Caso Soledad Olivera: los testigos señalaron al acusado

El entorno de la joven madre desaparecida en Lavalle en 2011 responsabilizó a Mariano Luque por este misterioso caso que se relaciona con el de Johana Chacón.

Caso Soledad Olivera: los testigos señalaron al acusado

Los mensajes de texto que se cruzaron Soledad Olivera (28), -la mujer lavallina desaparecida en 2011- y Mariano Luque (30) -su amante-, siguen siendo la prueba que más compromete a este obrero rural que, desde ayer, es juzgado por privación ilegítima de la libertad.

La desaparición de Soledad, una madre de tres niños que vivía en Tres de Mayo, saltó a luz luego de que una vecina suya, la niña Johana Chacón (15), desapareciera de la finca donde "casualmente" vivía también Luque, junto a su madre y padrastro.

Justamente, ayer, amigos y familiares de Johana -encabezados por Silvia Minoli, directora de la escuela a la que iban la chica lavallina- se reunieron en la puerta de Tribunales para pedir justicia por ambas desapariciones.

Desde el día nadie volvió a ver a Soledad y hasta ayer, en la Segunda Cámara del Crimen, donde comenzó a juzgarse al sospechoso, la figura de esta joven madre parece difuminarse en una suerte de limbo, signada por la palabra "desaparecida", con las connotaciones que el término tiene para la sociedad argentina.

Sin duda alguna, los testigos más importantes de la primera jornada fueron las personas que formaban el círculo íntimo de la mujer desaparecida: Romina, una de sus tres hermanas y la única que vivía con ella y sus amigos más cercanos.

Romina que era menor, el día que desapareció Soledad (el viernes 18 de noviembre del 2011) y no solo compartían el techo, sino que cuando Soledad se descuidaba, le miraba los mensajes de texto que recibía su hermana mayor, una de las pruebas principales sobre las que se sostiene la acusación. Cuando los jueces le dijeron que contara qué pasó el día de la desaparición, casi como un reflejo, dijo: ¿El día que se murió?"

Según la testigo, ese día a las 15, Soledad salió de su casa, solo con un short y una remera. Antes de irse, fue al baño y en ese momento ella vio en el celular un mensaje de Luque: "decía que la estaba esperando. Ella me dijo que lo iba a ver".

Al día siguiente las hermanas le mandaron un mensaje de texto a Soledad diciéndole que si no contestaba antes de las 17, denunciarían su desaparición. La respuesta fue "no me busquen porque no voy al volver".

"Ese mensaje no fue de ella porque ella no escribía así. Estaba todo abreviado y ella no abreviaba", sostuvo Romina.

Luego se refirió al lunes siguiente, cuando fueron a preguntarle a Luque por Soledad. Según contaron las tres hermanas de la víctima, Luque les dijo que no la había visto y que no se habían cruzados mensajes de texto.

La joven indicó que Luque y Soledad mantenían una relación -"el la besaba adelante mío"- y la trababa "amablemente", la llamaba constantemente pero "ella  se quería alejar porque quería al padre de su nena”.

Al final opinó que Luque estaba obsesionado con Soledad y que no quería que la relación se terminara.

Identidad reservada y dudosa declaración

Si bien el relato de Romina fue el más contundente, la declaración de Fabián Valdez, un testigo de identidad reservada, resultó por su rango, un tanto dudosa.

Su declaración resultó demasiado frágil, admitiendo que "tenía la cabeza en blanco" desde que lo dejó su mujer y que ahora tenía miedo porque el padrastro del imputado lo había amenazado. Sin embargo, confirmó una declaración anterior en la que dijo que "Mariano la amenazaba. Le decía que iba a matarla. Ella me lo contó".

En esa declaración anterior indicó que la víctima "le había mostrado moretones" y que "mantenía relaciones sexuales por temor a que le hiciera daño a sus hijos".

Estaba embarazada

También declararon ayer Ester Santana y María Báez, amigas de  la mujer desaparecida. Ambas se refirieron al embarazo de Soledad.
Báez afirmó ante los jueces que Soledad le dijo que Mariano la amenazaba y que ella relacionó la desaparición con esos mensajes amenazantes. También que ella estaba embarazada y después lo perdió.

"El bebé era de Mariano. Ella tomaba pastillas (anticonceptivas) pero él quería tener un hijo y se las sacó", indicó Santana.
Pero las hermanas de la desaparecida dijeron que tenía dudas en cuanto a la paternidad.

Santana fue la última persona en ver con vida a Soledad. La encontró en la ruta. Soledad iba a ver a Mariano y quedaron en verse para tomar mate. "Siempre estaba muy acelerada. Tenía miedo pero nunca explicaba por qué. Era miedo por los chicos", afirmó la mujer.

Que conste en actas

"Mariano (Luque) estaba obsesionado con mi hermana. Ella lo quería dejar y él le decía que no lo hiciera". Romina - Hermana de Soledad

"Mariano la amenazaba porque ella quería seguir con el padre de su hija. Yo vi los mensajes de texto. Ella me pedía opinión" Ester Santana - Amiga de Soledad

"Se la llevaron. Tengo esperanzas de que volverá. Se la llevaron. Ella nunca hubiera dejado a sus hijos". Marcela - Hermana de Soledad

Es privación de la libertad, no homicidio

Si bien Mariano Luque es juzgado por privación ilegítima de la libertad -delito que tiene pena que van de los 2 a los 6 años de cárcel, el querellante Fernando Peñaloza, abogado de la Secretaria de Derechos Humanos, ni bien comenzó el debate pidió que se lo juzgue por homicidio simple (8 a 25 años).

Según el letrado, sostener que tiene que haber un cadáver para que sea homicidio "es una posición anacrónica" : el código civil admite que tras tres años de no tener noticias de una persona, se puede hablar de homicidio. Además la Corte Interamericana de Derechos Humanos establece que no sólo se puede establecer con una prueba directa, sino también con indicios y pruebas indirectas y sin lesionar el principio de congruencia ni el derecho de defensa.

"La calificación debe ser homicidio simple porque en el momento de hecho todavía no existía la figura de femicidio", advirtió.
Pero tanto la fiscalía conformada por Darío Tagua y Santiago Garay, como los defensores María del Carmen Aguilar y Adolfo Aguilar, se mostraron en contra del planteo.

Los jueces Mateo Bermejo, Roberto Uliarte y José Valerio, decidieron opinar sobre el asunto durante la sentencia por que se se estima que la medida no prosperaría.

Zonas oscuras

Si bien los testigos complicaron la situación del sospechoso, señalando que tenía una relación sentimental con Soledad, la primera jornada del debate dejó algunos puntos oscuros.

En algunos pasajes del debate las partes preguntaron si había conflictos entre las hermanas de Soledad por la indemnización que recibieron al morir la madre.

También se habló de una mujer que un año antes de hecho, le fue a ofrecer a Soledad un trabajo en una cabaret de Sur pero ella no aceptó la oferta.

Luego se hizo alusión a parientes que viven en el norte de país, que fueron consultados pero nada sabían de la joven madre. 
Y por último, se habló de alguien que le enviaba mensajes de texto diciéndole en cada ocasión cómo estaba vestida.

Luque: "No tenía celos porque no era una relación amorosa"

Ni bien arrancó el debate, declaró Mariano Luque, diciendo que mantenía relaciones sexuales con la víctima, en un marco de amistad y libertad.

"Cuando desapareció yo no tenía ningún vínculo de pareja con ella; era una relación informal. Yo la ayudaba con lo que necesitaba, mercadería, dinero", indicó el Luque, negando amenazas y conflictos.

En relación al cruce de masajes de texto que existió entre imputado y víctima, afirmó que el día de la desaparición le dijo primero que fuera a buscar un dinero y luego que no lo tenía y que si lo conseguía le iba a avisar. "Ese fue el último mensaje".

Por último afirmó que "no tenía celos porque no era una relación amorosa, cada uno tenía su vida"

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