En paralelo a la investigación penal que se desarrolla en Mendoza por estos días -y que cuenta con 6 acusados imputados y detenidos por abusos sexuales contra menores sordos en Carrodilla-, la Santa Sede lleva adelante la investigación eclesiástica por dichos abusos denunciados en la sede provincial del establecimiento Antonio Próvolo. La investigación contempla a los dos sacerdotes imputados -Nicola Corradi y Horacio Corbacho-, y ayer el Vaticano oficializó el nombramiento de un interventor "para todas las comunidades y sodales de la Compañía de María para la Educación de Sordomudos", compañía de la que precisamente depende la orden del Próvolo.
Además, el Vaticano decidió cesar a todas las autoridades que estaban en sus cargos hasta el momento. La intervención incluye a la orden religiosa a nivel mundial -sede central en Verona (Italia), La Plata y Mendoza-, y es precisamente en esas 3 sedes donde el mayor de los curas (Corradi, 81 años y con prisión domiciliaria) cuenta con denuncias en su contra por presuntos abusos, mientras que Corbacho está denunciado por lo mismo en las sedes platense y mendocina.
El interventor -y quien gobierna como comisario a raíz de esta decisión- es el obispo auxiliar de La Plata, monseñor Alberto Bochatey y dicha medida se tomó como consecuencia de la investigación que los dos enviados del Vaticano (los también curas Dante Simón y Juan Martínez) están llevando adelante, así como también del informe y las actas que han enviado hasta el momento a la Santa Sede. Según trascendió, la intervención de toda la Congregación a nivel mundial responde "al gran desorden que se ha detectado" en el manejo y la administración.
"Hasta el momento venía siguiendo el caso por los diarios y ahora me estoy empezando a informar bien en el tema. La intervención es un signo que evidencia la preocupación de parte de la Santa Sede por resolver y dar luz a lo que ha pasado en el instituto de Mendoza y en toda la Congregación", manifestó Bochatey a Los Andes.
En su nueva función, el interventor no tendrá injerencia en la investigación eclesiástica ni en la penal, sino que -según explicó- estará abocado a la parte organizativa. "La decisión se toma ante una serie de irregularidades detectadas y en las que quien era el superior de la Congregación hasta el momento no ha respondido. Como en la investigación eclesiástica se encontró una crisis tan grande, la Santa Sede tomó la decisión de poner alguien de afuera. Yo he estado en contacto telefónicamente con quien era el superior (NdA: el cura italiano Robert Frainer), y las ex autoridades han tomado a bien la noticia ya que estaban expectantes a lo que fuera a ocurrir", siguió el obispo auxiliar de La Plata, quien hizo hincapié en la idea de que dentro de las órdenes religiosas y congregaciones no todos sus miembros son iguales.
De la misma forma en que lo han hecho Simón y Martínez al referirse a la causa mendocina, Bochatey indicó que la falta de denuncias en el ámbito de la Diócesis sobre los abusos que se investigan ha complicado el proceso. "No tenemos denuncias eclesiásticas, y eso es algo complicado. A eso se suma que los abogados de las víctimas no nos han dejado entrevistarnos con ellas. Pero estamos haciendo lo que podemos", siguió el interventor.
"La gente tiene que saber que estamos a disposición y ese es otro signo de que la Santa Sede está preocupada porque se sepa qué pasó", expresó monseñor .
Pese a estar asignado en La Plata (se mantendrá como obispo auxiliar de esa ciudad), en su rol primerizo de comisario católico tiene previsto viajar a Verona (Italia) y a nuestra provincia cuanto antes. “Una de las primeras medidas va a ser la de visitar y ver a todas las personas de la Congregación, dónde y cómo están. Hay que tener en cuenta que dentro hay gente que está acusada y procesada, pero también hay gente que no tiene nada que ver. Aunque la condena social es generalizada, y eso es algo complicado”, explicó Bochatey.
“Voy a estar viajando periódicamente a Mendoza. Otra de las acciones prioritarias va a ser la de intentar contactarme con las víctimas y con los docentes que han quedado sin trabajo con el cierre del instituto. La gente tiene que saber que estamos a disposición y ese es otro signo de que la Santa Sede está preocupada porque se sepa qué pasó”, insistió el interventor.