasaba. Pero a ella no le importó. Lo puso en la jaula del león", indicó Pascua.
Para el fiscal, todos los testigos de la familia Tizza que declararon en el debate lo hicieron para "cubrir al imputado".
Pascua también se refirió al móvil del crimen -los celos- advirtiendo que "se juntaron para hablar de las infidelidades, discutieron, él se enojó y golpeó al pequeño, que era un niño no querido".
“Tizza fue el autor de los golpes, es así de simple. Cada vez que Valentín estaba con él, volvía lesionado”, afirmó el fiscal.
Por último -mientras que en los monitores aparecía "accidentalmente" la cara del pequeño pixelada, algo que no estaba permitido- el fiscal le dijo al jurado: "Los dos son culpables, Celeste por incumplir su deber, omitió lo que debía hacer y lo llevó a la casa de Tizza. Él lo golpeó en la primera causa y luego lo mató. Son asesinos, declaren su culpabilidad".
Para el defensor, un diablo
Maximiliano Legrand, el abogado de Celeste González, sostuvo que la imagen del león señalada por el fiscal no era cierta pero subió la apuesta y lo presentó como "el diablo".
Consideró que "la causa es de locos, un invento". "El delito de comisión por omisión es insostenible", advirtió.
Luego Legrand apuntó que el juicio era "una caza de brujas". "Celeste está acá por haber creído que Tizza era bueno cuando es un diablo", dijo.
El abogado le detalló al jurado algunos indicadores de violencia de género en su clienta, además de señalar que quedó en un estado de vulnerabilidad al morir su madre y quedar embarazada. "Él la manipulaba para que fuera a verlo, le controlaba los mensajes del celular. No hay forma de tapar la violencia de género. Ella es sumisa, inmadura; él, una persona violenta, sin control de sus impulsos", afirmó Legrand.
Luego señaló que el pequeño Valentín no era un chico maltratado y no estaba desnutrido porque González lo llevaba a los controles médicos. Según el letrado, el maltrato era de Tizza, autor de los golpes. También se refirió a la causa por lesiones al niño que se abrió cuando tenía 8 meses, advirtiendo que la fiscalía no había podido cerrar esa investigación y ahora se le pedía a su clienta que debió haber advertido que su pareja era un golpeador. "La madre se equivocó, no había razón para que ella sospechara que Tizza lo iba a matar", indicó.
Para la defensa, un hombre
Por último, alegaron Nadia Moreno y Marcos Alicciardi. Los afilados defensores públicos del Valle de Uco que asistieron a Tizza sostuvieron que el fiscal no tenía pruebas contra el imputado y que en todas las versiones del caso existen "dudas razonables".
"El hecho existió, hubo un muerto por un hecho traumático pero no hay pruebas contra Tizza. Mi íntima convicción me dice que hay muchas razones, hay dudas sobre la autoría", dijo Alicciardi, apuntando a que las lesiones del niño fueron constatadas antes de la fatídica madrugada en que murió, es decir, antes de que estuviera con Tizza.
“Ella sabe cómo fue lesionado, dijo que estaba en la cama y Sebastián le pegaba piñas en la panza. Ella sabe cómo fue porque fue ella, no Sebastián. Fue la que le metió las piñas”, dijo Moreno.
La defensora también apuntó al Ministerio Público Fiscal y recomendó al jurado no caer "nunca" en manos de un defensor público "porque no tienen más que un abogado, no un ejército de médicos, genetistas, psicólogos, laboratorios de análisis, como los fiscales".
Imputados hablaron antes del fallo
-Sebastián Tizza: "Buenos días, jurado. Soy inocente. Piensen bien lo que me van decir, lo que he hecho o no he hecho. Por mi entendimiento, soy inocente de los hechos que me acusan. Muchas gracias".
-Celeste González: "Lo único que les puedo decir es que hagan justicia por mi bebé porque yo sí soy inocente. Nunca le hubiera hecho daño a mi bebé y que el verdadero culpable, que es él, lo pague".