El próximo lunes tendrá lugar la audiencia donde se resolverá el nuevo pedido de prisión domiciliaria solicitado por la defensa de la monja japonesa Kumiko Kosaka, una de las 6 detenidas e imputadas como autora de abusos sexuales a menores sordos en el instituto religioso Antonio Próvolo (Luján).
Desde principios de mayo, la religiosa se encuentra alojada en la cárcel de mujeres en Agua de las Avispas (Cacheuta), acusada de -al menos- 3 ataques y episodios de encubrimiento contra la misma cantidad de chicas. A mediados de mayo su abogado Carlos Varela Álvarez había solicitado que le concedieran la libertad o en su defecto la prisión domiciliaria , pero la Justicia de Garantías rechazó ambos pedidos y dispuso que la religiosa siguiera detenida en una celda.
Ahora, a 4 días de la nueva audiencia, trascendieron los resultados y conclusiones de los estudios psicológicos a los que fue sometido la monja. En ellos los peritos del Cuerpo Médico Forense son contundentes: "Debido a las características de personalidad descriptas, (Kosaka) no reúne las características psíquicas necesarias para cumplir el régimen de prisión domiciliaria", puede leerse en el documento.
Si bien la decisión final está en manos de la jueza de Garantías Alejandra Alonso, el mencionado informe tiene carácter de oficial ya que el Cuerpo Médico Forense es el organismo judicial encargado de verificar el estado de salud y las condiciones de los imputados y de las víctimas en todos los casos.
Según destacaron fuentes judiciales, el mismo examen sostiene que la monja “comprende las pautas generales del comportamiento sexual” y que se observan características acordes a una conducta que puede presentar “desajustes” en las diferentes esferas de su personalidad, incluyendo la sexual. “Presenta rasgos narcisistas y de escasa capacidad empática”, agrega el informe. Según explica, esto último lleva a las personas con estos rasgos a considerar al prójimo en la medida en que le sea útil y nada más.
El documento oficial concuerda en muchas de sus conclusiones con el que elaboraron los peritos de la ONG Xumek -querellantes- donde también destacan estos rasgos alarmantes en la monja. La defensa, en tanto, presentó oportunamente sus propios estudios, donde los resultados en cambio son favorables para la religiosa.
Todas las pericias
Ya el 24 de mayo la jueza Alonso había negado el primer pedido de recupero de libertad de Kumiko. Y en esa misma resolución confirmó que la monja debe esperar tras las rejas el comienzo del juicio, haciendo efectivo el cumplimiento de la prisión preventiva.
Ante esta situación, la defensa de la japonesa que trabajó en el Próvolo entre 2004 y 2012 volvió a solicitar una audiencia para definir si le otorgan el beneficio de la prisión domiciliaria, aunque esta vez la intención fue que sea el Ministerio Público Fiscal el que lo defina (en la figura del fiscal Gustavo Stroppiana, quien instruye la causa).
No obstante, la querella -los abogados de Xumek y el letrado Oscar Barrera- se opusieron y consideraron que quien debe definirlo es nuevamente la jueza de Garantías. Esta es la audiencia que se celebrará el lunes próximo.
Ante una solicitud de prisión domiciliaria se activa todo un protocolo de actuación en el que intervienen los psicólogos del Cuerpo Médico Forense. Éste incluye una serie de estudios y entrevistas psicológicas con quien aspira a este beneficio -por un lado-, pero también con quien se ofrece a acompañar al imputado. Y también se lleva adelante una encuesta socioambiental.
Las partes -defensa y querella- también aportan sus peritos, quienes se entrevistan con los actores. Y elaboran sus propios informes, con sus conclusiones.
"Comprende las pautas generales del comportamiento sexual" y "presenta rasgos narcisistas y de escasa capacidad empática", dice el informe oficial.
En el primer estudio que se le hizo a la religiosa, aportado por su abogado a la causa -con fecha 29 de abril de este año-, se destacaba que Kosaka presenta una “posición elevada” en el factor de “amabilidad” (característica que se evidencia cuando las personas se muestran preocupadas por sus pares y los tratan con cortesía y cordialidad). Además, siempre de acuerdo a ese informe, estas personas suelen perdonar rápidamente, tienden a ser humildes y modestos, y confían en los demás.
El mismo informe le da una puntuación baja en “extraversión”, lo que suele manifestarse en personalidades introvertidas y reservadas. Y le otorga una puntuación alta en “responsabilidad”.
Además -de acuerdo al informe aportado por su abogado-, Kosaka puntúa bajo en el factor "neuroticismo". Generalmente -se explica en las conclusiones- los individuos que se ubican en este rango son emocionalmente bien ajustados e infrecuentemente experimentan episodios de angustia psicológica. No son impresionables o de mal humor, y tienen pocas quejas sobre la vida. "Los amigos y vecinos de tales individuos podrían caracterizarlos como tranquilos y estables en comparación con la persona promedio", se especifica en ese examen presentado por su defensor.
En contraposición, el informe confeccionado por los peritos de la querella destaca que la monja no presenta trastornos psicopatológicos o psiquiátricos graves, por lo que es imputable. Además, sostiene que tiene alteraciones y conflictos en el área de la sexualidad y rasgos de personalidad egocéntricos y narcisistas con dificultad para ponerse en el lugar de otros (escasa empatía).
Asimismo, no presenta correlato afectivo ni en relación al hecho investigado ni en relación a las víctimas al momento del examen.