Una psicóloga de la Municipalidad de Capital consideró que los funcionarios de la ex Dirección de Niñez Adolescencia y Familia (Dinaf) que restituyeron a la niña Luciana Rodríguez (3) a sus padres, que luego la asesinaron, realizaron una acción de "altísimo riesgo".
"Conociendo los antecedentes (del caso) nos parecía de un altísimo riesgo", dijo la psicóloga Fernanda Fader, de la Municipalidad de Ciudad, al referirse a la restitución de la que participaron las psicólogas Fabiana Lucentini (50) y Gianina Consina (32), la licenciada en minoridad Mónica Castro (60) y el operario Felipe Vizcarra (59).
La declaración de Fader se produjo ayer en Tribunales en el marco del debate que tiene como imputadas a Lucentini, Consina y Castro, quienes están siendo juzgados por abandono de persona e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
En el primer día del debate, Vizcarra se consideró culpable durante un juicio abreviado y fue condenado a 2 años de prisión en suspenso y a 4 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Ayer se realizó la tercera jornada del debate y la testigo más importante fue la psicóloga Fader, quien se explayó no sólo sobre la situación de Luciana sino también sobre Luna, su hermana menor, y sobre la madre de ambas, Rita Rodríguez, quien en ese momento estaba embarazada.
No hubo respuestas
Según explicó Oscar Mellado, abogado querellante, Fader se comunicó por escrito y telefónicamente con los funcionarios del ex Órgano Administrativo Local (OAL) que trabajaban en el caso de la menor, es decir Vizcarra, Lucentini, Consina y Fernando Herrera, por entonces director del Servicio de Protección de Derechos (hoy sobreseído).
La licenciada Fader les solicitó que tomaran medidas preventivas dado que la pequeña quedaba en manos de su madre y su padrastro -Rita Rodríguez (28) y Jorge Orellano (41)- ambos condenados en setiembre de 2015 a prisión perpetua por el homicidio de Luciana.
Es decir que la niña, en julio de 2013, no sólo regresaba a una casa usurpada en el Centro mendocino que no tenía servicios -ni siquiera baño- sino que volvía a caer en manos de quienes la maltrataban, la golpeaban y no la alimentaban.
Los imputados, ante el pedido de medidas preventivas pedidas por Fader, sólo le contestaron que iban a rever la restitución. Pero no se produjo ningún cambio y meses después -en enero de 2014- la niña fue brutalmente asesinada.
"La nena se resistió (a la restitución) hasta físicamente, colgándose de los pantalones de Vizcarra porque no quería estar con sus padres. Toda la legislación de Minoridad hace hincapié en que se escuche a los chicos. Luciana hablaba y no fue escuchada", afirmó Mellado.