Juan José Navarro Cádiz (25), el joven acusado de ser el tirador que mató al diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón en Plaza Congreso, admitió esta tarde ante la Justicia haber manipulado un arma dentro del auto en el que se hallaba junto a su tío.
Sin embargo, aseguró que no recuerda qué pasó en el momento de los tiros y que recién volvió a tener conciencia cuando fue detenido en Uruguay, informaron fuentes judiciales.
El joven de 25 años es la primera vez que da su versión de los hechos ante el juez de instrucción Mariano Iturralde y la fiscal Estela Andrades, ya que el sábado a la madrugada, luego de llegar extraditado de Uruguay, se negó a declarar.
Acompañado de su abogado, Ramón Arigós, Navarro Cádiz primero escuchó la imputación que pesa en su contra, "doble homicidio agravado por alevosía y por placer y tenencia de arma de guerra", y luego relató lo que hizo con su primo, Juan Jesús Fernández (42), la madrugada del 9 de mayo último.
Fuentes judiciales dijeron que el imputado aseguró que esa noche se encontró con su primo, se le subió al auto -el Volkswagen Vento que se ve en el video del ataque- y que allí bebió mucho y también consumió cocaína, algo que hacía "todos los días".
Navarro Cádiz sostuvo que dentro del vehículo había una pistola y reconoció que tanto él como su primo la "manipularon", que "se la pasaban" el uno al otro, "la revisaban" y " la armaban y desarmaban".
El supuesto tirador dijo que después se produjeron las detonaciones, pero que no sabe quién disparó y que no recuerda nada más de lo ocurrido hasta que despertó en Montevideo cuando fue detenido.
"El arma no es mía", le dijo Navarro Cádiz al juez y a la fiscal, remarcó que antes de este hecho nunca tuvo problemas con nadie y también negó que conociera a las dos víctimas.
La jornada arrancó con la declaración de Fernández, alias “Mohamed”, quien ratificó que su primo Juan José fue el autor de los disparos, insistió en que en el auto no había un tercer ocupante y reconoció que ya había visto anteriormente armados al presunto tirador y a su padre.
En su tercera declaración, Fernández se mantuvo en sus dichos y volvió a explicar que su primo extrajo de la nada la pistola y comenzó a disparar por la ventanilla.
Según fuentes judiciales, lo nuevo que aportó Fernández es que aseguró que los Navarro tenían armas y solían usarlas por ejemplo disparando en rutas, que en otra oportunidad lo había visto con un arma a su primo y que sabía que su tío tenía alguna en su casa.
Por su parte, Miguel Navarro Fernández (55) negó haber estado dentro del auto en el momento en que se efectuaron los disparos, aseguró que su sobrino lo pasó a buscar en ese vehículo después del hecho y que las siluetas humanas con impactos halladas en la pared de su casa son dibujos de sus nietos que fueron golpeados con un martillo.
Si bien los investigadores primero creían que el padre del presunto tirador estaba en el coche al momento de los disparos, ahora hay videos que confirman a Miguel Navarro lo pasó a buscar su sobrino después del hecho, según surge de una cámara del Departamento Central de Policía que queda en la esquina de la casa de Virrey Cevallos y grabó el paso del Vento después del hecho y antes de llegar al garage.
A 12 días de iniciada la investigación, el juez Iturralde y la fiscal Andrades no encontraron aún un móvil, ni ninguna prueba que vincule a las víctimas con los siete imputados, por lo que no descartan que se trate de un doble crimen "absurdo y sin sentido" a partir de nuevos datos y algunos hallazgos surgidos en los últimos días y de los perfiles que empezaron a trazarse sobre los detenidos.
"Es una posibilidad que hayan ido a la plaza a probar esa arma sofisticada con mira láser y, aunque parezca una locura, eligieron al azar como blancos móviles al diputado y su asesor para matar porque sí, por pura diversión", dijo una fuente del caso.
Por eso el juez agregó la agravante de "homicidio por placer", una figura contemplada en el inciso 4 del artículo 80 del Código Penal que es poco frecuente pero que, por ejemplo, fue usada en 2006 para procesar al denominado "tirador serial de Belgrano", Martín Ríos, luego declarado inimputable en dos juicios.