Un día volvió a suceder. Cuando creíamos que la vida volvía a valer más que un partido de fútbol, cuando pensábamos que la noticia volvía a estar dentro del campo de juego, tuvimos que mirar otra vez hacia afuera.
Un capítulo más de la interna que vive la barra del Chacarero escribió otra página negra para el fútbol provincial. Era una fiesta, tenia que serlo, pero una balacera decidió lo contrario.
Maximiliano Ezequiel Lucero fue ultimado a balazos en las inmediaciones del estadio Libertador General San Martín, minutos antes del inicio del encuentro, en un hecho que quedó enmarcado en esa pelea que divide a “Los Pibes de Ciudad” de “Los Leones del Este”.
“Chochi”, tal como se lo conocía, pertenecía al primer grupo, vivía en Guaymallén y en una emboscada perdió la vida.
La interna, que lleva varios años y que nunca se tomó en serio, sumaba capítulos de violencia pero no de tal magnitud. El de ayer superó todo lo anterior y heló la sangre.
“No sé qué vamos a hacer con esto. Tenemos que sentarnos y decidir cómo seguir. Esto no es un chiste ni un hecho más”, contó Carlos Bartolucci, directivo albirrojo. Su cara lo decía todo. Si el partido se hubiera suspendido, nadie hubiera puesto el grito en el cielo. Porque adentro del estadio, cuando promediaba el primer tiempo, uno de los hijos del líder de Los Leones del
Este fue apuñalado y otro integrante sufrió una dura golpiza. La violencia solo engendra más violencia, dicen. Y en estos márgenes de la vida, el ojo por ojo es ley.
Quienes presenciaron el hecho dicen que a Chochi lo fueron a buscar. "Eran dos tipos en una moto", contó un hincha.
Balas, gritos y sangre. Un cóctel mortal que desató la irracionalidad y encendió las alarmas.
“Muchas veces tuvimos incidentes: peleas callejeras o algún apuñalado. Nunca antes tuvimos algo así”, contó un dirigente que prefirió no ser identificado.
Mientras, los rumores de que afuera del estadio seguía la guerra eran cada vez más fuertes. Una vez finalizado el encuentro, en un hecho que se esperaba, se registraron nuevos incidentes en las inmediaciones del estadio entre los hinchas chacareros y la Policía, quien esta vez tomó cartas en el asunto reprimiendo con balas de goma a los hinchas locales para dispersarlos de las inmediaciones.
¿Y ahora cómo se sigue? Nadie sabe, pero nadie espera que la violencia baje su intensidad. La promesa de pagar con sangre la sangre derramada anuncia nubarrones en el horizonte.
Gimnasia aprovechó una pelota parada y pasó a la final
La noticia de lo que había pasado fuera de la cancha dejó al partido en un segundo plano, pero hay que contarlo.
Gimnasia le ganó a San Martín 1 a 0 con un gol de Raúl Albornoz de cabeza y pasó a la final del Torneo Vendimia y enfrentará al Deportivo Maipú, mañana, en el Malvinas Argentinas.
Pese a la diferencia de categoría y de nombres, en el primer tiempo San Martín fue muy superior al Lobo, ya que tuvo varias situaciones de gol, entre las cuales reventó dos pelotas en los palos convirtió a Tomás Marchiori en la gran figura del partido, ya que ahogó varias veces el grito del Chacarero. Gracias a la gran actuación del suplente de Ezequiel Viola, Gimnasia se fue al vestuario en cero luego de los 45’.
En el segundo tiempo, el equipo de Darío Alaniz pegó de entrada con pelota detenida definida por el “Pepe” Albornoz y cambió el partido.
Es que Gimnasia sacó chapa, controló el ritmo del partido y anuló a un San Martín que fue más ganas que fútbol. La visita siempre estuvo más cerca de convertir el segundo, pero falló en la definición.
Con este triunfo Gimnasia pasó a la final y enfrentará al Deportivo Maipú en el Malvinas Argentinas para definir el campeón de la Copa Vendimia.
Lo bueno de anoche fue que el León se fue aplaudido, pero esos aplausos se vieron teñidos y arruinados por el accionar de los vándalos de siempre, que son un cáncer para el fútbol argentino.