La cara de la madre mostraba la alegría por el reencuentro y también la tensión por lo que, junto a su familia, le tocó vivir en algo más de 36 horas. Es que la desaparición de su hija Morena, de 7 años, se multiplicó en las redes sociales y movilizó a todos los mendocinos.
En la búsqueda trabajaron cientos de efectivos, con la presencia de canes rastreadores, a los que se le sumó la caballería y también el helicóptero de la fuerza.
Pero fueron unas vecinas de la calle Manuel García las que comunicaron la novedad de la aparición de la nena al Canal 9, justo en el momento en que entrevistaban al padre de la niña.
Fue minutos antes de las 8, cuando la pequeña caminó algunos metros del callejón ubicado sobre la calle García al 43. En ese momento la vio Elisa Muñoz, quien a esa hora salía a sacar la basura y a pasear al perro.
La presencia de la nena sola y a esa hora llevó a la mujer a preguntarle si buscaba a alguien. Fue entonces cuando la chiquita comenzó a llorar.
Del interior de la vivienda y desde una habitación que da a la calle, la hija de Elisa, Macarena Martínez, le gritó a su madre: "Es la nena de Facebook".
Otro tanto hizo Valeria Suárez, una vecina que desde la vereda de enfrente le preguntó: “¿Sos Morena?” Y el sí de la pequeña convulsionó al vecindario.
Macarena la tomó entre sus brazos y la llevó a la cocina, donde le dio el desayuno. Allí, mirando televisión, la nena sorprendida dijo "es mi papá", en referencia al hombre que en ese momento pedía desde la pantalla "por favor devuelvan a mi hija".
Según lo comentado por Macarena, Valeria y Elisa, la niña habría asegurado que un hombre la dejó en el ingreso al callejón. También reconoció que fue "cacheteada" por ese hombre, recordando que donde estuvo también había una mujer. No pudo reconocer el lugar y sobre la persona que la abordó la tarde del sábado, indicó que le dijo "soy amigo de tu papá".
El reencuentro
Ayer a la tarde, Norma habló con Los Andes, imponiendo como condición la de preservar a la pequeña que, momentos antes, se había bañado junto a ella y se encontraba en el interior de la casa con su padre y otros familiares.
La mujer primero agradeció a "todos", encerrando en esa sola palabra a los medios, los vecinos y a la población que se movilizó a través de las redes sociales, y que hizo posible el "milagro" de que la nena apareciera "sana y salva".
Norma reconoció la existencia de algunos "hematomas" en los brazos de la nena, producto de "la fuerza con que la tomaron" (en referencia a lo ocurrido camino a su casa, la tarde del sábado). También dijo haber tenido mucha fe, aunque por su mente hayan pasado las peores imágenes de lo que podría haber ocurrido si el desenlace hubiera sido otro.
Más allá de la Cámara Gesell, ella, como madre, le hizo algunas preguntas, mientras que su hija le contó otras cosas. Como por ejemplo que todo el tiempo tuvo miedo y que en todas esas horas no tomó ni agua.
La madre reconoció, entre las bocinas de autos que pasaban por la calle, en señal de saludo cordial y abrazos de vecinos, que más allá de lo que se haya hablado o especulado, no imagina que haya una mente que pueda apoderarse de una nena como una señal de venganza, reiterando que la familia no tiene enemigos. Además negó enfáticamente que Morena tuviera un pasaporte a su nombre: "Ni yo tengo uno", confió.
Ahora la causa está en manos de la fiscal Claudia Ríos, y Norma espera los resultados de la investigación, que permitan conocer lo que en realidad pasó con su hija en esas 36 horas. En otras palabras, espera que se conozca al culpable del rapto y la privación ilegítima de la libertad de Morena. Mientras tanto, quiere disfrutar este tiempo feliz junto a la niña.
Los trámites
Ayer, cerca de las 15, Norma Peralta y Luis Pereira, padres de Morena, la volvieron a abrazar y juntos retornaron a la casa de calle Talcahuano al 3000, del barrio Gráfico.
Atrás había quedado una “corta” declaración ante la Cámara Gesell. La niña respondió algunas preguntas de los fiscales. Después fue llevada hasta el hospital Notti, donde se le hicieron los estudios médicos de rigor que permitieron descartar abusos y maltratos. Morena reconoció que no comió ni tomó líquido durante todas esas horas.
Durante todo el procedimiento judicial la nena estuvo acompañada de psicólogos y personal del Órgano Administrativo Local.
Dudas de un caso complejo
La aparición de Morena trajo alivio a sus seres queridos. Sin embargo, en el plano netamente judicial, el final parece no estar tan cerca.
Las dudas de cómo y con quién pasó la nena las 36 horas que estuvo lejos de su hogar son varias: cómo hizo la persona que se la llevó para engañarla, sobre todo teniendo en cuenta que nadie escuchó gritar a la niña ni a ninguna persona que quisiera apoderarse de ella.
Además, en plena tarde y en una calle tan transitada como es Talcahuano, que cruza al menos cinco barrios del oeste de Godoy Cruz y que está a menos de dos kilómetros de donde se desarrollaba la fiesta de la Vendimia (con el consecuente operativo policial), no hay testigos del momento de la captura.
Por otro lado, los dichos de la nena ante los profesionales que la entrevistaron en la Cámara Gesell, si bien no trascendieron oficialmente, dejan lugar a la especulación. Desde su círculo íntimo no hicieron conjeturas acerca de la identidad de los captores, sin embargo en algunos medios sus allegados dijeron no querer culpar a nadie sin certezas.