Caso Lavezzi: un cuento chino y su trama secreta

El delantero de la Selección quedó expuesto ante la denuncia por consumo de marihuana. El plantel lo respaldó. El tema sigue en la Justicia.

Caso Lavezzi: un cuento chino y su trama secreta

Por Fabián Galdi - editor de MÁS Deportes digital -


El perfil de alta exposición mediática que hizo anclaje en Ezequiel Lavezzi obró como el detonante de una toma de posición de los integrantes del seleccionado nacional con respecto a suspender su vínculo profesional con la prensa argentina. Como portavoz, Lionel Messi tomó el micrófono para hacer el anuncio y así se modificó el plan original del plantel: entregar una copia del comunicado a cada asistente a la conferencia de prensa pactada en la sala del Estadio Bicentenario, en San Juan. Ni siquiera el desasosiego que significó el 3-0 frente a Colombia sirvió para descomprimir la situación. Se había retomado la confianza en la clasificación hacia Rusia 2018 - al menos por el ingreso a zona de repechaje - pero el conflicto que giró alrededor de Pocho tomó consistencia de chivo expiatorio. Leo lo dejó en claro cuando enfatizó: "La acusación contra Lavezzi sobrepasa todo, es muy grave". Palabra de capitán. El silenzio stampa en el centro de la escena. Corporativismo aggiornado.

El delantero acusado por un periodista - Gabriel Anello - decidió iniciar acciones legales en contra del denunciante. Éste, en las redes sociales, había publicado que el futbolista había sido desafectado de La Selección debido a que se lo había encontrado fumando un porro. El escándalo explotó el mismo día del juego contra los cafeteros. A media mañana del martes 15, se había instalado entre los enviados especiales a la cobertura del juego que el plantel no iba a hacer declaraciones tras el encuentro y que sólo iba a presentarse Edgardo Bauza al efecto. Horas después, ya más cerca del inicio de ese partido por las eliminatorias sudamericanas, había ganado peso la versión sobre el Caso Lavezzi.

El atacante festeja su gol contra Brasil en el 1-1 por las eliminatorias sudamericanas en River.


El hecho se ratificó apenas los futbolistas atravesaron la zona rumbo a camarines. La puesta en escena fue un eslabón más en la cadena: el mejor futbolista del mundo había asumido su rol de conductor grupal para hablar en un modo poco frecuente y alejado de su tono protocolar. La onda expansiva se desparramó por todo el planeta. Habitualmente medido y contemporizador, Messi había dado su tercer golpe de efecto en un mes: 1) La contestación de los agravios a los hinchas del Valencia, quienes habían arrojado un proyectil que impactó en Neymar durante el juego contra Barcelona; 2) El término mierda para describir la situación del albiceleste tras la derrota (3-0) frente a Brasil en el Mineirao; 3) Luego de una performance de altísimo nivel dentro del campo de juego, el astro prefirió oficiar como vocero de sus compañeros antes que prestarse a preguntas y respuestas que hubieran engordado su ego.

¿Qué es Lavezzi hoy dentro del seleccionado argentino? Lenta pero progresivamente - más de una vez alimentado por él mismo - el futbolista pasó a disputarle segundos de rating televisivo o centimetraje en gráfica a figuras del mundo del espectáculo. La imagen descontracturada, rozando la banalidad, se alimentó del costado frívolo de un deportista de alta competencia, quien en más de una oportunidad queda atrapado en los complejos códigos comunicativos de los que actores/actrices son expertos.

Apariciones televisivas y fotografías tomadas en espacios de divertimento conforman un modus operandi propio de los programas de Marcelo Tinelli. En éstos, Pocho se siente como pez en el agua. Y quizás, sin darse cuenta, empezó a transitar un sendero que suele ponerle piedras en el camino a quienes no responden a la variable del exitismo cuando deben expresar sus cualidades dentro de la cancha. No es el único caso entre futbolistas argentinos: los más cercanos en el tiempo son los de Daniel Osvaldo y Cristian Ogro Fabbiani, quienes se ofrecieron gustosos a poner un pie en el mundillo de la farándula hasta sentirse cómodos en éste.

Anello logró un efecto rebote que le hizo subir varios peldaños en la escalera que lleva a la divulgación de su identidad. Eligió el camino de twitter para convertir una versión en un hecho real y la lanzó antes de chequearla con la propia fuente involucrada. Lejos de plantearse un juicio de valor sobre su propia conducta profesional, hoy disfruta de un paso a la fama irrebatible. La fama - preciamente - se asocia con lo efímero: debería asumirlo. Más allá de que haya redoblado su acción, será en el marco de la Justicia donde se tendrá que resolver el litigio. Por lo pronto, el también mediático abogado Mariano Cúneo Libarona iniciará las acciones legales pertinentes. Otro escandalete se avecina para el regocijo de los programas chimenteros.

Ya la designación de Lavezzi para la mini serie contra Brasil y Colombia había hecho ruido, dado que el atacante parece haberse desvinculado de los grandes objetivos en su carrera. De un paso triunfal por el Nápoli pasó a otro más amesetado en el PSG, el líder del fútbol francés que conquistó nueve títulos en el corto plazo. Sin embargo, optó por alejarse del nivel competitivo premium de la Champions League para refugiarse en el ignoto fútbol chino integrando el semi desconocido Hebei China Fortune. Previamente, la despedida del campeón galo fue en el Parc des Princes, ovacionado por sus hinchas y con sus compañeros dedicándole un hip hip hurra; hasta el presidente NasserAl-Khelaifi le entregó un trofeo recordatorio. Deportivamente hablando, el ex San Lorenzo bajó dos o tres escalones, aunque su cuenta bancaria se elevó a niveles insospechados: 30 millones de euros por dos temporadas.

Pocho, en su despedida del Paris Saint Germain. Sus compañeros y los hinchas lo ovacionaron.


Cuando Bauza lo llamó para reintegrarse, el destino parecía cantado: cero minuto en ciento ochenta disputados por la Selección. Si la causa fue la de que Pocho alegraba al plantel, mejor es refugiarse en un silencio piadoso. Y más allá de que se compruebe o no que estuvo consumiendo un cigarrillo de marihuana - al fin y al cabo un hecho de su privacidad - también debe darse cuenta el futbolista que el entorno no es el ideal. Un seleccionado de fútbol debe concentrarse en su objetivo pleno y éste es el de concentrar fuerzas para conseguir los mejores resultados posibles en una instancia tan complicada como una eliminatoria continental.

El Caso Lavezzi dio pie al peor de los escenarios para el plantel nacional: el de tomar decisiones taxativas en lo colectivo basándose en un hecho puntual. Aquí aciertan quienes asesoran al denunciado llevando la situación a los estrados judiciales. En cambio, negarse a atender a la prensa es lo mismo que sostener la negativa a que el hincha esté informado de su bien más preciado: su pasión por la Selelcción. Y a los futbolistas les será muy dificíl sostenerlo en el tiempo. Será el momento para que recapaciten. Y ésto es ahora.

En China, el contrato del futbolista es de 30 millones de euros por dos temporadas.

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