Polémicas y acusaciones han acompañado el crecimiento del equipo ciclista Sky y de su jefe de filas, Chris Froome, por primera vez enfrentado a un control antidopaje "anormal".
En el momento de su fundación a principios de 2010, la formación dirigida por Dave Brailsford hizo de la transparencia su razón de ser, afirmando que no ficharía a personas que hubieran estado implicadas en mayor o menor medida en un caso de dopaje, como fue el caso del 'no fichaje' de David Millar.
El médico belga Geert Leinders fue contratado temporalmente por el equipo Sky, pero a finales de 2012 la formación no renovó su contrato y lo hizo sin ofrecer explicaciones públicas.
A comienzos de 2015, Leiders fue suspendido de por vida por las autoridades antidopaje estadounidenses por "múltiples violaciones" de las reglas cuando él era médico del Rabobank, entre 1996 y 2009. Desde entonces figura en la "lista negra" de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Icono del deporte británico, varias veces campeón olímpico y primer corredor de su país en figurar en el palmarés del Tour, Bradley Wiggins estuvo en el centro de las sospechas tras su victoria en el Tour-2012.
Los hackers "Fancy Bears" desvelaron que recurrió en repetidas ocasiones en momentos clave de la temporada (Tours 2011 y 2012, Giro 2013), a la triamcinolona, un potente corticoide, para sanar su asma bajo prescripción médica.
El elemento clave del caso es un misterioso paquete recibido por Wiggins en junio de 2011, poco antes del Tour de Francia. Un simple dilatador bronquial según el Sky. La Agencia Antidopaje Británica (UKAD) se encargó de la investigación. Después de 14 meses, y a falta de pruebas, la UKAD enterró el caso.
En mayo de 2014, Froome conquista el Tour de Romandía. Y lo hace consumiendo bajo prescripción médica unos corticoides que le ayudan a curar el asma. La AUT fue suministrada bajo amparo de la Unión Ciclista Internacional (UCI).
Froome reveló que padecía de asma desde su infancia, y que debe tomar ese tipo de medicamentos. Después de su victoria en el Tour-2015, el británico precisó sin embargo que renunció a su consumo durante la carrera para evitar las sospechas.
Froome tuvo que enfrentarse asimismo a acusaciones sobre dopaje tecnológico tras su exhibición en la subida a La Pierre-Saint-Martin en el Tour de Francia.
"Intenté ser en la medida de lo posible el portavoz de un ciclismo limpio", se defendió Froome. "Hice sugerencias a la UCI, me posicioné a favor de los controles nocturnos (...) ¿qué más tengo que hacer? Entiendo las preguntas, el pasado de este deporte, pero pido un respeto, trabajé duro para llegar hasta aquí", explicó delante de los periodistas.
Pero ahora será ante los responsables antidopaje ante quienes deberá expresarse el cuatro veces ganador del Tour. Y deberá justificar la aparición de una cantidad de salbutamol superior a la permitida, incluso con una AUT, en un control en la Vuelta a España el pasado 7 de septiembre.